ABSOLUTISMO FRENTE A LIBERALISMO:
INTRODUCIÓN:
En el primer tercio del s.XIX se produce un cambio trascendental en la Historia de España; el tránsito del Antiguo Régimen al Liberalismo. Se producen avances y retrocesos hasta que en 1835 se establece un régimen político liberal. Sin embargo, el cambio político no irá acompañado de un auténtico cambio social y económico.
DESARROLLO:
Durante el reinado de Fernando VII (1814-1833), España se debate entre la revolución y la reacción. Este debate se refleja en las tres etapas del reinado:
EL SEXENIO ABSOLUTISTA (1814-1820):
Aunque en un primer momento se había mostrado dispuesto a jurar la Constitución de 1812, Fernando VII traicionó sus promesas y restauró el absolutismo. Para ello contará con el apoyo de la nobleza y el clero (que le muestran su apoyo incondicional en el llamado “Manifiesto de los Persas”); del pueblo, movilizado por los privilegios (le llamaban “el Deseado”); del Congreso de Viena, que había restaurado en buena parte de Europa el Antiguo Régimen; y de la Santa Alianza, que garantizaba la defensa del absolutismo y el derecho de intervención en cualquier país para frenar el avance del liberalismo.
Los principales dirigentes liberales fueron detenidos o asesinados, mientras otros huyeron hacia el exilio. La oposición liberal (formada por la burguesía liberal y las clases medias urbanas, una parte del campesinado y un sector del ejército) seguirá conspirando para derrocar el absolutismo.
La vuelta al A.R. Impide la reforma fiscal que el país necesitaba, lo que unido a los efectos de guerra, dibujan un panorama económico desolador . España, sin dinero, se convierte en una potencia de segunda fila.
La crisis política y económica genera problemas sociales: La inestabilidad social es grave y se traduce en pronunciamientos militares liberales(Mina, Lacy, Porlier, Vidar…) En las ciudades y amotinamientos en el campo; y, aunque fracasaron evidenciaron el descontento y la quiebra de la monarquía absoluta. El recurso a la represión fue la única respuesta del gobierno. Con todos estos problemas, los gobiernos de Fernando VII fracasarán uno tras otro.
EL TRIENIO LIBERAL (1820-1823):
Un pronunciamiento del coronel Rafael de Riego en Cabezas de San Juan, restaura el Liberalismo.
En 1820 el rey “aceptó” convertirse en un monarca constitucional.
Nombró un nuevo gobierno, que proclamó una amnistía y convocó elecciones.
Las nuevas Cortes, de mayoría liberal, iniciaron un vasto programa de reformas: restauraron gran parte de las reformas de Cádiz y elaboraron otras nuevas. Entre estas reformas destacan: la abolición definitiva de la inquisición, la desaparición de feudalismo en el campo, la libertad de industria y de comercio, la modernización administrativa, la reforma de sistema fiscal y del código penal, la reforma del ejército y la creación de una Milicia Nacional, etc.
Los liberales contarán con la oposición:
De la monarquía, que utiliza los recursos constitucionales a su alcance (derecho de veto suspensivo durante dos años) para frenar las reformas. Esta actuación del monarca provocará la escisión de los liberales en dos grupos: Moderados o doceañitas (gobiernan entre 1820-1822): partidarios de realizar las reformas con prudencia para no enemistarse con el rey y la nobleza, por un lado, y no asustar a la burguesía propietaria, por el otro.
Exaltados o progresistas (gobiernan entre 1822-1823) : partidarios de acelerar las reformas aunque esto les llevase a enfrentarse con el monarca. Contaban con el apoyo de los sectores liberales de las ciudades, de parte del ejército, de los intelectuales y de la prensa.
Los realistas establecieron una regencia absolutista en la Sede de Urgel, ya que consideraban que el rey estaba prisionero de los liberales.
El régimen de trienio terminó debido a la intervención de la Santa Alianza. En abril de 1823 penetra en España un ejército francés al mando del Duque de Angulema (“Los Cien Mil Hijos de San Luis”), ayudado por realistas españoles y derrota a los liberales.
LA DÉCADA OMINIOSA: dos etapas:
a) Desde 1823 hasta 1825: Se restaura el absolutismo y se inicia una feroz represión contra los liberales ( se depuró la administración y el ejército, muchos liberales fueron ejecutados: Riego, Mariana Pineda, Torrijos…, etc; y otros muchos se vieron obligados a marchar al exilio).
Los liberales siguieron conspirando y protagonizando sublevaciones como la de Torrijos en 1831.
Esta etapa se caracteriza también por importantes problemas económicos. La Hacienda pasa por enormes dificultades por:
La imposibilidad de aumentar la recaudación sin tocar los privilegios fiscales de la nobleza y del clero.
La perdida definitiva de las colonias americanas. La emancipación de la América española fue obra de la burguesía criolla, educada en las ideas de la ilustración y descontenta con el trato que recibía de España. Liderada por Simón Bolivar y San Martín. Se inició durante la guerra de independencia española y concluyó en el reinado de Fernando VII (1825). A su triunfo contribuyeron: el levantamiento de Riego, que subleva al ejército que iba a América para combatirlos; la ayuda de Gran Bretaña, que quería comerciar libremente con las colonias, y la intervención del presidente norteamericano Monroe que, ante una eventual intervención de la Santa Alianza en América, lanza una amenaza velada al decir que “América es para los americanos”. En manos de España solo quedarán Cuba, Puerto Rico, las Filipinas y algunas islas del Pacífico como testigos del que fuera poderoso imperio español.
b) Desde 1825 hasta 1833: Los problemas económicos llevarán a Fernando VII a buscar la ayuda de los liberales más moderados, lo que provocará que los absolutistas más radicales se agrupen en torno al infante Carlos Mª Isidro; y se levanten partidas realistas (“los Malcontents”) en Cataluña, en 1827, que reclamaban mayor poder para los ultra-conservadores y el retorno a las costumbres y fueros tradicionales.
Los absolutistas llegan a pedir la restauración de la Inquisición.
Fernando VII se rodea de ministros inteligentes como Calomarde, Cea Bermúdez, López Ballesteros…, que consiguen sanear la hacienda y organizar la economía ( con los cultivos extensivos de azúcar y tabaco en Cuba y Filipinas, la introducción de las máquinas en la industria textil catalana y el establecimiento de un arancel protagonista).
En esta etapa se plantea la cuestión sucesoria. En España estaba vigente la ley Sálica desde tiempos de Felipe V, que impedía el acceso al trono a las mujeres.
En 1829 el heredero era el infante Carlos MªIsidro, hermano de Fernando VII. Pero el rey se casa con MªCristina de Borbón y en 1830, ya que la reina estaba embarazada, se pública la Pragmática Sanción que derogaba la ley Sálica. Ese mismo año nace su hija Isabel.
CONCLUSIÓN:
A la muerte de Fernando VII, sube al trono su hija con el nombre de Isabel II, bajo la regencia de su madre MªCristina de Borbón. El infante don Carlos no acepta a su sobrina y se inicia la 1º Guerra Carlista (1833-1839). Don Carlos contará con el apoyo de los absolutistas, defensores del antiguo régimen y de la tradición, mientras que la regente se verá obligada a buscar el apoyo de los liberales. La victoria de Isabel II con el apoyo de los liberales supuso la implantación en España de un régimen político liberal.