Poesía durante de guerra: Miguel HernándezEn el año 1936, se publica un de las primeras grandes obras de Miguel Hernández, El rayo que no cesa. Es una figura fuente de la preguerra y la posguerra. Dámaso Alonso le consideraba un epígono del 27, y que tiene un talento poético excepcional. Su carácterística principal es que es capaz de conjuntar la inspiración poética y la técnica. Como poeta, se puede decir que encuentra un equilibrio entre la emoción y la contención. La primera poesía adolescente de Hernández coincide con la imitación gongorina y de una época temprana es su libro titulado Perito en lunas (1934), que es un libro de 42 octavas reales. El tema son los objetos de la vida cotidiana, convertidos en metáforas del estilo gongorino. La plenitud poética de Hernández, la consigue en 1936 con su obra El rayo que no cesa, y en ella se consolida el tríptico de sus temas favoritos; el amor, la vida y la muerte. Es un libro de sonetos en que además se encuentra su poema famosa, Elegía de Ramón Suge. Una etapa muy importante para Hernández es durante la guerra. Entonces del año 1937, una obra muy importante es Viento del pueblo, que son poemas de carácter político dentro de la literatura comprometida. Dominan mucho más las arengas. En la cárcel escribe sus últimas obras como Cancionero y romancero de ausencias (1941). La importancia y la significación de Miguel Hernández está en todos lo que comparten los nombres de los 27, y en los poetas de los 50, poetas del Realismo social. Él y Antonio Machado serán los modelos de los próximos poetas.
Poesía del exilioLa poesía del exilio es una lista de personas que abandonan España, encabezada por Machado. Por un lado, están los del 14 (Juan Ramón Jiménez) y por otro los del 27 (Alberti, Salinas, …). Hay casos como poetas jóvenes como León Felipe que desarrolla obras de exilio y otros caso es del Vicente Aleixandre que realiza una poesía de exilio interior. La temática preferente al principio es la nostalgia de un patria perdida y más tarde la falta de ilusión, la derrota. Con el tiempo van desarrollando otros temáticas que tienen que ver con lo personal y de existencial.Dentro de España, la poesía va a continuar un proceso de rehumanización que se había comenzado en el 27. Este proceso se refiere tanto a la expresión de los problemas existenciales como a la expresión de los problema sociales, tal como sucede a todos géneros literarios.
Poesía de las décadas 40 y 50
Durante los años 40 y principio de 50, están los autores de la supuesta Generación del 36, dividida en 2 tendencias:
la poesía arraigada y la poesía desarraigada. La poesía arraigada: Los poetas de la poesía arraigada se reúnen entorno a la revista “Garcilaso”(1943). Son poetas que muestran afán optimista de perfección y del orden que usan las puras formas clásicos, y cuyos temas son los propios de la intimidad: amor, paisaje, belleza, y un profundo sentimiento religioso. Dionisio Ridruejo es el más representativo.La poesía desarraigada:La otra corriente importante ocurre durante los años 40 es la poesía desarraigada. Una poesía de carácter plenamente existencialista. En el año 1944, se publican 2 obras claves para esta poesía: Hijo de la ira (Dámaso Alonso) y Sombra del paraíso(Vicente Aleixandre). Este poeta es un poeta del 27 y que representa el exilio interior. Hay más poetas y todos se reúnen en la revista “Espadaña”. Su poesía es del sufrimiento del ser humano, desde su experiencia histórica de muerte. Es una poesía en la que la religiosidad también es presente por la búsqueda de un Dios que percibe en absoluto silencio. Está acompañada por un estilo muy particular de léxico cotidiano, de imágen a veces violentas y del verso libre. La evolución de esta poesía va a conducir a la poesía de carácter social.Dentro de la misma década de 40, hay varios poetas que no encajan ninguna en las dos y que alimentan otras tendencias diferentes, como por ejemplo el llamado “Postismo” (pos-Surrealismo), que es un poesía de carácter vanguardista. Otra tendencia es la que ocupa el grupo de “Cántico”, que es un homenaje del Grupo del 27. El poeta importante es Pablo García Baena. Este grupo entronca con el 27, su poesía es intimista pero con un gran refinamiento formal. Hacia el final de la década se produce un cambio profundo que se ve de forma clara en el año 1955
. Se publican 2 obras muy importantes Pido la paz y la palabra (Blas de Otero) y Cantos iberos (Gabriel Celaya). Estos poeta consideran que la poesía tenían que tomar partido, por eso renunciaron a metas de carácter estético y se ocuparon mucho más del contenido que de la forma.Sus temas son relacionadas con el tema de España retomada desde un punto de vista política y lo transforman en una preocupación por la realidad y la vida colectiva (injusticia social, alienación, mundo del trabajo, anhelo de libertad). Todo ello en un lenguaje prácticamente prosaico, en el que dominan repeticiones, paralelismos, encabalgamientos y un lírico profundamente coloquial. Al final de la década se manifiesta un cansancio de la poesía prosaica y se va a dar un cambio de tendencia.
