Texto OrtegaAUTOR.Filósofo español del siglo XX, partidario de asimilar algunos rasgos de la cultura europea para superar crisis que reinaba en nuestro país. Se vio influido por ciertas corrientes de la filosofía alemana, como el neokantismo. Su filosofía es vitalista, pues parte de la vida como realidad radical.TEMA. La vida humana es la única realidad radical.IDEAS PRINCIPALES.1) La vida humana es la realidad radical porque a ella se refieren todas las demás realidades. 2) El rasgo más importante de la vida humana es que siempre debemos estar haciendo algo. 3) La vida nos es dada, pero nos es dada sin determinar; nosotros tenemos que hacerla. 4) Antes de actuar debemos decidir qué vamos a hacer, puesto que somos libres y no se nos impone ningún quehacer.RELACIÓN ENTRE LAS IDEAS.El texto comienza definiendo la vida humana: la realidad radical que da sentido a todo. Después, se centra en un rasgo fundamental de la vida: para existir debemos estar haciendo algo (de ahí que también la defina como «quehacer»). En la última parte se precisan las características de este quehacer: no está determinado, es decir, somos libres y, en consecuencia, antes de actuar hemos de decidir cómo hacerlo. EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS.El texto nos habla del concepto fundamental de la filosofía de Ortega: la vida como realidad radical. Según él, la realidad más inmediata e indudable es la vida y no el sujeto pensante de Descartes (pienso, luego existo). La primera definición de la vida humana es que es la realidad radical. Cualquier otra realidad ha de referirse a ella para tener sentido; desde nuestra vida dotamos de sentido a todo cuanto existe. Según Ortega, la vida incluye no solo al sujeto, sino también el mundo (Yo soy yo y mi circunstancia). Ahora bien, la circunstancia (el mundo), no es una realidad fija y determinada, depende de la perspectiva de cada persona. El hombre siempre ha de estar haciendo algo para existir. El yo no es pasivo, es su actividad la que lo define; la muerte se identifica con la ausencia de actividad. Nuestras acciones persiguen una finalidad que cada uno hemos elegido; la naturaleza no fija de manera determinante nuestro proyecto vital. No estamos determinados a ser de una u otra forma; la circunstancia presenta siempre varias opciones. Mientras los seres inanimados siguen las leyes de la física o los animales obedecen a sus instintos, los seres humanos no están determinados por leyes ajenas a su propia voluntad. Somos libres para escoger, si bien las posibilidades de elección no son ilimitadas. En conclusión, el yo, el sujeto, construye su vida, realiza su proyecto dentro de la circunstancia en la que se encuentra.
TEXTO. SARTRE. AUTOR.Filósofo existencialista francés del XX. Comprometido políticamente durante toda su vida, estuvo en la Resistencia francesa contra el nazismo, presidió el Tribunal de Crímenes de Guerra y perteneció al Partido Comunista Francés. En lo filosófico intentó hacer compatibles el existencialismo y el marxismo.
TEMA. Elhombre está condenado a ser libre.
IDEAS PRINCIPALES. 1) El texto comienza afirmando que el hombre no se ha creado a sí mismo, es decir, no ha elegido existir, pero es responsable de todo lo que hace (es libre). 2) Para el existencialista, la pasión nunca es la causa última de nuestros actos; el hombre es responsable de su pasión. 3) Según el existencialista, tampoco hay signos que nos orienten, pues somos los humanos los que interpretamos tales signos. 4) En conclusión, el hombre está solo y condenado a elegir cómo es en cada momento.
RELACIÓN ENTRE LAS IDEAS. El texto es circular, la idea de inicio es la que aparece al final: el ser humano está solo, condenado a ser libre. Hay dos causas de nuestras acciones: la pasión (que nos arrastra), y los signos que encontramos y que nos orientan al actuar. No son aceptables para el existencialista. El hombre es responsable de su pasión y descifra por sí mismo los signos. Concluye que el hombre ha de inventarse constantemente.
EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS. El texto parte de una afirmación de Sartre: estamos conde-nados a ser libres. Esto significa que (para el existencialismo), los seres humanos no tenemos una esencia común; lo único que nos define es nuestra libertad. A lo largo de la vida, nuestras decisiones y nuestras elecciones van concretando cómo somos. Nos encontramos con la existencia (nadie se crea a sí mismo) y, por tanto, estamos condenados a ser libre. La soledad al tomar decisiones (no podemos usar valores universales), nos provoca angustia. No estamos seguros de haber tomado la decisión correcta. La angustia surge de nuestra conciencia de libertad; nos sentimos inseguros, solos ante nuestras decisiones. Por eso no es raro que busquemos excusas para ocultarnos que somos libres. Una de las más habituales es recurrir a las pasiones, que nos arrastran sin poder evitarlo. Pero somos responsables de la pasión, elegimos libremente seguirla o no. La siguiente idea señala cómo evitar la soledad de nuestras decisiones: habría signos externos que nos dicen cómo actuar. Esto no es creíble para Sartre, puesto que somos responsables de la interpretación de tales signos. Son excusas fruto del autoengaño. Para evitar sentir la angustia de la libertad, procuramos creer que hay circunstancias o pasiones que nos obligan; o recurrimos a normas y valores ajenos para justificarnos, el más común es Dios como origen de la norma moral. Todo es un intento de huida de lo que somos: libres. De ahí que, como el texto concluye, estamos condenados a inventarnos constantemente; nada nos obliga ni nos determina.
Textosartre.Filósofo existencialista francés del XX. Comprometido políticamente durante toda su vida, estuvo en la Resistencia francesa contra el nazismo, presidió el Tribunal de Crímenes de Guerra y perteneció al Partido Comunista Francés. En lo filosófico intentó hacer compatibles el existencialismo y el marxismo.TEMA. El hombre está condenado a ser libre. IDEAS PRINCIPALES. 1) El texto comienza afirmando que el hombre no se ha creado a sí mismo, es decir, no ha elegido existir, pero es responsable de todo lo que hace (es libre). 2) Para el existencialista, la pasión nunca es la causa última de nuestros actos; el hombre es responsable de su pasión. 3) Según el existencialista, tampoco hay signos que nos orienten, pues somos los humanos los que interpretamos tales signos. 4) En conclusión, el hombre está solo y condenado a elegir cómo es en cada momento.RELACIÓN ENTRE LAS IDEAS. El texto es circular, la idea de inicio es la que aparece al final: el ser humano está solo, condenado a ser libre. Hay dos causas de nuestras acciones: la pasión (que nos arrastra), y los signos que encontramos y que nos orientan al actuar. No son aceptables para el existencialista. El hombre es responsable de su pasión y descifra por sí mismo los signos. Concluye que el hombre ha de inventarse constantemente. EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS. El texto parte de una afirmación de Sartre: estamos conde-nados a ser libres. Esto significa que (para el existencialismo), los seres humanos no tenemos una esencia común; lo único que nos define es nuestra libertad. A lo largo de la vida, nuestras decisiones y nuestras elecciones van concretando cómo somos. Nos encontramos con la existencia (nadie se crea a sí mismo) y, por tanto, estamos condenados a ser libre. La soledad al tomar decisiones (no podemos usar valores universales), nos provoca angustia. No estamos seguros de haber tomado la decisión correcta. La angustia surge de nuestra conciencia de libertad; nos sentimos inseguros, solos ante nuestras decisiones. Por eso no es raro que busquemos excusas para ocultarnos que somos libres. Una de las más habituales es recurrir a las pasiones, que nos arrastran sin poder evitarlo. Pero somos responsables de la pasión, elegimos libremente seguirla o no. La siguiente idea señala cómo evitar la soledad de nuestras decisiones: habría signos externos que nos dicen cómo actuar. Esto no es creíble para Sartre, puesto que somos responsables de la interpretación de tales signos. Son excusas fruto del autoengaño. Para evitar sentir la angustia de la libertad, procuramos creer que hay circunstancias o pasiones que nos obligan; o recurrimos a normas y valores ajenos para justificarnos, el más común es Dios como origen de la norma moral. Todo es un intento de huida de lo que somos: libres. De ahí que, como el texto concluye, estamos condenados a inventarnos constantemente; nada nos obliga ni nos determina.