Descartes: El Método para Alcanzar la Certeza Filosófica

Primera Cuestión: Ideas y Problema Filosófico Fundamental del Texto

1.1. Contexto y Tema Principal

Descartes (1596–1650) publica en Holanda el Discurso del método (1637), que se estructura en seis partes. Este texto pertenece a la segunda parte, donde se exponen las reglas del método. La idea principal de este texto es la exposición de la necesidad y características del Método y, sobre todo, la explicación de las cuatro reglas del Método.

1.2. Definición y Reglas del Método Cartesiano

Descartes define método como “un conjunto de reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verdadero, y llegará al conocimiento verdadero de todo lo que es capaz” (Reglas, IV). El método, por tanto, se caracteriza porque:

  • Sus reglas son “ciertas (no dudables) y fáciles” de seguir.
  • Tiene un número limitado de reglas: cuatro, lo que contribuirá a seguirlas con facilidad y evitará las confusiones que provoca la multiplicidad.
  • No se debe “incumplir ni una sola vez su observancia”.

El método consiste en cuatro reglas para emplear correctamente las dos operaciones de la razón: la Intuición de verdades evidentes y la Deducción de otras verdades a partir de las anteriores.

Primera Regla: La Evidencia

La primera regla es llamada de la Evidencia, porque establece que el criterio de verdad es la evidencia: será verdadero todo lo que la razón entienda indudablemente que lo es, es decir, que no puede ser falso. La razón alcanza tal evidencia cuando percibe con claridad y distinción. (Ejemplo: un triángulo tiene tres ángulos)

  • Una idea es clara: cuando está presente y manifiesta para una mente atenta. Lo opuesto a una percepción clara es una percepción oscura.
  • Una idea es distinta cuando, además de ser clara, es de tal modo precisa y separada de todas las demás, que no puede confundirse con otras. Lo opuesto a una percepción distinta es una percepción confusa.

Lo que a la razón se le presenta claro y distinto, será cierto y, por tanto, verdadero. Esta regla está destinada, por tanto, a regular la Intuición para evitar el error.

Segunda Regla: El Análisis

La segunda regla, el Análisis. Esta regla obliga a “analizar” (dividir) las cuestiones complejas en cuestiones simples, “naturalezas simples”, para que así la verdad de cada una de ellas pueda conocerse mediante una intuición.

Tercera Regla: La Síntesis

La tercera regla, la Síntesis, completa la segunda: es el camino de vuelta del análisis. Por ello ha sido denominada “regla de la Síntesis” (regla que establece cómo unir lo que ha sido dividido). Una vez que esas naturalezas simples son conocidas con evidencia, la razón deduce otras cuya verdad depende de la verdad de las primeras. Esta deducción debe ser lógicamente correcta y proceder con orden.

La regla del análisis y de la síntesis son las que regulan el funcionamiento de la segunda operación de la razón: la Deducción.

Cuarta Regla: La Enumeración

La cuarta regla, la Enumeración. Esta regla se denomina “de la enumeración” porque impone un repaso y recuento de los pasos dados en la segunda y tercera: (análisis y síntesis). Por tanto, es necesario asegurarse de que el encadenamiento de elementos de la deducción sea correcto y de que no hayamos saltado ninguno.

1.3. Problema Filosófico Fundamental

La cuestión filosófica fundamental a la que el texto pretende dar respuesta es la superación de la crisis generalizada de certezas que preside la época de Descartes y que la sume en un escepticismo que nuestro autor pretende combatir. En filosofía, Descartes protagoniza el llamado giro epistemológico de la filosofía moderna, que hará del problema del conocimiento el inicio de su reflexión. La cuestión previa que hay que resolver es: ¿cómo puedo estar seguro de que mis conocimientos son verdaderos?

El Discurso del método y sus reglas se presentan como una respuesta a esta cuestión fundamental, y como un instrumento que proporciona certezas en esa época de crisis. Si aplico correctamente las reglas del método a cualquier cuestión, estaré seguro de la verdad de mis conocimientos y alcanzaré la certeza en todas las ciencias (Optimismo Racionalista).

