España 1931-1939: Segunda República, Constitución, Reformas y Guerra Civil

La proclamación de la Segunda República, el Gobierno Provisional y la Constitución de 1931. El sufragio femenino

La proclamación de la Segunda República y el Gobierno Provisional

Tras la dimisión de Primo de Rivera en 1930, la oposición antimonárquica intentó derrocar la monarquía sin éxito. El 12 de abril de 1931 se celebraron elecciones municipales que se interpretaron como un plebiscito sobre la monarquía. La victoria republicana en las ciudades llevó al exilio de Alfonso XIII y, el 14 de abril, se proclamó la Segunda República.

El Gobierno Provisional, presidido por Niceto Alcalá-Zamora, incluía a figuras como Manuel Azaña, Alejandro Lerroux, Francisco Largo Caballero y Santiago Casares Quiroga. Su objetivo era consolidar la República y transformar el Estado. Enfrentaron problemas como la proclamación de la República Catalana por Francesc Macià, resuelta con la promesa de un gobierno autonómico. También aprobaron reformas y enfrentaron tensiones con la Iglesia y sectores monárquicos, agravadas por la quema de conventos en mayo de 1931.

La Constitución de 1931

Las elecciones a Cortes Constituyentes del 28 de junio dieron la victoria a republicanos y socialistas. Destacó la elección de las primeras diputadas: Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken. La Constitución, aprobada el 9 de diciembre, se inspiró en las constituciones de Weimar, Austria y México y estableció:

  • España como una república democrática y de trabajadores, con derechos sociales y un Tribunal de Garantías Constitucionales.
  • Un Estado integral compatible con la autonomía de municipios y regiones.
  • Separación de poderes, con un Presidente de la República y un parlamento unicameral (Cortes) elegido por sufragio universal directo.
  • Estado laico, con libertad de culto y la prohibición de que las órdenes religiosas impartieran enseñanza.
  • Educación obligatoria, gratuita y laica.
  • Economía social, permitiendo expropiaciones por interés nacional y la protección del trabajo.

El sufragio femenino

El artículo 36 reconoció el voto femenino tras un intenso debate en el que Clara Campoamor defendió la igualdad sin condiciones, enfrentándose a Victoria Kent, quien proponía aplazarlo por la supuesta falta de preparación de las mujeres y su posible influencia conservadora. Finalmente, el 1 de octubre de 1931, el sufragio femenino fue aprobado con 161 votos a favor y 121 en contra, fijándose la edad para votar en 23 años para ambos sexos.

El bienio reformista (1931-1933): Reformas estructurales, política territorial y realizaciones sociales y culturales. Reacciones desde los diversos posicionamientos

Gobierno de Azaña y contexto económico

Tras la aprobación de la Constitución de 1931, Niceto Alcalá-Zamora fue elegido presidente de la República y encargó formar gobierno a Manuel Azaña, quien gobernó con republicanos de izquierda y socialistas hasta noviembre de 1933. Su objetivo fue modernizar España en medio de la Gran Depresión, que afectó al país con una caída del comercio exterior del 30% y un desempleo del 10%.

