El Barroco y el Neoclasicismo: Arte, Arquitectura y Escultura

El Barroco: Dinamismo y Teatralidad en el Arte

El Barroco no crea un nuevo lenguaje arquitectónico, sino que reinterpreta elementos clásicos con mayor dinamismo y teatralidad. Se caracteriza por el uso de formas abiertas, como frontones rotos, líneas curvas en columnas salomónicas y muros ondulados. La cúpula cobra gran importancia, decorada con frescos para crear efectos ilusorios. Los principales edificios son iglesias, palacios, fuentes y plazas, mientras que las reformas urbanísticas buscan realzar el poder del soberano con avenidas y plazas monumentales.

El Barroco en Roma

Roma es el epicentro del Barroco, impulsado por el Papado y la Contrarreforma. Carlo Maderno finaliza la Basílica de San Pedro del Vaticano, transformando su planta y diseñando una monumental fachada. Gian Lorenzo Bernini, maestro del Barroco, integra escultura y pintura en la arquitectura, destacando su columnata de San Pedro y el diseño de plazas emblemáticas. Por su parte, Francesco Borromini rompe con las reglas tradicionales, utilizando formas dinámicas y creando efectos visuales innovadores en iglesias como San Carlo alle Quattro Fontane.

El Barroco en Francia

En Francia, la arquitectura barroca se pone al servicio de la monarquía absoluta. El Palacio de Versalles es la obra maestra de este estilo, con un exterior basado en principios clásicos y lujosos interiores decorados con mármoles, espejos y molduras doradas. Los jardines de Versalles, diseñados por André Le Nôtre, se convierten en un modelo para toda Europa, destacando el uso del agua y las fuentes como elementos principales.

El Barroco en España

En España, la brillantez cultural del Siglo de Oro contrasta con la crisis económica y política. Durante la primera mitad del siglo XVII, predominan estructuras simples con influencia herreriana y una decoración progresivamente más recargada. Juan Gómez de Mora diseña la Plaza Mayor de Madrid y otros edificios civiles, mientras que Alberto de la Madre de Dios introduce formas barrocas en Castilla, influenciando también a Portugal y América Hispana.

En la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII, la arquitectura española se vuelve más ornamental con la introducción del estilo churrigueresco. Elementos como estípites, hornacinas y columnas salomónicas cubren las fachadas, generando un efecto teatral. Entre los arquitectos más representativos de esta etapa destacan Alonso Cano, José Benito de Churriguera, Pedro de Ribera y Casas Novoa, quienes llevan el barroco español a su máxima expresión decorativa.

La Escultura Barroca: Dinamismo y Expresividad

La escultura barroca se distingue por su dinamismo, expresividad y realismo, con composiciones en aspa, gestos teatrales y texturas detalladas en mármol, bronce y madera policromada. Se centra en temas religiosos, funerarios, ecuestres y mitológicos, buscando impactar emocionalmente al espectador.

Gian Lorenzo Bernini: Maestro del Barroco

Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) es la figura clave del Barroco, destacando por su dominio del movimiento y la expresividad en obras como Apolo y Dafne y David. Su obra maestra, El Éxtasis de Santa Teresa, combina luz y escultura para crear una escena de ingravidez. También deja su huella en el urbanismo con la Fuente de los Cuatro Ríos y en el retrato con el Retrato de Luis XIV.

La Escultura Barroca en España

En España, la escultura en madera policromada es el principal medio artístico, impulsado por la Contrarreforma. En Castilla, Gregorio Fernández (1576-1636) desarrolla modelos icónicos como Cristos yacentes, Inmaculadas y pasos procesionales llenos de dramatismo y realismo extremo.

En Andalucía, Alonso Cano (1601-1667) introduce un estilo refinado y equilibrado, anticipando el Rococó. Pedro de Mena (1628-1688) se especializa en esculturas de introspección y recogimiento, con gran realismo en los detalles, como en Magdalena Penitente. Luisa Roldán, La Roldana (1652-1706), es una de las grandes escultoras del periodo, con obras expresivas y detalladas como Ecce Homo.