Segunda Cuestión: Relación de las Ideas del Texto con la Filosofía del Autor

2.1. Objetivos y Características del Método Cartesiano

Con el Discurso del Método (1637), Descartes persigue un doble objetivo: distinguir lo verdadero de lo falso (finalidad teórica) para dirigir adecuadamente la propia vida (finalidad práctica). Pero alcanzar la verdad es difícil puesto que muchas veces tomamos por verdadero aquello que es falso (precipitación), o bien por temor a equivocarnos preferimos confiar en las opiniones de otros que consideramos más capaces (prevención). Por tanto, será necesario un instrumento cognoscitivo (método) que garantice la verdad de mis conocimientos actuando con circunspección.

El Método cartesiano está inspirado en el razonamiento axiomático-deductivo, propio de las matemáticas y la lógica, por ser el único que me garantiza verdades universales y necesarias. El método cartesiano consta de cuatro reglas (EXPLICADAS EN LA 1ª CUESTIÓN).

Si se aplican correctamente estas reglas y se adopta una visión matematizada de la realidad se podrán alcanzar conocimientos verdaderos en todas las ciencias. Para comprobar la validez del método, Descartes lo aplica en primer lugar a las matemáticas, las únicas ciencias verdaderas, consiguiendo un rotundo éxito, al simplificar la resolución de problemas y descubrir nuevas ramas de las matemáticas.

Verificado el método, Descartes se propone aplicarlo a las demás ciencias, empezando por la Metafísica, pues establece los primeros principios de la realidad y será este el objetivo de la cuarta parte del Discurso del Método.

2.2. El Método Cartesiano frente al Escepticismo y Otros Métodos

Con el Discurso del Método (1637), Descartes pretende conseguir certezas en una época de crisis generalizada, que lleva a la filosofía a centrarse en el problema del conocimiento. ¿Cómo puedo estar seguro de que mis conocimientos son verdaderos? Aparecen en este siglo dos corrientes filosóficas enfrentadas que dan respuesta a este problema: el Racionalismo y el Empirismo. Descartes será el padre de la primera. Una tercera corriente, el Escepticismo, negará la posibilidad de alcanzar conocimientos verdaderos.

Descartes utilizará argumentos escépticos para alcanzar la verdad, convirtiendo la duda escéptica en metódica. Descartes se propone elaborar un método que, teniendo como modelo lo matemático y frente al escepticismo, consiga superar la crisis de certezas de su época.

Otros autores tuvieron el mismo interés por crear un método que alcanzara la verdad:

  • El método inductivo de Francis Bacon pretende establecer leyes universales sobre las propiedades físicas de los cuerpos. Este método se aleja del cartesiano por no dar suficiente importancia al papel de las matemáticas y de las hipótesis en la ciencia.
  • El método resolutivo-compositivo de Galileo. Galileo tiene una visión matematizada de la realidad que coincide con la cartesiana. Su método consiste en el análisis de los datos (resolución), formulación de una hipótesis (composición) y confirmación mediante experimentos (resolución experimental). La resolución y la composición estarán presentes en el análisis y síntesis del método cartesiano.

2.3. La Superación del Escepticismo como Interés Central

Existe una clara relación entre las ideas del texto y el interés central del autor, que no es otro que superar la crisis de certezas de su época. Es necesario superar ese escepticismo que convierte en dudoso cualquier conocimiento que podamos tener, lo que impide tener conocimientos verdaderos y hace imposible la ciencia. Para superar este escepticismo será necesario establecer un conjunto de reglas y criterios metodológicos (tema del texto), que permitan a la razón alcanzar la verdad con absoluta seguridad.

Mediante la evidencia como criterio de verdad (Regla 1ª) y con el razonamiento axiomático-deductivo propio de la geometría (Reglas 2ª y 3ª), Descartes concibe un método universal que permitirá alcanzar la verdad en todas las ciencias (Optimismo Racionalista).

