Villa Saboya: Un Hito de la Arquitectura Moderna
Contexto y Estructura
La Villa Saboya, una casa unifamiliar ubicada en un entorno ajardinado, se erige como un ejemplo paradigmático de la arquitectura racionalista. Su estructura cúbica, asentada sobre pilotes, se organiza en tres niveles:
- Planta Baja: Con forma de U y pared curva, alberga el garaje, las habitaciones del servicio y un vestíbulo que conecta con la escalera y la rampa, elementos centrales que vertebran la circulación vertical del edificio. Este nivel se caracteriza por su apertura hacia el exterior.
- Segunda Planta: Destinada a la residencia familiar, contiene el comedor, la sala de estar, los dormitorios, la cocina, el baño y una terraza jardín. Un amplio vano rectangular recorre sus fachadas, integrando el paisaje exterior con el espacio interior gracias a las cristaleras.
- Tercera Planta: Un volumen vertical y curvo, a modo de escultura, contrasta con la horizontalidad de la planta central. Este nivel funciona como solárium y jardín, difuminando aún más la frontera entre interior y exterior.
Diseño y Funcionalidad
La Villa Saboya se concibe como un continuum funcional a lo largo de sus diferentes niveles. La comunicación fluida se logra mediante una escalera helicoidal y una rampa que conectan desde la base de los pilotes hasta la terraza jardín. En el interior, las habitaciones se separan por tabiques acristalados corredizos, manteniendo una conexión visual con el entorno. La privacidad se preserva gracias a la elevación sobre el suelo, que impide la vista desde el exterior.
Los materiales empleados, hormigón armado, hierro y vidrio, permiten la construcción de un esqueleto sustentante, desafiando la oposición tradicional entre elementos sustentantes y sustentados.
El Racionalismo Arquitectónico
La Villa Saboya se enmarca dentro del movimiento racionalista o funcionalista, la primera corriente innovadora del siglo XX. Este estilo se basa en:
- Formas geométricas puras y sencillas.
- Ausencia de decoración.
- Prioridad de la función sobre la ornamentación.
Arquitectos como Le Corbusier, Mies van der Rohe y Walter Gropius, figuras clave del racionalismo, compartieron la búsqueda de la simplicidad formal y la utilización de formas elementales (cubo, cilindro, cono, esfera). La Bauhaus, escuela de diseño fundada en Alemania, jugó un papel crucial en el desarrollo de esta nueva arquitectura.
Le Corbusier y los Cinco Puntos de la Arquitectura
Le Corbusier, arquitecto, urbanista y teórico, defendía una arquitectura que generara belleza y repercutiera en la vida de los habitantes. La Villa Saboya, obra suya de 1929, ilustra magistralmente sus «cinco puntos» de la nueva arquitectura:
- Pilotes: Elevan la masa sobre el suelo, liberando el espacio inferior para garaje y servicios.
- Cubierta Plana: Permite la creación de una terraza-jardín.
- Planta Libre: La ausencia de muros de carga facilita la modulación flexible del espacio interior.
- Ventanas Apaisadas: Maximizan la entrada de luz y la visión panorámica.
- Fachada Libre: Sin función sustentante, se abre a los cuatro horizontes y carece de elementos decorativos.
Historia y Legado
Tras un breve periodo de habitabilidad, la Villa Saboya fue abandonada, bombardeada e incendiada durante la Segunda Guerra Mundial. Declarada patrimonio arquitectónico en 1963, fue posteriormente restaurada. Su diseño innovador y sus principios arquitectónicos influyeron significativamente en la arquitectura del siglo XX.
Influencias y Contexto Histórico
El racionalismo se nutrió de diversas influencias, como los principios de Louis Sullivan («la forma sigue a la función») y el arte neoplasticista. En Canarias, el Cabildo de Gran Canaria, obra de Miguel Martín Fernández de la Torre, destaca como ejemplo de arquitectura racionalista.
La Villa Saboya representa la materialización de las ideas de Le Corbusier sobre la «máquina para vivir». Su diseño funcional, la integración con el entorno y la atención a las proporciones humanas, reflejadas en su obra teórica El Modulor, la convierten en un icono de la arquitectura moderna.