Introducción
El resultado de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dio la victoria a las fuerzas republicanas en la mayoría de las grandes ciudades, y adquirió de este modo un carácter de plebiscito contra la monarquía. El rey Alfonso XIII renunció a la corona, abandonó España y el 14 de abril se proclamó la República. El nuevo régimen se mostraba como una oportunidad para democratizar y modernizar el estado mediante un amplio programa de reformas económicas y sociales.
La República tuvo ciertos obstáculos por la derecha (élite económica, partidos conservadores, carlistas) y por la izquierda (CNT y PC). Se dio un auge de los fascismos.
Desarrollo
Gobierno Provisional
El 12 de abril se celebraron elecciones municipales en España, mediante sufragio universal masculino. La participación fue muy alta y las candidaturas republicano-socialistas triunfaron. El 14 de abril por la mañana, los concejales electos de la localidad guipuzcoana de Éibar proclamaron la República, y a lo largo del día lo hicieron los concejales de Valencia, Sevilla, Oviedo, Zaragoza, Barcelona, etc. Ante la nueva situación, el rey Alfonso XIII decidió renunciar a la potestad real y ese mismo día abandonó el país.
En Madrid, los representantes de los partidos republicanos que firmaron el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930) constituyeron un gobierno provisional, que el mismo día 14 se presentó en el ministerio de la gobernación y proclamó oficialmente la Segunda República Española. El gobierno provisional convocó inmediatamente elecciones a Cortes Constituyentes para el día 28 de junio. El jefe de gobierno fue Alcalá Zamora.
El gobierno decretó una serie de medidas de extrema urgencia, como una amnistía para los presos políticos, la proclamación de las libertades políticas y sindicales, y la designación de los altos cargos de la administración. Las promesas de cambio de la nueva República contaron con un amplio apoyo popular, pero también con la animadversión de los grandes propietarios agrícolas, la oligarquía financiera, parte del ejército y la Iglesia.
Las elecciones generales del 28 de junio tuvieron una alta participación. La victoria fue republicano-socialista, que obtuvo 250 diputados de 464. Los diputados electos formaron las nuevas Cortes republicanas, y el ejecutivo quedó en manos de la coalición vencedora, que ratificó a Niceto Alcalá Zamora como jefe de gobierno. Las Cortes nombraron una comisión encargada de elaborar un proyecto de constitución que fue aprobado en diciembre de 1931.
La Constitución de 1931
La Constitución de 1931 fue muy avanzada, tenía un carácter democrático y progresista, que se evidencia en el artículo primero del título preliminar, donde se define a España como “una República de trabajadores de todas las clases que se organiza en un régimen de Libertad y Justicia” y establece que todos los poderes emanan del pueblo. La Constitución fue aprobada aunque con profundas discrepancias entre la izquierda y la derecha.
La Constitución de 1931 agrupaba los siguientes principios:
- El Estado se configuraba de forma integral, y se aceptaba la posibilidad de constituir gobiernos autónomos.
- El poder legislativo residía en las Cortes, unicameral.
- El poder ejecutivo recaía en el gobierno.
- El poder judicial se confiaba a unos jueces independientes.
La Constitución incluía también una amplia declaración de derechos y libertades, incluyendo el voto a las mujeres. La Constitución fue aprobada por una amplia mayoría entre profundas discrepancias, sobre todo en la cuestión religiosa y autonómica. La aprobación de los artículos religiosos de la Constitución provocó la dimisión de los sectores católicos del gobierno, y Manuel Azaña sustituyó a Niceto Alcalá Zamora como jefe de gobierno, y este pasó a ser presidente de la República.
Reformas Implementadas
1. Reformas Religiosas
Uno de los primeros objetivos de la República fue limitar la influencia de la Iglesia y secularizar la sociedad española por temor a la influencia que las órdenes religiosas ejercían especialmente en la educación. El proceso se completó con la Ley de Congregaciones, que limitó la posesión de bienes a las órdenes religiosas. La orden de los jesuitas, por depender de un poder extranjero, fue disuelta y sus bienes nacionalizados.
El resurgimiento de los viejos movimientos populares anticlericales entre los días 11 y 12 de mayo de 1931 incendió conventos y edificios religiosos. La actitud manifiestamente hostil del cardenal Segura, arzobispo de Toledo y primado de España, provocó que el gobierno optase por una medida de fuerza y dictase su expulsión del territorio español.
