Acción Humana y Racionalidad Práctica: Una Reflexión Ética

Racionalidad Práctica

La racionalidad práctica se basa en el modo en que usamos la razón para guiar nuestra conducta, tanto en lo que se refiere a la producción de objetos como a nuestra relación con los demás. Existen dos grandes ámbitos de la racionalidad práctica:

Praxis

Es el ámbito de la racionalidad práctica que orienta nuestra conducta. La moral y la política son el resultado de este uso de la racionalidad práctica.

Poiesis

Es el ámbito de la racionalidad práctica que orienta nuestra acción productiva, como el arte y los distintos saberes técnicos.

La separación entre razón práctica y razón teórica no es radical. Los saberes prácticos necesitan de conocimientos teóricos y viceversa.

Acción Humana

Una acción es cualquier operación que un agente realiza de manera consciente y voluntaria. Para que podamos hablar propiamente de acción, son necesarios tres factores:

  • Agente: Una acción no es algo que ocurre sin más; es necesario que haya alguien que la lleve a cabo. En gramática, la acción viene expresada por el verbo de la oración y el agente por el sujeto.
  • Consciencia: El agente debe darse cuenta de qué hace y por qué lo hace.
  • Voluntad: Es necesario que el agente quiera hacer lo que hace, es decir, que elija libremente hacerlo desechando otras posibilidades.

Estornudar, parpadear o respirar, aun cuando seamos conscientes de que lo hacemos, no son acciones en sentido propio porque se hacen de manera involuntaria. Tampoco son acciones la fabricación de las celdas de un panal por parte de las abejas.

Solo los seres humanos somos capaces de realizar acciones, aunque no todo cuanto hacemos pueda ser considerado una acción.

¿Por Qué Actuamos?

Actuamos porque tenemos un móvil, una razón para hacer o dejar de hacer algo. Básicamente, podemos distinguir tres tipos de móviles, de fines o intenciones:

  • Necesidades: Una necesidad es todo aquello que resulta imprescindible para nuestra supervivencia (comer, respirar o protegernos de las altas temperaturas) o para la supervivencia de la especie (instinto o impulso sexual). También podemos distinguir otras necesidades menos básicas, de carácter afectivo y de realización, y necesidades producidas socialmente (innecesarias), por ejemplo, relacionadas con el consumo.
  • Intereses:
  • Deseos: Son ideas que contemplamos en nuestra mente y que quisiéramos que se convirtieran en hechos reales.

En ocasiones, estos móviles no provocan ninguna acción.

Por lo general, nuestras necesidades despiertan interés y deseos en nosotros, lo que indica que existe un solapamiento entre los móviles de la acción humana.

¿Para Qué Actuamos?

Hay necesidades e intereses de los que, a menudo, no somos conscientes. Tienen que ver con experiencias, vivencias dolorosas o dramáticas, generalmente de la infancia; por lo tanto, son reprimidas porque originan heridas psicológicas, vacíos. Importantes corrientes psicológicas y filosóficas muestran cómo estos impulsos inconscientes, lo reprimido en el pasado, es un condicionamiento fundamental de nuestra vida y acción en el presente.

A veces puede ocurrir que persigamos metas que van en contra de nuestros intereses. Por ejemplo, el bombero que entra en una casa en llamas con el fin de salvar a quienes se encuentran allí dentro pone en riesgo su vida y, por tanto, actúa en contra de sus intereses.

El sentido de una acción es aquello para lo que sirve.

Por lo general, el sentido de una acción coincide con la intención de quien la realiza. Sin embargo, a veces se produce contradicción entre ambos y, en ese caso, hablamos de actos erróneos. Ejemplo: Una persona que acude a una entrevista de trabajo puede tratar de resultar simpática haciendo una broma que, sin saberlo, resulte hiriente para el entrevistador. Mientras que su propósito era mostrarse simpática, su intención y el sentido de su acción fueron en direcciones contrarias. Su acto fue erróneo.

La Acción Moral y la Reflexión Ética

La moral es el conjunto de costumbres y normas que regulan las acciones, tanto individuales como colectivas, y que permiten clasificarlas como correctas o incorrectas, es decir, como morales o inmorales. El código moral es algo que se aprende o se recibe de la sociedad y de la cultura donde transcurre nuestra vida; por tanto, no se puede ser humano y carecer de moral.

La ética es la reflexión filosófica que trata de aclarar en qué consiste la moral, cuáles son sus fundamentos y cómo se aplica en distintos casos, tanto del ámbito privado como del público.