En el siglo XVIII, Francisco Salzillo (1707-1783) en Murcia cierra la tradición de la escultura policromada con pasos procesionales de gran fuerza expresiva, como El Prendimiento y La Oración del Huerto, además de su famoso Belén, lleno de figuras realistas y detalladas.

La Pintura Barroca: Color, Luz y Poder

La pintura barroca sirvió al poder, con el retrato como género destacado. Se cultivaron temas religiosos y mitológicos, mientras que en Holanda se desarrolló el retrato burgués y la pintura de género con escenas cotidianas, bodegones y paisajes. La técnica predominante fue el óleo sobre lienzo, con el color y la luz como recursos clave para la profundidad y volumen. Surgieron dos corrientes: el naturalismo, con realismo extremo y uso del claroscuro, y el clasicismo, que buscaba belleza ideal con equilibrio y dinamismo.

Naturalismo y Clasicismo en la Pintura Barroca

El naturalismo tuvo como máximo exponente a Caravaggio, quien utilizó modelos reales y el tenebrismo para crear dramatismo. Artemisia Gentileschi, influenciada por él, destacó por su dominio del cuerpo humano y escenas de gran intensidad emocional. En Francia, Georges La Tour aplicó un naturalismo sobrio con luces focalizadas.

El clasicismo fue impulsado por la familia Carracci, con Anibale Carracci a la cabeza. Su obra combinó la anatomía de Miguel Ángel, el color de Tiziano y la simetría de Rafael. En Francia, Nicolás Poussin y Claudio de Lorena exploraron la belleza ideal y el paisaje, respectivamente.

El Barroco Decorativo y sus Exponentes

El barroco decorativo, desarrollado en la segunda mitad del siglo, creó grandes composiciones en bóvedas y muros con ilusiones ópticas y perspectiva fingida, como en la Adoración del nombre de Jesús de Giovanni Battista Gaulli.

En Flandes, la pintura religiosa y mitológica alcanzó su esplendor con Pedro Pablo Rubens, cuya obra vibrante y dinámica abarcó desde grandes escenas religiosas hasta retratos y alegorías. Clara Peeters destacó en el bodegón con un estilo realista innovador.

En Holanda, la Reforma propició una pintura sobria e intimista. Rembrandt, su mayor exponente, dominó el claroscuro con una técnica sutil y expresiva, destacando en el retrato y la pintura bíblica. La Ronda de Noche y Lección de Anatomía del Dr. Tulp reflejan su maestría en la composición y la luz.

El Rococó: Evolución del Barroco

El Rococó evolucionó del barroco hacia un arte más refinado y decorativo. En Francia, Watteau creó escenas galantes elegantes, mientras que Fragonard aportó un estilo más libre y sensual. Élisabeth Vigée Lebrun, retratista de la corte, inmortalizó a María Antonieta con una estética refinada. En Italia, Tiépolo decoró grandes palacios con su colorismo brillante, y Canaletto se especializó en vistas urbanas detalladas.

La Pintura Barroca Española: Religiosidad y Tenebrismo

El barroco español se caracteriza por su fuerte contenido religioso, el uso del tenebrismo inspirado en Caravaggio y la ausencia de sensualidad. La Iglesia es el principal cliente de los artistas, aunque algunos pintores como Velázquez trabajaron para la Corte.

Escuelas de Pintura Barroca Española

En la Escuela Valenciana, José de Ribera destacó por su realismo y dominio del tratamiento de la piel. Influenciado por Caravaggio, evolucionó hacia una mayor luminosidad bajo la influencia de Rubens y Velázquez. Obras notables incluyen El martirio de San Felipe y El sueño de Jacob.

La Escuela Andaluza estuvo representada por Zurbarán y Murillo. Zurbarán, conocido como “el pintor de frailes”, fue un maestro del tenebrismo y la representación de texturas en bodegones como Bodegón con cacharros. Murillo, en cambio, suavizó el tenebrismo con un estilo más colorista y amable, destacando en escenas religiosas y de la vida cotidiana como La Sagrada Familia del pajarito y La Inmaculada de El Escorial.

