El Conocimiento según Aristóteles
La técnica o arte se relaciona con el saber hacer (esculturas, poesías, mesas, curas…) y se puede enseñar. Sin embargo, Aristóteles afirma que solo conocemos plenamente cuando sabemos qué son las cosas, cuáles son sus causas y principios. Este saber es la sabiduría (sophía), integrada por dos momentos: ciencia y entendimiento.
La ciencia (episteme) es un saber demostrativo sobre las causas; en cambio, el saber sobre los principios no se puede demostrar, sino que se captan intuitivamente gracias al entendimiento (nous). Tales principios pueden ser:
Principios del Conocimiento
Particulares
Válidos para una sola ciencia. Por ejemplo: el que afirma que “todos los ángulos rectos son iguales entre sí”, principio válido para la geometría. A estos principios propios de cada ciencia, Aristóteles los llama tesis, que se dividen en postulados (o hipótesis) y definiciones. Los postulados son las tesis que sostienen algo acerca de la realidad de su objeto (por ejemplo: que existe o que no existe). Las definiciones son las tesis que nos dicen lo que algo es, pero sin sostener nada acerca de su realidad efectiva.
Generales
Válidos para todas las ciencias o saberes. Por ejemplo, el “principio de no contradicción”, que afirma que no es posible que enunciados contrarios sean verdaderos al mismo tiempo. Aristóteles denomina axiomas a estos principios generales.
El Conocimiento Intelectual
Aristóteles distingue varios grados de conocimiento intelectual: arte, prudencia, ciencia, entendimiento. En el libro VI de Ética a Nicómaco, clasifica las ciencias y saberes humanos según sean ciencias puras (ciencias) o saberes.
Métodos de Conocimiento
Aristóteles afirma que hay dos métodos de conocimiento:
a. La deducción demostrativa: procedimiento mediante el cual, a partir de varias premisas, se sigue una conclusión necesaria.
b. La inducción: procedimiento que va de lo particular a lo general.
Teoría de las Ideas
Aristóteles no admite la existencia de un mundo de ideas (inteligible) separado del mundo sensible y rechaza la idea de la existencia del alma anterior al nacimiento, por lo tanto, tampoco admite la teoría platónica de la reminiscencia. El conocimiento intelectual es continuación del conocimiento sensible, y las ideas son producto de la “abstracción” a partir de las imágenes o datos sensibles. Aristóteles está de acuerdo con la existencia de ideas (universales, esencias), pero no como realidades separadas de las cosas, como defendía Platón. Las ideas son conceptos universales formados por inducción y abstracción gracias al intelecto agente. Cuando, mediante la observación, captamos elementos comunes en varios objetos, concluimos que pertenecen a la misma clase a pesar de las diferencias accidentales. Por ejemplo, llamamos aves a los animales que tienen plumas y alas, independientemente de que vuelen o no, o sean domésticos. “Ave” designa la esencia de una clase de individuos. Según Aristóteles, la esencia no puede estar separada de la cosa; si separamos la esencia de la cosa, ambas dejan de existir. Aristóteles entiende por universal el término que designa una clase de objetos, por ejemplo: hombre, que designa una clase de animales, es una especie. El término animal, más general, designa un modo de ser vivo y es un género. Tanto la especie como el género son universales.
Proceso del Conocimiento
El conocimiento comienza por los sentidos y culmina en el conocimiento intelectual: el concepto universal, la esencia o forma. Más detalladamente:
- El objeto sensible es captado por los sentidos externos (vista, oído, olfato, tacto, gusto), que suministran los sensibles propios (color, sonido, olor, frío, dulce…).
- Los datos se unifican en el sentido común, que distingue, organiza y unifica los sensibles propios y comunes (tamaño, figura, movimiento). Es lo que nos hace conscientes de tener sensaciones: conciencia.
- En la conciencia, los datos se conservan y combinan por la imaginación (produce imágenes) y la memoria (conserva imágenes), formando una imagen sin materia.
- Intervienen las facultades superiores: entendimiento agente y paciente.
- El entendimiento agente abstrae las cualidades particulares de la imagen y elabora un concepto que refleje lo esencial, lo universal (la forma).
- El entendimiento paciente, iluminado por el agente, “conoce” el universal y lo aplica a los casos particulares.
El entendimiento paciente es mortal, mientras que el agente es inmortal y eterno. La teoría de los entendimientos y la mortalidad o inmortalidad del alma generaron discusiones entre los comentaristas medievales de Aristóteles.
La Ética Aristotélica
Aristóteles escribió dos obras sobre ética: Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo y La Gran Ética (probablemente una recopilación). Los puntos centrales de la ética aristotélica son: la felicidad, la virtud y el término medio.
La Felicidad
La meta del ser humano es la felicidad (eudaimonía). La ética aristotélica es eudaimonista. La felicidad es perfecta y autárquica (autosuficiente), pero es un objetivo complejo al que contribuyen otros bienes:
a) Bienes externos: riqueza, honores, fama, poder…
b) Bienes del cuerpo: salud, placer, integridad…
c) Bienes del alma: la contemplación, la sabiduría…
Aristóteles sitúa la felicidad en el pleno desarrollo de la inteligencia (nous), que se alcanza mediante la actividad contemplativa, es decir, el conocimiento puro, la filosofía. La sabiduría proporciona la verdadera felicidad, aunque debe conjugarse con otras virtudes y bienes exteriores.
La Virtud
Para Aristóteles, la felicidad es imposible sin la virtud: “la actividad del hombre conforme a la virtud”. La virtud se adquiere por el hábito, no solo por educación y saber. Saber qué es el bien no implica hacerlo. Junto al entendimiento, que determina fines y medios, es necesaria la voluntad, que impulsa a obrar. Aristóteles llama prudencia a este saber obrar conforme a la razón, una virtud ética básica.
Hay dos clases de virtudes: éticas y dianoéticas.
“Existen dos clases de virtud: la dianoética y la ética. La dianoética se origina y crece por la enseñanza; la ética procede de la costumbre. Ninguna virtud ética se produce por naturaleza, puesto que nada natural se modifica por costumbre.” [Ética a Nicómaco, Lib. II, cap. 6]
La justicia es una virtud ética importante. Consiste en dar a cada uno lo que es debido. Hay dos clases:
La justicia distributiva o geométrica: señala cómo distribuir bienes y honores según los méritos.
La justicia conmutativa o aritmética (silagmática): se da entre individuos y es correctiva; restituye un daño causado. En los tribunales, es “judicial”.