Se trata de una práctica terapéutica iniciada por Freud. Se trata, por una parte, del modelo teórico descriptivo y explicativo de los mecanismos, procesos y fenómenos implicados en la vida anímica humana. Por otra parte, se refiere también a la terapia psicoanalítica, es decir, un conjunto de procedimientos y técnicas terapéuticas para el tratamiento de conflictos psíquicos. Además, también puede referirse al método psicoanalítico, un término de investigación aplicado a aspectos más allá de la psicología clínica individual, por ejemplo en etnología o antropología.
El psicoanálisis desarrolla al mismo tiempo teoría y práctica al estar éstas necesariamente ligadas.
La definición clásica de Freud incluye los siguientes aspectos:
-Un método de investigación. Consiste en evidenciar la significación de palabras, sueños, deseos y demás de un individuo. Se basa en las asociaciones libres del individuo, garantizando la validez de la interpretación.
-Un método psicoterápico. Se basa en la anterior interpretación de las ideas, y el intentar controlar los impulsos hacia esas ideas y deseos.
-Un conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en que se sistematizan los datos aportados por el método de investigación y el psicoterápico.
Según el psicoanálisis, los síntomas histéricos y neuróticos tienen un origen ligado a conflictos inconscientes que pugnan por emerger a la conciencia. La represión de las fuerzas emergentes da como resultado estas patologías, y el objetivo del psicoanálisis es vencer a estas fuerzas y ayudar al individuo a controlarlas. El analista, en el momento en que el paciente está asociando libremente las ideas, sueños y deseos de su interior, debe respetar una serie de reglas:
-Simplemente escuchar al paciente sin destacar una idea por encima del resto.
-Mantener una actitud neutral frente a los valores.
-Tener una actitud de completa abstinencia, no satisfacer las demandas del paciente para que el paciente no obtenga satisfacciones sustitutivas de sus síntomas.
El psicoanálisis contempla tres instancias dentro de la mente humana, el Ello, el Yo y el Superyó. El Ello supone los impulsos más primitivos y constituye el motor del pensamiento y comportamiento humano, opera de acuerdo al principio del placer e ignora las demandas de la realidad. El Superyó contrarresta al Ello, representando los valores morales y éticos de la cultura, teniendo capacidad para la autocrítica y el reproche. El Yo es la parte del Ello modificada por la realidad, surge a fin de complacer los deseos y demandas del Ello de acuerdo con el mundo exterior y debe actuar según tres factores: El Ello, el Superyó, y la realidad.
–Teoría humanista de la personalidad.
Hace hincapié en el hecho de que el ser humano está motivado positivamente y progresa hacia niveles más elevados de funcionamiento. Defiende que la existencia humana es algo más que la lucha por conflictos internos y existenciales. Cualquier teoría que defienda la bondad fundamental de las personas y su lucha por progresar entra dentro de la teoría humanista. Como primer teórico humanista de la personalidad tenemos a Adler, cuyos planteamientos trataban sobre las fuerzas que contribuyen a un crecimiento positivo y al perfeccionamiento personal, además, también se dan otros dos grandes teóricos, Maslow y Rogers.
Maslow no trató casos clínicos, se limitó a definir a personas sanas y su esfuerzo va dirigido a desarrollar los potenciales y demás cualidades de las personas. Tenía una serie de supuestos básicos con respecto a las personas:
-Cada uno nace con una naturaleza interna hereditaria natural y personal.
-La naturaleza interna de las personas es en parte individual y en parte perteneciente a la especie.
-Se puede estudiar científicamente esta naturaleza.
-La naturaleza humana es buena por sí misma y las reacciones violentas no forman parte de la naturaleza humana, vienen de la frustración.
Rogers estudió al individuo en sí mismo, desarrollando una teoría de la personalidad centrada en el yo, que veía al hombre como un ser racional con el mejor conocimiento sobre sí mismo. Defendía la individualidad y la particularidad de cada individuo. Le da una importancia fundamental a dos constructos, el organismo y el sí mismo.
El organismo sería el centro de cualquier experiencia que ocurra internamente, y el sí mismo representa lo que es en esencia el individuo, además hay un sí mismo ideal que es lo que el individuo quiere llegar a ser.
–¿Qué es la psicología social?
Es la ciencia que estudia la influencia de la sociedad y cultura sobre los individuos, una de las 4 ramas fundamentales de la psicología. Fue principalmente desarrollada por Wundt. Estudia principalmente la influencia de la presencia de otras personas sobre la conducta individual y la forma en que somos aceptados por otros y actuamos en relación a ello.
Sus puntos principales son el conflicto entre individuo y grupo, las relaciones interpersonales, la intervención del individuo en la sociedad, es la ciencia de los fenómenos de la comunicación y la ideología, es una manera de analizar la conducta humana, tiende lazos entre psicología y sociología y se pregunta cómo se percibe y afecta un individuo a otro.
–Explicar la relación entre estereotipo, prejuicio y discriminación.
Partiendo de la base de que un estereotipo es un conjunto de creencias sobre las características de un grupo, es decir, una imagen de un grupo aceptada comúnmente por otro grupo; los prejuicios son los sentimientos asignados a dicho grupo, generalmente negativos y provenientes de la falta de conocimiento; y la discriminación es la falta de igualdad en el trato otorgado a los miembros de dicho grupo por motivos de cualquier tipo (raciales, políticos…), la relación es evidente.
A la hora de conocer a un grupo distinto al nuestro, tenemos una idea preconcebida (estereotipo) y aceptada por los nuestros de cómo puede ser el otro grupo. En base a esta idea preconcebida generalmente carente de toda información veraz, suelen darse los prejuicios, sentimientos negativos que tenemos de antemano, que nos llevarían, finalmente, a la discriminación de los miembros del otro grupo y rechazar que éstos entren en el nuestro.