Principales reformas

  • Reforma militar: La Ley Azaña buscó modernizar el ejército, reduciendo unidades y el número excesivo de oficiales (ofreciendo el retiro voluntario con sueldo íntegro), cerrando la Academia Militar de Zaragoza (dirigida por Franco) y creando la Guardia de Asalto (policía fiel a la República). No logró sus objetivos plenamente y generó oposición, especialmente entre los militares africanistas.
  • Reforma religiosa: Buscaba la separación Iglesia-Estado con medidas como la secularización de cementerios, la disolución de la Compañía de Jesús (por su voto de obediencia al Papa) y la eliminación de subvenciones estatales a la Iglesia. Se aprobó la Ley del Divorcio (1932) y la Ley de Congregaciones (1933), que limitaba la posesión de bienes a las órdenes religiosas y les prohibía ejercer la enseñanza, aumentando la tensión con los sectores católicos.
  • Reforma laboral y social: Dirigida por el ministro de Trabajo, Francisco Largo Caballero (UGT), incluyó la jornada de 8 horas (ya existente pero extendida al campo), el seguro de accidentes y la Ley de Contratos de Trabajo (1931), que regulaba convenios colectivos y el derecho a huelga. También se aprobó la Ley de Jurados Mixtos (1931) para arbitrar conflictos laborales y la Ley de Asociaciones Obreras (1932).
  • Reforma agraria: Buscaba acabar con los latifundios improductivos y asentar campesinos. La Ley de Bases para la Reforma Agraria (1932) permitía la expropiación con indemnización de grandes fincas no cultivadas directamente por sus dueños. Las tierras de la nobleza que participó en el intento de golpe de Estado del general Sanjurjo (la Sanjurjada, agosto de 1932) fueron confiscadas sin compensación. Sin embargo, la lentitud y complejidad burocrática del proceso a través del Instituto de Reforma Agraria (IRA) generó frustración campesina y levantamientos anarquistas.
  • Reforma educativa: Se aumentó un 50% el presupuesto para construir escuelas, formar maestros (con mejores salarios) y reducir el analfabetismo (cercano al 40%). Se crearon cerca de 13.000 escuelas y se impulsaron las Misiones Pedagógicas (bibliotecas ambulantes, teatro, cine en zonas rurales) y proyectos culturales como el grupo de teatro universitario La Barraca, dirigido por Federico García Lorca.
  • Reforma autonómica:
    • Cataluña: Se aprobó el Estatuto de Nuria (1932) tras una fuerte oposición de la derecha. Francesc Macià fue su primer presidente.
    • País Vasco: El proyecto de estatuto (Estatuto de Estella) incluía Navarra, pero el rechazo de esta y la oposición de la derecha y sectores republicanos retrasaron su aprobación hasta octubre de 1936, ya en plena Guerra Civil.
    • Galicia y Andalucía: Galicia aprobó su estatuto en plebiscito en junio de 1936, pero no llegó a debatirse en las Cortes por el estallido de la guerra. En Andalucía, un anteproyecto (Estatuto de Andújar) se presentó en 1933, impulsado por Blas Infante, pero no prosperó.

Oposición y desgaste del gobierno

El régimen enfrentó oposición desde distintos sectores:

  • Derecha monárquica y católica: Hostil a las reformas laicistas y autonómicas. Intento de Golpe de Estado de Sanjurjo (1932), que fracasó.
  • Anarquismo (CNT-FAI): Consideraba las reformas insuficientes y promovía la revolución social. Protagonizó insurrecciones como la de enero de 1933, con la trágica represión gubernamental en Casas Viejas (Cádiz), que debilitó enormemente al gobierno de Azaña.

Finalmente, la crisis de la coalición republicano-socialista y el desgaste por los conflictos sociales llevaron a Alcalá-Zamora a retirar la confianza a Azaña y convocar elecciones en noviembre de 1933.

El bienio radical-cedista (1933-1935) y el Frente Popular (1936). Desórdenes públicos, violencia y conflictos sociales

En las elecciones de noviembre de 1933 (las primeras con voto femenino), la derecha, organizada en torno a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), obtuvo la victoria frente a una izquierda dividida. La CEDA, liderada por José María Gil Robles, era un partido católico de masas con una fuerte inclinación autoritaria y accidentalista respecto a la forma de gobierno. Su triunfo provocó una insurrección armada de la CNT en Aragón y La Rioja, duramente reprimida, con 89 muertos y cientos de encarcelados.

