España: De la Revolución Gloriosa a la I República (1868-1873)

La Revolución Gloriosa (1868) y el Sexenio Democrático

Introducción

España se encontraba en una etapa de agitación generalizada a finales de la década de 1860. Este periodo, conocido como el Sexenio Democrático, comenzó con la Revolución Gloriosa que destronó a los Borbones, intentó implantar una nueva monarquía sin éxito, continuó con la I República y culminó con la Restauración de los Borbones.

Además de los conflictos políticos, esta época se caracterizó por trastornos económicos y sociales, enfrentamientos como la Guerra de Cuba y el resurgimiento del Carlismo con la tercera guerra Carlista y la sublevación cantonal.

Causas de la Revolución Gloriosa

La Revolución Gloriosa se originó por una combinación de factores:

Problemas políticos

  • La Noche de San Daniel (1865): La violenta represión gubernamental de una protesta estudiantil provocó un rechazo generalizado y desgastó al gobierno y a la monarquía de Isabel II.
  • Conspiraciones: El aumento de las conspiraciones para derrocar a la monarquía, como la encabezada por Prim en 1866, desestabilizó aún más el régimen.
  • Desprestigio de la Corona: Las decisiones de la reina, favoreciendo a moderados y unionistas, y su vida privada, fueron objeto de críticas y desprestigiaron la monarquía.
  • Corrupción: El aumento de la corrupción en las altas esferas del gobierno contribuyó a la impopularidad del régimen.

Problemas sociales

  • Malas cosechas: Las malas cosechas y la inacción del gobierno generaron una crisis de subsistencia que afectó a las clases más humildes.

Problemas económicos

  • Proteccionismo: Las políticas proteccionistas internacionales perjudicaron la economía española, deteniendo la inversión extranjera y debilitando diversos sectores.
  • Crisis financiera internacional: La crisis financiera internacional agravó la situación económica del país.

El Pacto de Ostende y el inicio de la Revolución

La agitación social y política desembocó en la Revolución Gloriosa, precedida por el Pacto de Ostende (1866) entre el Partido Demócrata y el Partido Progresista, al que se unió la Unión Liberal en 1867. El pacto buscaba derrocar a la monarquía borbónica. El 18 de septiembre de 1868, el almirante Topete y los generales Serrano y Prim iniciaron la Revolución Gloriosa con un pronunciamiento en Cádiz, que se extendió por todo el país con manifestaciones populares y la formación de Juntas Revolucionarias. Los sublevados exigían sufragio universal, libertad de prensa y asociación, libertad de comercio, abolición de las quintas y de los impuestos de consumo. La victoria de los sublevados en la batalla de Alcolea (28 de septiembre de 1868) puso fin al reinado de Isabel II.

El Gobierno Provisional y la Regencia de Serrano

Tras la Revolución, se formó un gobierno provisional liderado por el general Serrano, con la participación de progresistas y unionistas. Se tomaron medidas como la expulsión de los jesuitas, la extinción de los conventos y la libertad de culto. Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes en 1869, las primeras con sufragio universal masculino, en las que venció una coalición monárquica antiborbónica. Prim fue elegido presidente del gobierno y Serrano regente hasta la elección del nuevo rey.

La Constitución de 1869 y el Reinado de Amadeo I

Las Cortes Constituyentes elaboraron la Constitución de 1869, que establecía la soberanía nacional, una monarquía constitucional, la división de poderes, el sufragio universal masculino y Cortes bicamerales. En octubre de 1870, Amadeo I fue elegido rey. Sin embargo, desde el principio enfrentó oposición de la aristocracia, la Iglesia Católica y parte de la población. El asesinato de Prim en diciembre de 1870 dejó a Amadeo I sin su principal apoyo. Ante la creciente oposición y la inestabilidad política, Amadeo I abdicó en 1873.

La I República

La abdicación de Amadeo I creó un vacío de poder que fue aprovechado por el Partido Republicano y el Partido Radical para proclamar la I República en 1873.