Alienación en Marx: Tipos y Consecuencias

Alienación en Marx

La alienación religiosa

Aparece ante Marx como el modelo o paradigma de toda forma de pérdida de sí mismo o alienación del hombre. Marx sospecha que la religión es la forma o producto visible de toda una compleja conciencia ideológica que encubre una realidad social humana contradictoria y desgarrada. Se hace precisa una crítica de la religión que sea crítica dialéctica en la doble dimensión pública y privada de la doble religión.

La crítica de la religión en el Estado

Marx se enfrenta al Estado cristiano. El Estado tiende a suprimir la diferencia entre lo público y lo privado. El Estado determina la justicia no ya solo públicamente en la sociedad, sino también privadamente en las conciencias. En el ámbito público, la igualdad de los ciudadanos y la libertad y en el ámbito privado impone a los desposeídos una moral de la resignación y aceptación cristiana de la providencia divina, a la vez que ofrece una justificación de la desigualdad terrena entre los hombres. Marx critica el modo de existencia religioso. Las características del modo religioso de existencia que constata Marx no son otras que la inseguridad de la criatura ante el Creador, que es juez que puede salvar o condenar.

La alienación política

Consiste en la división existente entre el estatuto de libertad e igualdad de los ciudadanos como tales y la situación creciente de desigualdad y dominación en las relaciones laborales privadas que se derivan de la libertad económica.

La alienación social

La burguesía liberal de la industrialización son burgueses progresistas y emprendedores, inquebrantables en las leyes naturales de la economía y en el principio de libre cambio, que piensan en un progreso indefinido de la humanidad. Esta burguesía engendra una nueva clase social universal que agrupa a antiguos pequeños propietarios y comerciantes que pasan, con los obreros, a depender en su existencia de la industria. La alienación social, según la dialéctica de amo y esclavo, es la degradación y deshumanización de ambos, convirtiendo las relaciones humanas en relaciones mercantiles.

La alienación económica

La imposibilidad de una solución político-social para la alienación obligará a Marx a un análisis de los hechos económicos que la sustentan. Solo desde este análisis podrá descubrir el hecho material radical que, de manera oculta, determina la vida de los hombres en el sistema de producción capitalista.

Valor y mercancía

El producto del trabajo humano se convierte en mercancía tan pronto como en la sociedad empieza el intercambio en forma de trueque. En la mercancía hay que distinguir:

  • El valor de uso: es satisfacer necesidades humanas, ya sean necesidades del estómago o de la fantasía.
  • Lo que caracteriza a la relación que se establece en el intercambio de mercancías es la abstracción que se hace de su valor de uso: importa solo su valor de intercambio. Este valor de intercambio, en circunstancias normales, depende de la cantidad de trabajo incorporado al producto, aunque invisible y abstracta.

Si en la mercancía ya no cuenta el valor de utilidad, pero cuenta aún la cantidad de trabajo que lleva adherida, una vez convertida la mercancía en dinero ya no hay referencia ninguna al trabajo. Aparece el fetichismo del valor: el dinero vale por sí mismo. El dinero resulta tan necesario para la sociedad como amenazador para la misma al convertir las relaciones humanas en relaciones económicas. El dinero no es para Marx alienación, solo es la condición de la alienación. Es la nueva forma de producción capitalista, no el dinero, la que genera el capital, al capitalista y al proletariado. El capitalista tendrá que encontrar para su negocio una mercancía tal que, al consumirla, produjese nuevas mercancías creando valor. Esa mercancía es la fuerza de trabajo.

El fenómeno económico de la plusvalía

El trabajador, sin ser esclavo sino hombre libre, vende su fuerza de trabajo por un tiempo, pero en las circunstancias concretas en que no tenga otra cosa que vender que su trabajo y que además esté desprovisto de los medios para realizar por sí mismo su fuerza de trabajo. Este es el obrero de la producción industrial. El negocio en la compra de trabajo está en ese valor de uso que tiene la mercancía-trabajo, porque crea más valor de lo que vale en sí. Es el fenómeno de la plusvalía que está en la base del capitalismo.

Formas de alienación en el trabajo

  • La alienación con respecto al producto: en toda forma de trabajo se produce una alienación: el trabajo humano queda adherido al producto, algo del hombre se objetiva en su producto y ello supone una pérdida o alienación en el sujeto en la misma medida en que se humaniza y enriquece lo producido.
  • La alienación en el acto mismo de la producción: el obrero en la producción industrial capitalista no ejerce propiamente su trabajo, su trabajo no le pertenece, es trabajo exterior y forzado, por lo que tampoco el trabajador se pertenece a sí mismo en el trabajo. El trabajo, aquella actividad que le humaniza frente a la naturaleza y los animales, le devuelve, en la forma de trabajo asalariado, a la vida animal.
  • La alienación respecto a la naturaleza: el ser humano tiene, a través del trabajo o la praxis, una continua relación con la naturaleza. El trabajo transforma la naturaleza y la asimila al ámbito de lo humano, lo que hace al hombre abandonar su particularidad subjetiva: no trabaja solo para su sustento, él y su trabajo se universalizan.
  • La alienación respecto al otro hombre: el obrero considera al otro o como competidor por el puesto de trabajo si es obrero, o como amo a cuyo servicio está su actividad vital.