Descartes: Duda Metódica y el Cogito como Fundamento del Conocimiento

Contexto Histórico y Filosófico de Descartes

La vida y el pensamiento del filósofo y matemático francés René Descartes (1596-1650), padre del Racionalismo moderno, se desarrollan en pleno Barroco, época en la que se está fraguando la nueva ciencia (Bacon, Galileo) con un nuevo método basado en la observación empírica y en las matemáticas. La nueva ciencia mostró a los filósofos barrocos la importancia del método del conocer. Esto, más la constatación de que no conocemos la realidad, sino nuestra “idea” de la misma, contribuyeron al giro gnoseológico de la filosofía moderna, que partirá ahora de la reflexión sobre el conocimiento antes de temas ontológicos.

Ideas Centrales de Descartes

  • Es obvio que los sentidos nos engañan a veces, y podría suponer que lo hicieran siempre.
  • También puede suponer sin contradicción que la razón se equivoca.
  • Es imposible distinguir con seguridad absoluta la vigilia del sueño.
  • Si puedo suponer que todo es falso, es necesario que exista el sujeto que duda.
  • La firmeza y seguridad de esta verdad la hacen resistente a la duda y, por ello, la convierten en el primer axioma de su filosofía.

La Duda Metódica de Descartes: Un Análisis Detallado

Descartes fue llamado el filósofo de la duda porque creía que, al investigar, debía descartarse todo lo que no ofreciera certeza absoluta. Estableció tres niveles principales de duda, que en este comentario se detallan de la siguiente forma: el conocimiento sensible, el conocimiento racional y la existencia del mundo físico (en sus Meditaciones Metafísicas, el orden de la duda varía, y aparece la hipótesis del Genio maligno, que no se menciona en este texto).

Primer Nivel: Duda sobre el Conocimiento Sensible

En el primer nivel, Descartes cuestiona la fiabilidad de las percepciones sensoriales, ya que, como sabemos, los sentidos a veces nos engañan. Por lo tanto, sugiere que es posible que siempre nos engañen. En este nivel, no se pone en duda la existencia de los objetos físicos, sino la veracidad del conocimiento que tenemos sobre ellos.

Segundo Nivel: Duda sobre el Conocimiento Racional

El segundo nivel de duda afecta a la capacidad de la razón humana para razonar correctamente. Como algunos seres humanos se equivocan al razonar, Descartes plantea que podría suceder que nuestra mente también se equivoque constantemente. Por ello, debe considerar que incluso los razonamientos que había tomado por verdaderos hasta ese momento podrían ser falsos. Este nivel de duda, como podemos ver, afecta al conocimiento racional.

Tercer Nivel: Duda sobre la Existencia del Mundo Físico

Por último, en el tercer nivel de duda, Descartes compara la vigilia con el sueño y señala la falta de criterios claros para distinguir entre ambos. Esto lo lleva a cuestionar la existencia de los objetos físicos, pues podría suponer que las percepciones que tenemos mientras estamos despiertos no son más verídicas que las ilusiones que experimentamos en los sueños.

El Cogito: La Primera Verdad Indudable

Así, al generar esta duda que afecta a todos los niveles del conocimiento humano, Descartes llega a la verdad indudable, el principio que usará como base para construir todo el conocimiento humano. Este principio es el cogito: “Dudo, pienso, luego existo”. Esta primera evidencia es incuestionable, porque para dudar es necesario existir como sujeto que piensa. Este principio no solo será el pilar de su filosofía, sino también el criterio de verdad de cualquier otra afirmación: cualquier verdad debe tener la misma claridad y distinción que el cogito.

El texto muestra que la duda no es escéptica, sino metódica, como resultado de la aplicación de la primera regla del método de Descartes, la de la evidencia, que consiste en aceptar solo aquello que sea tan claro y distinto que no deje lugar a dudas. Así, Descartes encuentra la primera verdad buscada: la existencia del sujeto que piensa y duda.

El Método Cartesiano y la Unificación de las Ciencias

Pero, ¿qué llevó a Descartes a este radical proceso de duda? Su objetivo no era causar alarma en la vida cotidiana de las personas, sino explorar posibilidades abstractas que sirvieron como herramienta en la investigación. En una época donde el conocimiento científico carecía de base sólida, Descartes intentó unificar las ciencias en una estructura jerarquizada. En esta estructura, la metafísica (la filosofía) serían las raíces, la física el tronco y las ramas representarían las otras ciencias.

Para construir esta estructura, Descartes buscó una verdad absoluta y firme en la metafísica, a partir de la cual pudiera fundamentar todo el conocimiento con la misma certeza que las matemáticas. Esas verdades previas y absolutas servirían como axiomas para deducir cualquier otra verdad y construir un sistema de conocimiento verdadero. Para ello, ideó un método basado en cuatro reglas:

  1. Regla de la Evidencia: Aceptar como verdadero solo lo que sea evidente (intuitivo). Todo lo evidente debe tener dos características: claridad y distinción.
  2. Regla del Análisis: Dividir los problemas en partes simples y no abordarlos de manera compleja.
  3. Regla de la Síntesis: Una vez analizadas las partes, recomponer el problema complejo y verificar su validez.
  4. Regla de la Enumeración: Revisar todos los pasos para asegurarse de que no se ha cometido ningún error ni se ha olvidado nada.

Superando el Solipsismo: El Rol de Dios en la Filosofía Cartesiana

Los tres niveles de duda en el texto son el resultado de la aplicación del método de Descartes, especialmente la primera regla, la de la evidencia, que exige dudar de todo para encontrar algo indudable. Sin embargo, esta duda universal solo lleva a una verdad firme: el cogito. El reto de Descartes es evitar el solipsismo, ya que parecería que la existencia del pensamiento solo lleva a la existencia del propio pensamiento. Para superar este círculo, Descartes recurrirá a Dios.