El Bienio Conservador o Radical-Cedista (diciembre 1933 – octubre 1934)

Aunque la CEDA fue el partido más votado, Alcalá-Zamora encargó formar gobierno al Partido Radical de Alejandro Lerroux, con el apoyo parlamentario de la CEDA. Este gobierno paralizó o rectificó las reformas del bienio anterior:

  • Reforma agraria: Se frenó la aplicación de la ley, se devolvieron tierras a la nobleza implicada en la Sanjurjada y se derogó la Ley de Términos Municipales (que obligaba a contratar jornaleros locales).
  • Reforma religiosa: Se paralizó la Ley de Congregaciones, se dotó de presupuesto al clero y se iniciaron negociaciones para firmar un concordato con la Santa Sede.
  • Educación: Se redujo significativamente el presupuesto escolar y se permitió de nuevo la enseñanza en instituciones religiosas.
  • Ejército: Se aprobó una amnistía para los implicados en la Sanjurjada y se nombró a militares antirrepublicanos (como Franco o Mola) en puestos clave.
  • Cataluña y País Vasco: Se suspendió la tramitación del estatuto vasco y se recurrió ante el Tribunal de Garantías Constitucionales la Ley de Contratos de Cultivo aprobada por el Parlament catalán, generando una fuerte tensión con el gobierno de la Generalitat presidido por Lluís Companys (sucesor de Macià tras su muerte).

El panorama político se radicalizó con la emergencia de grupos fascistas como Falange Española (fundada por José Antonio Primo de Rivera) y monárquicos autoritarios como Renovación Española (liderada por Calvo Sotelo). A la izquierda, se produjo una radicalización del PSOE (liderado por Largo Caballero) y el PCE.

La Revolución de Octubre de 1934

El 4 de octubre de 1934, la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno de Lerroux fue interpretada por la izquierda como el preludio del fascismo. Esto provocó una huelga general revolucionaria impulsada principalmente por el PSOE y la UGT, que fracasó en la mayor parte de España.

  • En Cataluña, el presidente Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, pero el movimiento fue rápidamente sofocado por el ejército. Se suspendió la autonomía catalana y el gobierno de la Generalitat fue encarcelado.
  • En Asturias, la insurrección, liderada conjuntamente por mineros de CNT, UGT y PSOE, tuvo éxito inicial, logrando tomar pueblos y cuarteles de la Guardia Civil y proclamando la Revolución Socialista. Fue brutalmente sofocada por el ejército enviado por el gobierno, bajo el mando del general Franco, con un saldo de más de 1.000 muertos, miles de heridos y una durísima represión posterior.

Tras la revolución, la CEDA ganó influencia en el gobierno: Gil Robles fue nombrado ministro de la Guerra y Franco, jefe del Estado Mayor Central. Sin embargo, escándalos de corrupción (como el del estraperlo) debilitaron al gobierno de Lerroux, llevando a su caída definitiva en 1935 y a la convocatoria de nuevas elecciones por Alcalá-Zamora en febrero de 1936.

Las elecciones de 1936 y el Frente Popular

Ante el temor al avance del fascismo, la izquierda (republicanos, socialistas, comunistas) formó una coalición electoral: el Frente Popular. La derecha (CEDA, monárquicos del Bloque Nacional) no logró una estrategia unificada.

El Frente Popular ganó las elecciones de febrero de 1936. Se formó un gobierno exclusivamente republicano presidido por Casares Quiroga y, posteriormente, Azaña fue elegido presidente de la República en sustitución de Alcalá-Zamora (destituido por las Cortes). El PSOE, dividido internamente, rechazó entrar en el gobierno, lo que debilitó al ejecutivo.

El nuevo gobierno amnistió a los presos de la Revolución de Octubre, restauró la Generalitat de Cataluña y reanudó las reformas del primer bienio. Sin embargo, las tensiones sociales y políticas aumentaron drásticamente:

  • Se encarceló a líderes de Falange (como José Antonio Primo de Rivera) tras varios atentados.
  • Se alejó de Madrid a generales considerados golpistas como Franco (a Canarias), Mola (a Pamplona) y Goded (a Baleares), pero estos continuaron conspirando.
  • Hubo un incremento de la violencia política callejera, ocupaciones de tierras, huelgas, quema de iglesias y enfrentamientos entre militantes de izquierda y derecha.

