Arte y Sociedad en la Era Moderna: Del Impresionismo al Realismo

Impresionismo y Postimpresionismo

En la era de la Revolución Industrial, con avances como la electricidad, el ferrocarril, la medicina, el teléfono y el telégrafo, se consolidaron los estados liberales con gobiernos y parlamentos democráticos. Este periodo también fue testigo del imperialismo y la colonización de África y Asia. Francia, una potencia colonial con gran rendimiento económico, vio a París convertirse en el centro mundial del arte hasta la década de 1920. Hasta el surgimiento del Impresionismo, el arte francés estaba marcado por las reglas de la Academia de Bellas Artes, que organizaba los salones de pintores con exposiciones anuales de obras neoclásicas. En 1863, el rechazo de la Academia a numerosos pintores causó un escándalo, llevando a Napoleón III a crear el Salón de los Rechazados. Entre las obras de este salón se encontraba Desayuno sobre la hierba de Édouard Manet, una obra entre el realismo y el impresionismo que rompió con la tradición academicista y representó el inicio de la era moderna. A pesar de las críticas, la obra fue celebrada por un grupo de pintores que más tarde formarían el movimiento impresionista.

A finales de 1860, estos pintores, que rechazaban el arte académico y admiraban la obra de Manet, se reunían en el café Guerbois. En 1874, decidieron abandonar el Salón de pintores para realizar una exposición independiente y colectiva, con la participación de Monet, Cézanne, Renoir, Degas, Pissarro, entre otros. En esta exposición, la obra de Monet, Impresión, sol naciente, dio nombre al movimiento gracias a un crítico de arte que utilizó la palabra “impresión” para describir el estilo. Con la firme voluntad de romper con las reglas academicistas, pintaban paisajes al aire libre y escenas de la vida cotidiana, con una pintura concebida a partir de la luz y su incidencia en el agua y los objetos. Utilizaban pinceladas sueltas, pequeñas y juntas, superpuestas para crear un efecto de mezcla de colores.

El término postimpresionismo se utiliza para referirse a diferentes estilos entre 1890 y 1905. Esto no significa la desaparición del Impresionismo, sino que diferentes pintores franceses desarrollaron estilos personales que los alejaban de los ideales impresionistas. El término no se aplicó hasta 1910, en una exposición con obras de Cézanne, Van Gogh, Gauguin y Toulouse-Lautrec. Las obras postimpresionistas, con rasgos propios, apuestan por una pintura más subjetiva y fiel a la realidad, expresando no solo lo que el sujeto mira, sino también lo que siente y piensa.

Arquitectura del Hierro

La Revolución Industrial modificó la sociedad del siglo XIX con un crecimiento poblacional que requirió un nuevo urbanismo. La búsqueda de una arquitectura adaptada a las necesidades de la nueva sociedad coincidió con la aparición de nuevos materiales como el hierro y el vidrio, que permitían construcciones más firmes y rápidas. A partir de mediados del siglo XIX, se construyeron grandes edificios de hierro y vidrio para las exposiciones universales en las capitales europeas. Estas construcciones efímeras se desmontaban al finalizar la exposición. A finales del siglo XIX, con la aparición del cemento, las estructuras metálicas sirvieron de apoyo, el cemento para recubrir los edificios y el vidrio para los grandes ventanales. Un ejemplo paradigmático es el Crystal Palace, construido para la primera Exposición Universal en Londres, un edificio hecho con elementos prefabricados de hierro, vidrio y madera.

Jacques-Louis David y el Neoclasicismo

La Revolución Francesa, precedida por una crisis en la monarquía francesa, vio el malestar de la población por los excesos de la corte de Luis XVI y la subida de precios. La convocatoria de los Estados Generales por el rey llevó al Tercer Estado (burguesía) a formar la Asamblea Nacional. Las clases populares se unieron a la revuelta, iniciando la Revolución Francesa en 1789. En 1792 se proclamó la república y, un año más tarde, Luis XVI fue guillotinado. Jacques-Louis David, el pintor del periodo revolucionario, abandonó los excesos del Barroco y el Rococó para adoptar un estilo más racional que encarnaba los principios de la Revolución.

Romanticismo

Movimiento cultural y artístico de mediados del siglo XIX, el Romanticismo influyó en el arte, la literatura y la música, representando también una actitud vital. Ligado a los principios de la Revolución Francesa y las teorías de Rousseau, el Romanticismo defiende la libertad individual y colectiva, exalta los sentimientos extremos, muestra un especial interés por los paisajes y el exotismo, y se interesa por la naturaleza frondosa como reflejo del estado de ánimo del artista. El hombre romántico, insatisfecho, se refugia en la naturaleza para evadirse de la realidad, dejándose llevar por las pasiones del alma.

Realismo

Movimiento artístico entre 1848 y 1870, el Realismo busca recrear la realidad con la máxima fidelidad. Pintores y escultores realistas pretenden dar una visión objetiva de la realidad, especialmente en un momento en que la Revolución Industrial genera un gran contraste entre las clases obreras y rurales y las clases acomodadas. Con aspiraciones liberales frustradas tras las revueltas de 1848, el Realismo se caracteriza por un arte objetivo, no idealizado, que utiliza todos los elementos pictóricos para lograr la fidelidad a la realidad. Gustave Courbet, pintor francés contrario al academicismo, abrió un pabellón con el nombre de “Realismo” tras ser rechazado en la Exposición Universal. Su pintura, con un carácter reivindicativo, reflejaba su activismo político.