2. Reforma del Ejército
El gobierno republicano necesitaba una seria transformación del ejército. Con esta finalidad se promulgó la Ley de Retiro de la Oficialidad (1931), que retiró a más de la mitad del ejército. Posteriormente se creó la Guardia de Asalto, una fuerza de orden público fiel a la República.
3. Reforma Agraria
Se pretendía poner fin al predominio del latifundismo y mejorar las condiciones de vida campesina. Por eso se elaboró la Ley de Reforma Agraria, aprobada por las Cortes en septiembre de 1932. El objetivo de la ley era una modernización de la agricultura. La ley permitía la expropiación sin indemnización de las tierras de una parte de la nobleza.
La ejecución de la ley se encomendó al Instituto de la Reforma Agraria. El instituto contaba con un presupuesto anual para indemnizar a los propietarios expropiados y se encargaba de facilitar los asentamientos de familias campesinas. Los resultados fueron escasos y hubo gran tensión social: los campesinos se volvieron revolucionarios.
4. Reforma Autonómica
En Cataluña, el 14 de abril de 1931, Francesc Macià, presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, había proclamado la república catalana, pero no continuó. En el País Vasco, los nacionalistas y carlistas (PNV) aprobaron en junio de 1931 un proyecto de estatuto antidemocrático que quedó retrasado indefinidamente por la República. Se aprobaron los estatutos catalán en 1932 y vasco en 1936. En Galicia, la conciencia nacionalista era menos acusada.
5. Reformas Educativas
El objetivo primordial era promover la educación liberal y laica y hacer del acceso a la educación un derecho extendido a toda la población. Se buscaba mejorar el nivel cultural de la población. Se crearon escuelas gratuitas y mixtas con ayuda de las llamadas Misiones Pedagógicas, formadas por grupos ambulantes de estudiantes, profesores e intelectuales.
6. Reformas Laborales
El socialista Largo Caballero inició una serie de reformas para mejorar las condiciones laborales. Se aprobó la Ley de Contratos de Trabajo, que regulaba la negociación colectiva, y la Ley de Jurados Mixtos. Se estableció la semana laboral de 40 horas y el aumento de salarios.
Influencia Internacional y Conflictos Internos
La crisis económica de los años 30 y la paralización de la emigración, junto con los ascensos de los fascismos (nazismo), influyeron en la situación española. La lentitud de las reformas emprendidas provocó el desencanto y la impaciencia de los trabajadores. La voluntad revolucionaria de los partidos de izquierda agudizó los enfrentamientos. La CNT vio la ocasión idónea para llevar a cabo su programa revolucionario.
La conflictividad social avanzó a un punto álgido a partir de 1933, especialmente a través de la poderosa organización socialista del campo, Federación de Trabajadores de la Tierra. Las huelgas, las insurrecciones y las ocupaciones de tierra fueron en progresivo aumento. En 1932, los anarquistas apoyaron una sublevación de mineros en Cataluña, y en 1933 de campesinos en Andalucía (Casas Viejas). Azaña dimitió.
La centro-derecha se reestructuró alrededor del Partido Radical de Lerroux. La CEDA, surgida en 1933, contó rápidamente con un buen número de afiliados y con un líder indiscutible: José María Gil Robles. Asimismo, hubo una Renovación Española (José Calvo Sotelo), la Comunión Tradicionalista y muy especialmente los grupos fascistas de las JONS y de Falange, que realizaron una intensa agitación contra lo que ellos consideraban el avance del marxismo y la revolución bolchevique.
Haciendo eco de este malestar, el general Sanjurjo protagonizó un golpe de estado con la pretensión de forzar el viraje de la República a la derecha, pero fracasó en 1932. En 1933 se creó la Unión Militar Española como una organización clandestina de militares derechistas y antirreformistas que tendrían una activa participación en el golpe de estado de 1936.
Conclusión
Estos hechos produjeron un enorme desgaste del gobierno, que se vio desacreditado como consecuencia de las duras medidas policiales adoptadas para establecer el orden público. Además, los conflictos aumentaron la desconfianza empresarial y, en consecuencia, desincentivaron aún más la inversión, provocando un rápido empeoramiento de la situación económica. La crisis fue aprovechada por todos los sectores contrarios a la República para intentar acabar con la coalición republicano-socialista.