El asesinato del líder monárquico José Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936, en represalia por el asesinato previo del teniente de la Guardia de Asalto José Castillo (simpatizante socialista), actuó como catalizador y precipitó el golpe de Estado militar planeado por Mola, que se inició en Melilla el 17 de julio y se extendió a la península el 18, marcando el inicio de la Guerra Civil Española.

La Guerra Civil: historiografía, desarrollo y consecuencias

I. Aproximación a la historiografía sobre el conflicto

Primeras interpretaciones (1936-1960)

Las primeras obras estuvieron marcadas por la propaganda de ambos bandos.

  • Versiones franquistas: Justificaban el golpe y la guerra como una “cruzada” o “guerra de liberación” necesaria contra el comunismo, el separatismo, la masonería y la anarquía, defendiendo los valores católicos y nacionales.
  • Versiones republicanas: Presentaban el conflicto como una lucha por la democracia legítima y las libertades contra el fascismo internacional y la reacción interna.

Años 60-70: Historiografía científica y estudios extranjeros

Aparecen estudios más objetivos, especialmente desde el extranjero.

  • Hugh Thomas, con su obra La Guerra Civil Española (1961), abrió el camino a investigaciones más rigurosas y globales.
  • Otros autores anglosajones como Gabriel Jackson, Raymond Carr o Stanley Payne analizaron el conflicto, a menudo centrándose en las causas del fracaso republicano y la naturaleza del régimen franquista.
  • En España, historiadores como Ricardo de la Cierva o Manuel Tuñón de Lara impulsaron una revisión de los estudios, aunque aún con limitaciones por la censura franquista.

Años 80 en adelante: Nuevos enfoques y debates

Tras la Transición, la historiografía española experimentó un gran desarrollo.

  • Se abordaron aspectos específicos como la represión en ambas zonas (Julián Casanova, Francisco Espinosa), el apoyo internacional a los sublevados (Ángel Viñas) o las Brigadas Internacionales (Andreu Castells).
  • Surgieron investigaciones sobre el papel de las mujeres, la vida cotidiana durante la guerra, el exilio republicano y el papel de la Iglesia Católica.
  • En el siglo XXI, ha aparecido un revisionismo neofranquista (con autores como Pío Moa), que intenta justificar el golpe de Estado y la dictadura, pero carece de reconocimiento académico mayoritario.

II. Desarrollo de la Guerra Civil (1936-1939)

El golpe de Estado del 17 y 18 de julio de 1936, liderado por un grupo de generales (Mola, Franco, Sanjurjo -que murió al inicio-, Goded, Queipo de Llano), no logró imponerse de manera inmediata en todo el país debido a la resistencia de parte del ejército, las fuerzas de seguridad leales y, sobre todo, las organizaciones obreras y populares. Esto llevó a la división del país en dos bandos:

  • El bando republicano (o leal): Controlaba Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, la costa mediterránea, Asturias, Cantabria y parte de Castilla-La Mancha y Andalucía. Defendía la legalidad de la Segunda República. Contó con el apoyo de la URSS y México, y las Brigadas Internacionales.
  • El bando sublevado (o nacional): Controlaba Galicia, Castilla y León, Navarra, Aragón, parte de Andalucía (Sevilla, Córdoba, Granada), Baleares (excepto Menorca) y Canarias. Buscaba instaurar un régimen autoritario. Recibió ayuda militar crucial de la Alemania nazi y la Italia fascista.

Ante esta situación, España se sumió en una guerra civil que se prolongó durante casi tres años. El conflicto se desarrolló en distintas fases:

1ª Fase: La lucha por Madrid (julio 1936 – marzo 1937)

El objetivo inicial de los sublevados era tomar Madrid rápidamente.

