La Red de Ferrocarriles en España
Estructura Radial y sus Problemas
La red de ferrocarriles españoles consta de unos 1500 km, escasos en cuanto a la superficie del territorio que cubren. Esta red se estructura según un trazado radial. En el centro está Madrid, desde donde parten las líneas principales hacia el norte y noroeste, hacia el nordeste, y hacia Levante y Andalucía. A estas se unen otras de gran importancia: la del Ebro y la de la costa mediterránea levantina. También hay líneas menores que se orientan hacia los tráficos regionales y de cercanías.
Como consecuencia de esta estructura radial, muchas regiones periféricas quedan incomunicadas. El uso del ferrocarril se ha estancado y, desde los años setenta, se han cerrado bastantes trayectos en territorios poco poblados.
Renovación de los Principales Ejes Ferroviarios
El plan de estructuras ha fijado como uno de sus objetivos la modernización de los servicios de viajeros en los trenes de cercanías y la reducción de los tiempos de viaje, mediante la creación de una red de alta velocidad (AVE) y el acondicionamiento de otros ejes esenciales hasta alcanzar velocidades cercanas a los 200 km/hora.
Como resultado de esta renovación ferroviaria, la jerarquización existente se refuerza, destacando dentro del conjunto de la red de alta velocidad el carácter radial (Madrid-Sevilla y Málaga, Madrid-Valladolid, Madrid-Barcelona). Quedan fuera de esta red modernizada amplios sectores, como Galicia, Asturias, Cantabria, las provincias próximas a Portugal y el sureste.
Integración Ferroviaria de España con Europa
Las conexiones ferroviarias con Europa presentan serias dificultades. Además de las topográficas que suponen los Pirineos, se añadió el problema del distinto ancho de las vías. La UE tiene como objetivo la creación de una red europea de alta velocidad.
Para España, esto supone el acercamiento a Europa mediante dos líneas que atravesarán la frontera por Cataluña y el País Vasco. Así, las principales ciudades españolas quedarán más unidas a las eurociudades, aunque su efecto favorable será eficaz solo en el caso de las ciudades situadas en la mitad norte (Barcelona, Zaragoza, Bilbao), pero no para Madrid o Sevilla.
Articulación Espacial de España
El análisis de las redes de transporte y complicaciones en España nos muestran un reparto desequilibrado de la accesibilidad en el territorio español.
Las zonas de mayor accesibilidad se corresponden con Madrid y el noreste, cinco de las siete grandes ciudades con una buena integración con Europa entre sí. Esta zona dispone de las redes de carretera de gran capacidad y del tren de alta velocidad, además de poder hacer uso de los aeropuertos de Madrid y Barcelona. Tiene además una situación privilegiada con respecto al centro económico de la Unión Europea. Este espacio de mayor accesibilidad se prolonga en forma de ejes lineales por el Levante, desde Valencia a Alicante hasta Murcia, y desde Madrid por Castilla-La Mancha hasta Sevilla.
El resto va a seguir teniendo accesibilidad mucho menor. En este amplio espacio destacan por vacío sobre todo los extremos noreste y sureste, así como las provincias que integran la raya de Portugal.
En los últimos años, el paso de la red de carreteras, con estructura radial, a otra en la que se desarrolla cada vez más la estructura en red, está facilitando una mayor integración de las regiones españolas, aunque siempre queden zonas menos conectadas, como las dispersas de media y alta montaña.
Repercusiones Medioambientales del Turismo
Los principales problemas proceden de la concentración del turismo en unas pocas zonas de litoral y archipiélagos que sufren fuertes impactos: el consumo de recursos y energía, mayor cantidad de residuos generados, necesidad de bases e infraestructuras, mayor ocupación del suelo y contaminación.
Además, en los últimos años, se ha desarrollado una serie de infraestructuras muy rentables desde el punto de vista económico, pero difícilmente sostenibles desde una postura ambiental. Los apartamentos residentes en primera línea de playa, los pagos complejos turísticos y la proliferación de campos de golf en zonas con balances hídricos negativos contribuyen a la degradación del litoral y del paisaje, al agotamiento de los recursos, así como al desbordamiento de las localidades receptoras.
No obstante, el fomento del turismo de calidad incluye la oferta de un medio natural adecuado, que sea un marco atractivo para realizar las actividades turísticas y también objeto de fuerza turística.