La Escuela Madrileña tuvo en Velázquez a su figura más destacada. Su obra evolucionó del tenebrismo de su etapa sevillana (Vieja friendo huevos) a una maestría en la perspectiva y la luz en su etapa madrileña. Sus grandes obras incluyen Las Meninas, Las Hilanderas y La rendición de Breda, mostrando su dominio de la composición y el realismo.

El Barroco en Hispanoamérica

En Hispanoamérica, el arte virreinal combinó influencias españolas con elementos locales, resultando en un barroco recargado, denominado ultrabarroco. En arquitectura, destacan las iglesias y palacios de México y Perú, con estructuras adaptadas a los terremotos. En escultura, predominan los retablos y figuras procesionales con detalles realistas. La pintura estuvo influenciada por Zurbarán y Murillo, con una fuerte presencia de temas religiosos y ornamentales.

El Neoclasicismo: Razón y Armonía en el Arte

El Neoclasicismo surge en Francia en el siglo XVIII como una reacción al exceso del barroco tardío, influenciado por el movimiento ilustrado. Factores como las excavaciones en Herculano y Pompeya, que reavivaron el interés por el mundo clásico, y teóricos como Winckelmann, que defendían los ideales griegos de belleza, contribuyeron a su expansión. El Neoclasicismo abogó por una sociedad perfeccionada mediante el arte, con énfasis en la razón, el equilibrio y la armonía, siguiendo modelos clásicos y el academicismo.

Arquitectura Neoclásica: Simetría y Pureza

En la arquitectura, el Neoclasicismo se inspira en la antigua Grecia y Roma, destacando la simetría y la pureza de las líneas. Se usan elementos como columnas, órdenes dórico y jónico, y frontones. Edificios públicos como museos, bibliotecas y observatorios reemplazan a los religiosos. En Francia, arquitectos como Soufflot y Vignon fueron clave, con obras como el Panteón de París y la iglesia de la Madeleine. En España, la llegada de los Borbones promovió el Neoclasicismo, con arquitectos como Francesco Sabatini y Juan de Villanueva, cuyas obras incluyen la Puerta de Alcalá y el Museo del Prado.

Escultura Neoclásica: Belleza Ideal y Serenidad

La escultura neoclásica se caracteriza por la búsqueda de la belleza ideal a través de un estilo sereno y expresivo. Los artistas, como Antonio Canova, se inspiraron en temas mitológicos y en el estudio anatómico, usando mármol blanco y bronce. Canova es conocido por obras como el retrato de Paulina Bonaparte y el grupo Eros y Psique.

Pintura Neoclásica: Orden y Moralidad

En pintura, el Neoclasicismo propuso composiciones claras y ordenadas, con un enfoque educativo y moralizante. Rechazó los efectos lumínicos y la perspectiva barroca, buscando representar héroes de la antigüedad. Jacques-Louis David fue el principal exponente, destacando en obras como El juramento de los Horacios y La muerte de Marat, donde mostró su compromiso político y su influencia de Caravaggio.

Francisco de Goya: Transición y Originalidad

Francisco de Goya, uno de los artistas más importantes del siglo XVIII, vivió cambios significativos en la historia europea. Su obra refleja el tránsito del rococó al Neoclasicismo, y más tarde, se aleja de estos estilos para crear un lenguaje más personal, anticipando movimientos como el impresionismo y el expresionismo. Su técnica evolucionó, y sus obras abordan temas sociales y políticos, como los vicios del clero y la violencia de la guerra. Goya exploró la locura, los sueños y la irracionalidad, como se refleja en su serie de grabados Los Caprichos. Durante la Guerra de Independencia, su obra se cargó de pesimismo, destacando en Los desastres de la guerra y en las escenas como El 2 de mayo y Los fusilamientos del 3 de mayo.

En sus últimos años, Goya vivió con amargura tras la restauración del absolutismo en España, lo que se reflejó en sus “Pinturas Negras”, como Saturno devorando a su hijo. Tras exiliarse en Burdeos, continuó su trabajo como grabador y pintor, experimentando con técnicas como la litografía y anticipando tendencias modernas en obras como La lechera de Burdeos.