Poesía de la década 60
En los finales de 50, algunos poetas como José Hierro o José María Valverde no pueden encajarse de la poesía social y son ellos, junto con poetas más jóvenes los que van a manifestar los cambios de la poesía de los 60. No podemos decir que los poetas de la preocupación por el hombre, pero lo van hacer desde un tratamiento poco patético. Tampoco están muy relacionados estos poetas en la poesía desarraigada, por lo tanto, podemos decir que en los temas, están más cerca de la memoria personal y la experiencia individual.
Por lo cual, predominan la memoria de la infancia y juventud perdida, el paso de tiempo, el amor, erotismo, amistad. La metapoesía (poesía sobre la poesía) es una de los temas que se van a tratar frecuentemente. Desde el punto de vista estilístico, es evidente que trata la poesía con mayor rigor, aunque la verdad, el lenguaje sigue siendo coloquial pero se empieza a notar la ironía: la intertextualidad. Dos nombres muy representativas: José Valente y Ángel Gonzalo.
Poesía de la década 70
A partir de los 70,tenemos un grupo de poetas conocido “Novísimos”. Procede del hecho que en 1970, se publica una antología llamada Nueve: novísimos poetas españoles. Tres nombres son muy importantes, Leopoldo María Panero, Félix de Azuela y Peregrim Ferrer. Es la generación de cambio profundo desde todos puntos de la vista. Son muy importantes por la promoción del 68 que representa una nueva sensibilidad artística, porque su formación al mismo tiempo que lo tradicional, se ve complementada por nuevos rasgos culturales. Como por ejemplo: cómics, cine, tele, disco,.. Al mismo tiempo que tuvieron en contacto al extranjero que les puso en contacto con culturas distintas.
Entre los rasgos que distinguen de las otras, tenemos: el alejamiento al Realismo de la literatura precedente; atención especial por el lenguaje(componente más importante del texto); ausencia de lo sentimental que produce en ocasiones, distanciamiento irónico; referencias a elementos culturales de arte, historia, mitología; presencia de mitos populares creadas por los medios de comunicación; tratamiento de la poesía misma como tema del texto. Desde el punto de vista de la forma, destaca la tendencia a la experimentación, riqueza léxica y un cierto barroquismo. Abundan también las imágenes irracionales, intertextualidad y el recurso de imágenes visuales.
Hacia mediados de la década 70, se produce un cambio y los poetas se diversifican, y lo van hacer cada vez más según los años que transcurran los 80 y 90.
Poesía de las décadas 80 y 90
En las décadas de 80 y 90, las últimas tendencias poéticas, presentan una enorme diversidad. Volverá a aparecer la poesía de carácter realista, también del “yo” poético o del compromiso (no como poesía social). Aparecerán también el humor o los asuntos intrascendentes de la vida cotidiana y la realidad contemporánea y urbana.
Entre todas ellas, la corriente dominante hasta mediados de los 90, es la poesía figurativa o de la experiencia, caracterizada por el carácter ficticio de la poesía, reflexión en torno a las relaciones amorosas, desengaño, conciencia , paso de tiempo, a vece de carácter narrativo. Predominan las formas métricas tradicionales. Las otras tendencias mucho más cercana que abarcan lo épico, la elegía, el neo-Surrealismo e incluso algunas tendencias críticos y políticos.