Pintura Italiana del Siglo XV: Masaccio, Fra Angelico, Piero della Francesca y Botticelli

Pintura Italiana del Siglo XV

Masaccio

Considerado el iniciador de la pintura renacentista, Masaccio revolucionó la representación del cuerpo humano. En sus obras, el cuerpo deja de ser una silueta plana para convertirse en una masa con volumen y solidez. Fusiona las figuras con el ambiente, evita lo anecdótico y acentúa lo sustancial. En la iglesia de Santa Maria de Novella, pintó La Trinidad, donde Cristo crucificado es sujetado por Dios bajo una bóveda de cañón. Decoró la capilla Brancacci con escenas como La Expulsión de Adán y Eva del Paraíso, en cuyos rostros refleja la angustia, el dolor y la vergüenza. En esta misma capilla, realizó su obra más conocida: El Tributo de la Moneda.

Fra Angelico

Este fraile dominico, representante del humanismo cristiano, creó devotas expresiones místicas. En su pintura, todo es espiritual. Prefiere los temas gozosos a los trágicos, y cuando utiliza estos últimos, los inunda de significado místico. Conserva elementos del goticismo medieval: gusto por lo curvilíneo, el colorismo preciosista, los dorados y las miniaturas, y una concepción medieval de la arquitectura. Su obra se caracteriza por la sencillez y simplicidad de las figuras, así como la nitidez de su dibujo. En el convento de San Marcos, en Florencia, pintó el claustro, la sala capitular y todas las celdas, incluyendo varias Anunciaciones, una de las cuales se encuentra en el Museo del Prado.

Piero della Francesca

Nacido en Umbría, Piero della Francesca mostró una gran preocupación por la perspectiva, incluso escribiendo un tratado sobre ella. Sus figuras son rotundas, serenas y escultóricas, como congeladas en sus propios movimientos. La luz juega un papel crucial en su obra, contribuyendo a la construcción de los sólidos volúmenes de sus personajes. Destaca el uso de la luz, la simplificación de las formas, el sentido hierático y solemne de las figuras, y el cuidado en los detalles arqueológicos. Su obra principal son los frescos de La Leyenda de la Santa Cruz, en Arezzo, incluyendo El Sueño de Constantino, precursor del tenebrismo. Fue pintor de Segismundo Malatesta.

Botticelli

Botticelli, el mejor exponente de la pintura del Quattrocento, se formó en el taller de Filippo Lippi. Desarrolló la mayor parte de su obra en cuadros de caballete, en lugar del fresco. Su dibujo eléctrico, de trazos nerviosos, el movimiento que agita sus formas y la tristeza en los rostros reflejan tanto su talante como la melancolía de la Florencia de fin de siglo. Sus paisajes primaverales y la glorificación del cuerpo humano desnudo culminan los temas del Quattrocento. Abordó diversos temas: el religioso en La Virgen de la Granada; la alegoría en La Calumnia, donde reconstruye la obra de Apeles; y la mitología en La Primavera y El Nacimiento de Venus. En La Primavera, Venus se sitúa en el centro de un jardín perpetuo, rodeada de las Tres Gracias, Cupido, Mercurio y la ninfa Cloris. En El Nacimiento de Venus, Venus emerge del mar sobre una concha, símbolo de la belleza del alma nacida de la fe.

Otros Pintores de la Época

Perugino: Maestro de Rafael, Perugino creó obras de gusto popular, con figuras de expresión dulce y tranquila, y temas claros. Es considerado precedente del sentimentalismo, con numerosas Madonas de formas redondeadas y rostros dulces. Mantegna: Pintor de gran personalidad, sus figuras monumentales, de acabado anguloso y casi escultórico, se realzan por la perspectiva de punto de vista bajo. Su obra más conocida es El Cristo Muerto, con un dibujo de gran maestría.