  • Avance desde el norte: El general Mola intentó avanzar desde Navarra y Castilla y León, pero fue frenado en la Sierra de Guadarrama. En Galicia, las tropas sublevadas lograron romper el cerco republicano de Oviedo.
  • Avance desde el sur: El ejército de África, dirigido por Franco (nombrado Generalísimo y Jefe del Estado sublevado en octubre de 1936), cruzó el Estrecho de Gibraltar gracias a la ayuda aérea alemana e italiana. Desde Sevilla, avanzó rápidamente hacia el norte por Extremadura, ocupando Badajoz (agosto), donde tuvo lugar una represión masiva. Franco desvió sus tropas para liberar el Alcázar de Toledo (septiembre), lo que retrasó el asalto a Madrid pero le dio prestigio.
  • El asalto a Madrid (noviembre 1936): Comenzó con intensos bombardeos de la aviación alemana (Legión Cóndor). Sin embargo, la resistencia organizada por la Junta de Defensa de Madrid (presidida por el general Miaja y con el general Rojo como jefe de Estado Mayor), con el apoyo crucial de las recién llegadas Brigadas Internacionales, la columna anarquista Durruti y el Quinto Regimiento comunista, impidió la toma de la ciudad. El lema “¡No pasarán!” se convirtió en un símbolo de la resistencia republicana.
  • Batallas en torno a Madrid: Tras la toma de Málaga por los sublevados (febrero 1937), estos intentaron cercar Madrid por el sur y el este, pero fracasaron en la Batalla del Jarama (febrero 1937) y la Batalla de Guadalajara (marzo 1937), donde las tropas republicanas derrotaron a las fuerzas italianas (CTV).

2ª Fase: La caída del Frente Norte (abril – octubre 1937)

Tras el fracaso en Madrid, Franco cambió de estrategia y concentró sus esfuerzos en conquistar la franja cantábrica republicana, aislada del resto del territorio y rica en recursos industriales y mineros.

  • Avance franquista:
    • Bombardeo de Guernica (26 de abril de 1937): Ataque aéreo masivo contra población civil, ejecutado por la Legión Cóndor alemana y la aviación italiana. Destrucción casi total de la ciudad, inmortalizada por el cuadro de Picasso.
    • Conquista del País Vasco, Cantabria y Asturias: Toma de Bilbao (junio 1937) tras romper las defensas del Cinturón de Hierro. Muerte del general Mola (junio 1937) en un accidente de avión. El general Dávila completó la ocupación de Santander (agosto) y Asturias (octubre), eliminando el Frente Norte republicano.
  • Contraofensivas republicanas: Para aliviar la presión sobre el Norte, el ejército republicano lanzó dos ofensivas:
    • Batalla de Brunete (julio 1937): Intento republicano cerca de Madrid. Fracaso con grandes pérdidas humanas y materiales.
    • Batalla de Belchite (agosto-septiembre 1937): Ofensiva en el frente de Aragón para tomar Zaragoza. Se conquistó Belchite (que quedó destruido), pero no se alcanzaron los objetivos estratégicos.

3ª Fase: La ruptura de la zona republicana y la Batalla del Ebro (noviembre 1937 – noviembre 1938)

Con los recursos del norte, Franco buscó dividir el territorio republicano en dos, avanzando desde Aragón hacia el Mediterráneo.

  • Avance franquista hacia el Mediterráneo:
    • El ejército republicano tomó Teruel en diciembre de 1937, pero los sublevados la reconquistaron en febrero de 1938 tras duros combates en condiciones extremas de frío.
    • Ofensiva de Aragón: Las tropas franquistas rompieron el frente y avanzaron rápidamente, llegando al Mediterráneo por Vinaroz (Castellón) en abril de 1938.
    • La zona republicana quedó cortada en dos: Cataluña por un lado, y Madrid, Valencia y la zona centro-sur por otro.
  • Batalla del Ebro (julio – noviembre 1938):
    • Última gran ofensiva del ejército republicano, reorganizado y liderado por el general Vicente Rojo.
    • Objetivo: Distraer a Franco de su avance sobre Valencia, recuperar territorio y volver a unir las dos zonas republicanas.
    • El ejército republicano cruzó el río Ebro por sorpresa, pero quedó estancado. Se convirtió en una larga y sangrienta guerra de desgaste de casi cuatro meses.
    • Las tropas republicanas sufrieron enormes pérdidas (cerca de 70.000 bajas) y tuvieron que retirarse. Fue la derrota decisiva para la República.
    • Coincidió con los Acuerdos de Múnich (septiembre 1938), que mostraron la inacción de las democracias occidentales frente a Hitler y Mussolini, dejando a la República sin esperanzas de apoyo exterior. El gobierno republicano ordenó la retirada de las Brigadas Internacionales.

