1. Concierto para solista: Es una forma musical en la que un instrumento solista es acompañado por una orquesta. Durante el período clásico, este tipo de concierto solía tener tres movimientos (rápido-lento-rápido) y enfatizaba el virtuosismo del solista, con secciones de cadencias donde podía improvisar o mostrar su destreza técnica. Ejemplo: los conciertos para piano o violín de Mozart y Beethoven.
2. Cuarteto: Puede referirse a una formación instrumental o a una composición. En el ámbito clásico, el cuarteto de cuerdas es el más común, compuesto por dos violines, una viola y un violonchelo. Es una de las formas más importantes de la música de cámara, desarrollada principalmente por Haydn, Mozart y Beethoven.
3. Estilo Galante: Un estilo musical del siglo XVIII caracterizado por su elegancia, claridad y sencillez melódica, en contraste con la complejidad del Barroco. Se enfoca en melodías agradables y acompasadas, con armonías más simples y menos contrapunto. Se asocia con compositores como Johann Christian Bach y Carl Philipp Emanuel Bach.
4. Sinfonía Clásica: Una composición orquestal desarrollada principalmente en el período clásico (siglos XVIII y XIX), con una estructura estándar de cuatro movimientos:
- Primer movimiento: rápido, en forma sonata.
- Segundo movimiento: lento y melódico.
- Tercer movimiento: un minueto o scherzo.
- Cuarto movimiento: rápido y enérgico.
Compositores clave incluyen a Haydn, Mozart y Beethoven.
Compositores del Clasicismo
Joseph Haydn (1732-1809)
Compositor austriaco, conocido como el “Padre de la Sinfonía” y del cuarteto de cuerdas. Pasó gran parte de su vida al servicio de la familia Esterházy, donde desarrolló su estilo. Destacan sus sinfonías, cuartetos y el oratorio “La Creación”. Influyó en Mozart y Beethoven.
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791)
Prodigio austriaco que compuso más de 600 obras, incluyendo óperas (“La Flauta Mágica”), sinfonías y conciertos. Su música es el modelo del Clasicismo por su equilibrio y belleza melódica. Murió joven, dejando un legado inmortal.
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Compositor alemán clave en la transición del Clasicismo al Romanticismo. Superó la sordera y revolucionó la música con obras como la Sinfonía n.º 9 y la “Heroica”. Su estilo apasionado e innovador lo convirtió en uno de los más grandes de la historia.
Obras Destacadas del Clasicismo
1. Cuarteto Op. 76, n.º 3 “Emperador” – Haydn
- Textura: Principalmente homofónica con momentos de contrapunto. La melodía es clara y está acompañada por armonías en los otros instrumentos.
- Instrumentos y voces: Cuarteto de cuerdas (dos violines, viola y violonchelo).
- Tempo: Varía según el movimiento, pero el segundo movimiento es solemne y cantabile.
- Contexto cultural: Compuesto en 1797, en el apogeo del Clasicismo. Forma parte de los Cuartetos Erdödy, escritos para el conde Joseph Erdödy. El segundo movimiento incluye el tema que más tarde se convirtió en el himno de Alemania.
2. Aria de la Reina de la Noche (La Flauta Mágica – Mozart)
- Textura: Principalmente homofónica, con acompañamiento orquestal que refuerza la melodía vocal.
- Instrumentos y voces: Soprano con una orquesta clásica (cuerdas, maderas, trompetas y timbales).
- Tempo: Rápido, con secciones de gran agilidad vocal.
- Contexto cultural: Escrita en 1791, en el contexto de la Ilustración. La ópera, con libreto de Emanuel Schikaneder, tiene un trasfondo masónico y promueve ideales de sabiduría y virtud.
3. Réquiem – Mozart
- Textura: Rica y variada, con pasajes homofónicos y contrapuntísticos (como en el “Kyrie” y la “Lacrimosa”).
- Instrumentos y voces: Coro mixto, solistas (soprano, alto, tenor, bajo) y orquesta (cuerdas, trombones, trompetas, fagotes, timbales y órgano).
- Tempo: Cambiante según la sección, desde el solemne “Introitus” hasta el agitado “Dies Irae”.
- Contexto cultural: Compuesto en 1791 y dejado inconcluso por la muerte de Mozart. Encargado anónimamente por el conde Walsegg. Refleja la profundidad emocional del final de la vida del compositor.
4. Sinfonías 39, 40 y 41 – Mozart
- Textura: Equilibrada entre homofonía y contrapunto (especialmente en la “Júpiter”, con su famoso uso del contrapunto en el último movimiento).
- Instrumentos y voces: Orquesta clásica con cuerdas, maderas y trompetas/timbales en la 39 y 41; la 40 tiene un tono más íntimo, sin trompetas ni timbales.
- Tempo: Varía entre movimientos; generalmente el primer y último movimiento son rápidos, mientras que el segundo es más lento y expresivo.
- Contexto cultural: Escritas en 1788, en un período de dificultades económicas para Mozart. La 40 es más dramática y se asocia con el Sturm und Drang, mientras que la 41 (“Júpiter”) representa el pináculo de la sinfonía clásica.
5. Sonata para piano n.º 15 – Mozart
- Textura: Predominantemente homofónica, con algunas secciones de contrapunto ligero.
- Instrumentos y voces: Solo piano.
- Tempo: Primer movimiento en un Allegro, con un carácter brillante y elegante.
- Contexto cultural: Compuesta en 1788, refleja el estilo claro y expresivo de Mozart en su música para piano. Se cree que era para un público burgués amante del piano doméstico.
6. Allegro con brío de la Sinfonía n.º 3 “Heroica” – Beethoven
- Textura: Combinación de homofonía y contrapunto, con un desarrollo temático extenso y dinámico.
- Instrumentos y voces: Orquesta clásica ampliada (incluye trombones y más maderas).
- Tempo: Rápido y enérgico, con un fuerte impulso rítmico.
- Contexto cultural: Compuesta en 1803-1804, dedicada inicialmente a Napoleón, pero Beethoven retiró la dedicatoria cuando Napoleón se proclamó emperador. Representa el paso del Clasicismo al Romanticismo, con una expansión dramática y emotiva de la forma sinfónica.