Descartes vs. Locke: Racionalismo, Empirismo y el Origen del Conocimiento

Descartes: El Método y la Razón como Fundamento del Conocimiento

En este pasaje, Descartes expone las cuatro reglas de su método filosófico, que establecen las bases de su racionalismo. Comienza justificando la necesidad de un método universal, tomando como referencia la geometría y la matemática, disciplinas en las que encuentra el modelo de certeza que busca para toda la filosofía. Para ello, propone:

  • Regla de la evidencia: Solo aceptar lo que sea claro y distinto.
  • Regla del análisis: Dividir los problemas en partes más simples.
  • Regla de la síntesis: Ordenar los pensamientos desde lo simple hasta lo complejo.
  • Regla de la enumeración: Revisar cada paso para evitar errores.

Descartes defiende que, aplicando este método con rigor, se puede alcanzar cualquier verdad, independientemente de lo oculta o difícil que parezca. Este fragmento sintetiza la base del racionalismo cartesiano, que sostiene que el conocimiento no proviene de la experiencia (como en el empirismo de Locke), sino de la razón. Sus principios fundamentales son:

  • Rechazo de la escolástica medieval: No se basa en la autoridad de los textos antiguos, sino en la certeza racional.
  • Matemáticas como modelo del saber: Descartes cree que la certeza matemática debe trasladarse a la filosofía.
  • Método deductivo: Se parte de principios evidentes (cogito, ergo sum) para deducir el resto del conocimiento.


Si comparamos a Descartes con John Locke, encontramos una oposición clara:

  • Descartes es racionalista: Cree en ideas innatas y en la razón como fuente del conocimiento.
  • Locke es empirista: Sostiene que la mente es una tábula rasa y que el conocimiento proviene de la experiencia.

Locke rechazaría la idea cartesiana de la evidencia racional como criterio de verdad, argumentando que todo conocimiento debe partir de la experiencia sensorial. Además, mientras Descartes usa la deducción, Locke se basa en la inducción para llegar a leyes generales.

Este fragmento representa la esencia del método cartesiano y su confianza en la razón como base del conocimiento. Aunque su enfoque será influyente en la filosofía moderna, será duramente criticado por los empiristas como Locke, quienes argumentarán que la razón sin experiencia es insuficiente para alcanzar la verdad.


La Duda Metódica y el “Cogito, Ergo Sum”

En este pasaje, Descartes desarrolla su duda metódica y llega a su primera certeza: “cogito, ergo sum” (Pienso, luego existo). Partiendo de la hipótesis de que todo puede ser falso, los sentidos, el cuerpo, el mundo, se enfrenta a la posibilidad de que un “genio maligno” lo engañe en todo. Sin embargo, si está siendo engañado, necesariamente debe existir para ser engañado. Por tanto, llega a la conclusión de que la única certeza absoluta es su propia existencia como ser pensante (res cogitans).

Este fragmento es clave en la filosofía cartesiana porque establece:

  • Duda metódica: Descartes pone en cuestión todo conocimiento previo para encontrar una verdad indudable.
  • Primera certeza: Aunque todo pueda ser falso, su pensamiento (el hecho de dudar) demuestra su existencia.
  • Dualismo cartesiano: Descartes distingue entre la mente (res cogitans, pensamiento) y el mundo material (res extensa), cuya existencia aún no está demostrada.

Este descubrimiento servirá de base para construir todo su sistema filosófico.


La Crítica de Locke al Racionalismo Cartesiano

Este planteamiento choca directamente con la filosofía de John Locke, quien rechaza la idea de que el pensamiento sea la base del conocimiento. Para Locke:

  • No existen ideas innatas: Mientras que Descartes cree que el pensamiento prueba la existencia del yo, Locke sostiene que todo conocimiento proviene de la experiencia.
  • No podemos partir de la duda absoluta: Para Locke, el conocimiento comienza con la percepción sensorial, no con un proceso de duda metódica.
  • Somos más que pensamiento: Descartes reduce la existencia al pensamiento, pero Locke argumenta que el ser humano es cuerpo y mente, conociéndose a sí mismo a través de la experiencia.

Conclusión

Este fragmento representa el punto de partida del racionalismo cartesiano y su confianza en la razón como única fuente de certeza. Sin embargo, será duramente criticado por los empiristas como Locke, quienes argumentarán que sin experiencia sensorial, el pensamiento no tiene contenido ni valor para conocer la realidad.


John Locke: Vida, Obra y Pensamiento

Nació en Wrington, Inglaterra, en una familia puritana. Estudió en Oxford, donde se especializó en medicina y filosofía experimental. Fue médico y consejero del conde de Shaftesbury, líder del Partido Whig, lo que consolidó su visión política liberal. Exiliado en los Países Bajos por sospechas de conspiración contra Carlos II. Regresó a Inglaterra tras la Revolución Gloriosa y publicó sus obras más importantes. Murió en Essex en 1704.

Obras:

  • “Ensayo sobre el entendimiento humano” (1690): Fundamenta el empirismo y rechaza las ideas innatas.
  • “Dos tratados sobre el gobierno civil” (1690): Expone su teoría política basada en el contrato social, la división de poderes y la soberanía popular.
  • “Cartas sobre la tolerancia”: Defiende la libertad religiosa, aunque excluye a católicos y ateos.

Locke y la Propiedad Privada: Implicaciones en el Debate Actual

El pensamiento de Locke sobre la propiedad y la legitimidad del gobierno tiene una relación directa con el fenómeno de la ocupación ilegal de viviendas. Para Locke, la propiedad privada es un derecho natural que surge del trabajo; es decir, alguien tiene derecho sobre un bien cuando lo ha adquirido legítimamente y lo utiliza productivamente. Sin embargo, el problema de los okupas plantea una tensión entre este derecho y otras necesidades sociales, como el acceso a la vivienda.


Desde una perspectiva lockeana, la ocupación de una propiedad sin el consentimiento del dueño vulnera el principio de propiedad privada y el contrato social, ya que implica la apropiación de un bien ajeno sin un acuerdo legítimo. Locke afirmaba que el Estado existe para proteger la propiedad y garantizar que las disputas sean resueltas de manera justa por un poder legislativo y judicial imparcial. En muchos países, sin embargo, la respuesta de las autoridades ante la ocupación ha generado debates sobre si las leyes están protegiendo de manera adecuada a los propietarios o si están favoreciendo, en algunos casos, a quienes ocupan ilegalmente.

Por otro lado, algunos defensores de la ocupación argumentan que cuando el derecho a la vivienda no está garantizado por el Estado, la legitimidad de la propiedad puede cuestionarse. Aunque Locke reconocía el derecho a la rebelión cuando un gobierno no protege adecuadamente a sus ciudadanos, su concepto de propiedad sigue siendo la base del derecho moderno, lo que hace que el fenómeno de los okupas se convierta en un punto de fricción entre la teoría clásica del liberalismo y los problemas sociales contemporáneos.