4ª Fase: El final de la guerra (diciembre 1938 – abril 1939)

Tras la derrota del Ebro, la caída republicana fue rápida e inevitable.

  • Enero-febrero 1939: Caída de Cataluña. El ejército franquista lanzó una ofensiva sobre Cataluña, que apenas encontró resistencia. Barcelona cayó el 26 de enero. El gobierno republicano, Azaña y medio millón de españoles (civiles y militares) huyeron a Francia en un éxodo masivo conocido como La Retirada.
  • Marzo 1939: Colapso final en la zona centro-sur. En Madrid, se produjo una división interna en el bando republicano. El coronel Segismundo Casado dio un golpe de Estado contra el gobierno de Negrín (partidario de resistir), con el apoyo de socialistas moderados y anarquistas, buscando una rendición negociada para evitar represalias. Franco exigió la rendición incondicional.
  • 28 de marzo: Las tropas franquistas entraron en Madrid sin resistencia. En los días siguientes, ocuparon el resto del territorio republicano.
  • 1 de abril de 1939: Franco emitió el último parte de guerra desde Burgos, declarando: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”.

III. Consecuencias de la Guerra Civil

  • Demográficas:
    • Pérdidas humanas: Las cifras varían, pero se estiman entre 500.000 y un millón de víctimas directas e indirectas (muertos en combate, represión en ambas retaguardias -mucho mayor la franquista-, hambre, enfermedades, descenso de la natalidad).
    • Exilio republicano: Cerca de medio millón de personas huyeron al final de la guerra, principalmente a Francia y América Latina. Supuso una enorme pérdida de capital humano (intelectuales, artistas, científicos, profesionales cualificados) que no regresarían en su mayoría hasta después de la muerte de Franco en 1975.
  • Económicas:
    • Destrucción de infraestructuras: Viviendas, comunicaciones, tejido industrial y agrícola quedaron devastados.
    • Pérdida de reservas de oro: El oro del Banco de España fue utilizado por la República para comprar armas a la URSS (“Oro de Moscú”).
    • Endeudamiento y dependencia exterior: El bando franquista contrajo deudas con Alemania e Italia.
    • La guerra condujo a una economía de subsistencia y autarquía durante los años 40, marcados por el racionamiento y el estancamiento.
  • Sociales:
    • Fractura social y trauma duradero: La guerra dejó una sociedad dividida y traumatizada por la violencia y el odio.
    • Represión franquista sistemática: Tras la victoria, se instauró una dictadura que ejerció una dura represión sobre los vencidos (ejecuciones, encarcelamientos masivos, campos de concentración, depuraciones laborales).
    • Restauración del poder de las élites tradicionales: La oligarquía terrateniente, financiera e industrial, junto con la Iglesia Católica y el Ejército, recuperaron y aumentaron su poder e influencia social.
    • Pérdida de derechos y libertades: Se suprimieron las libertades democráticas, los partidos políticos, los sindicatos obreros y los estatutos de autonomía.
  • Políticas e internacionales:
    • Instauración de la dictadura franquista: Un régimen autoritario, militarista, nacionalcatólico y anticomunista que duraría casi 40 años.
    • Aislamiento internacional inicial: España quedó aislada tras la Segunda Guerra Mundial por el apoyo de Franco a las potencias del Eje, aunque posteriormente fue admitida en la ONU (1955) en el contexto de la Guerra Fría.
    • La Guerra Civil Española fue vista como un preludio de la Segunda Guerra Mundial, un campo de pruebas para las armas y tácticas que se usarían en el conflicto global, y un símbolo de la lucha entre fascismo y antifascismo.