Tercera Cuestión: Abordaje del Problema Filosófico en Otra Época

3.1. El Problema Onto-Epistemológico en la Filosofía Antigua

La superación del escepticismo y la búsqueda de verdades universales mediante el uso adecuado de la razón (problema fundamental de la filosofía cartesiana) es el problema onto-epistemológico, que ha estado presente desde el inicio de la filosofía. Ya Parménides optaba por la Vía de la Verdad para establecer el verdadero Ser de las cosas. Pero es con Sócrates y, sobre todo, con su discípulo Platón donde aquel problema adquiere su verdadero significado y da sentido a toda su filosofía.

La filosofía platónica tiene también como objetivo la superación del escepticismo, en el que deriva la filosofía sofista mediante su fenomenismo, subjetivismo y relativismo. Platón considera que el escepticismo sofista es pernicioso, no solo para el conocimiento humano (ámbito teórico) sino también para la moralidad y las sociedades humanas (ámbito práctico). Por esto, Platón considera a los Sofistas enemigos intelectuales que hay que combatir por el bien de la verdad y la justicia.

La manera de superar el escepticismo sofista es establecer racionalmente la existencia de realidades y verdades absolutas, tarea que llevará a cabo con su filosofía dualista, onto-epistemológica y antropológica (superando el fenomenismo y subjetivismo), que será el fundamento teórico de su filosofía práctica, ética y política, donde no hay lugar para el relativismo sofista.

3.2. Confrontación: Descartes y Platón

El tema del texto es el método para alcanzar verdades indudables y, en concreto, las reglas del método. Platón (427-347 a.C) es el filósofo de su época más adecuado para confrontarlo con las ideas del texto y la filosofía de Descartes.

Descartes y Platón son racionalistas, puesto que el origen del conocimiento se encuentra en la razón, en la capacidad para intuir la verdad o la idea. La diferencia es que en Platón la idea es externa al pensamiento y en Descartes la idea es innata, se encuentra en el pensamiento.

El método cartesiano se basa en la evidencia y la deducción. Platón defiende el método Dialéctico que se basa en el ascenso de la razón, y lo que hace que la razón quiera ascender hasta la verdad es el recuerdo o reminiscencia de lo que el alma contempló en la otra vida, el recuerdo de la idea. El método dialéctico se basa de algún modo en la evidencia o intuición (recuerdo) y en la deducción (recuerdo de la idea y conocimiento racional).

Para Descartes, la evidencia, primera regla del Método, es Subjetiva: la verdad se encuentra en el sujeto que la piensa. Para Platón la evidencia es Objetiva: la verdad está más allá del sujeto que la piensa; de hecho, la verdad se encuentra en otro mundo, el mundo de las ideas. Es así como Platón preserva una verdad universal e igual para todos, para evitar caer en el relativismo o escepticismo sofista.

La síntesis es la tercera regla del método cartesiano y consiste en buscar conexiones entre las distintas intuiciones, mediante la deducción. En Platón, la síntesis podemos verla en la Noesis, que es el grado más alto de conocimiento.

La noesis es el conocimiento racional basado en las ideas y parte de las ideas para ir de idea en idea, hasta alcanzar la idea de Bien o la primera idea. Este ascenso racional se basa en las conexiones deductivas que existen entre las ideas, que poseen una jerarquía o un orden. Las ideas son intuidas.

En Descartes, la enumeración es la cuarta regla del método, es un recuento o repaso para evitar cualquier error. La enumeración para Platón sería el repaso que pudiese realizarse tras el ascenso hasta la idea de Bien y podemos relacionarlo con el momento de descenso que acompaña a la noesis. Recordemos que el prisionero liberado, cuando puede ver el Sol, debe volver a la caverna para liberar a otros. Este regreso para compartir el conocimiento es un deber ético: el que conoce el Bien debe compartirlo.