Segunda República Española: Desafíos y Polarización

La Segunda República Española: Un Periodo de Tensiones y Transformaciones

La Segunda República Española (1931-1939) fue un período de profundos cambios y tensiones sociales, políticas y económicas que culminaron en la Guerra Civil. A continuación, se analizan las principales problemáticas que marcaron este período:

3.1 La Cuestión Agraria

Durante la Segunda República, la **cuestión agraria** fue un problema clave. A pesar de que la población activa agraria había disminuido al 45 %, el **paro** y los **bajos salarios** seguían siendo una preocupación. El sistema de propiedad era injusto, con grandes **latifundios improductivos** y baja productividad.

La **Ley de Reforma Agraria de 1932** estableció la expropiación de tierras no explotadas o incultas para su redistribución entre campesinos. Se creó el **Instituto de Reforma Agraria**, encargado del proceso. Sin embargo, su aplicación fue lenta debido a problemas burocráticos, falta de financiación y oposición política. La derecha rechazó la reforma, y los republicanos no lograron aplicarla eficazmente en todo el territorio.

3.2 La Cuestión Religiosa

La República defendió la **separación entre Iglesia y Estado**, lo que provocó tensiones. Se aprobaron leyes que eliminaban el presupuesto estatal para el clero, disolvían la Compañía de Jesús y prohibían la enseñanza religiosa. Además, se instauraron el matrimonio civil y el divorcio.

Estas medidas enfrentaron una fuerte oposición de la Iglesia y de sectores conservadores. Sin embargo, el Estado no tenía infraestructura suficiente para sustituir la educación religiosa, lo que agravó la crisis. La expulsión del cardenal Segura y la posición abiertamente antirrepublicana de la Iglesia aumentaron la tensión entre ambas instituciones.

3.3 La Cuestión de la Enseñanza

El sistema educativo en España presentaba graves deficiencias: **analfabetismo superior al 30 %**, falta de escuelas y profesores. La República impulsó la **educación laica, obligatoria y gratuita**, con el apoyo de la **Institución Libre de Enseñanza**. Se crearon nuevas escuelas e institutos, se modernizó la universidad y se fomentó la educación nocturna y las bibliotecas ambulantes.

Sin embargo, la oposición de la Iglesia y la falta de recursos dificultaron la implementación de estos cambios.

3.4 La Cuestión Militar

El ejército era un problema para la República: había un **exceso de oficiales**, falta de formación y material obsoleto. Además, muchos militares eran monárquicos y participaban en política. Para resolverlo, Azaña aprobó en 1931 la **“Ley Azaña”**, que exigía a los oficiales jurar fidelidad a la República o retirarse con sueldo íntegro. Aunque muchos aceptaron la jubilación, algunos conspiraron contra el gobierno, contribuyendo a la inestabilidad política.

3.5 La Cuestión Territorial

La Constitución de 1931 reconoció la posibilidad de autonomía para las regiones que la solicitaran. En 1932, Cataluña obtuvo su **Estatuto de Autonomía**, estableciendo el gobierno de la **Generalitat** con competencias en hacienda, economía, educación y cultura. Sin embargo, el Estado mantenía el control del ejército y el orden público.

El País Vasco y Navarra también buscaban autonomía, pero su fuerte influencia del PNV y la religión complicaron las negociaciones. Finalmente, el Estatuto Vasco fue aprobado en 1936, justo antes de la Guerra Civil.

3.6 La Cuestión Social

El ministro de Trabajo, **Largo Caballero**, impulsó reformas laborales: regulación de la jornada laboral, salarios mínimos y derecho a huelga. Sin embargo, la CNT consideró insuficientes estos avances y promovió huelgas revolucionarias. En 1933, los anarquistas de Casas Viejas (Cádiz) proclamaron el comunismo libertario, pero fueron duramente reprimidos, lo que generó gran malestar entre los sindicatos.

4. El Bienio Negro y la Radicalización Política

Las elecciones de noviembre de 1933 dieron la victoria a la derecha, con la CEDA como partido más votado. Aunque la jefatura de gobierno fue para Lerroux, gobernó con apoyo de la CEDA, que impulsó políticas contrarias a las reformas republicanas: amnistía para golpistas, reducción de autonomías, anulación de la reforma agraria y restauración de subvenciones a la Iglesia. Esto provocó la radicalización de la izquierda, que promovió la revolución social.

4.1 La Revolución de Asturias (1934)

Cuando la CEDA entró en el gobierno, la izquierda lo consideró un avance del fascismo y declaró una huelga general en octubre de 1934. En Asturias, los mineros se alzaron en armas, tomaron fábricas y proclamaron una revolución socialista. El gobierno, con Franco al mando, utilizó la Legión y fuerzas africanas para sofocar la revuelta, dejando más de 1.300 muertos y 30.000 detenidos. La represión fue brutal y radicalizó aún más el panorama político.

El Frente Popular y el Camino a la Guerra Civil

El 7 de enero de 1936, Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 16 de febrero. Para concurrir, la izquierda firmó el **Pacto del Frente Popular**, compuesto por republicanos, socialistas y comunistas, con el apoyo de la CNT, aunque sin integrarse. Su programa incluía la amnistía para presos políticos, la reactivación de la Reforma Agraria, el restablecimiento del Estatuto de Cataluña y el impulso a la enseñanza. No era un plan revolucionario, pero restauraba la política inicial de la República.

Las elecciones dieron la victoria al Frente Popular, sobre todo en ciudades y zonas latifundistas. Aunque la diferencia de votos con la derecha no fue muy amplia, el sistema electoral benefició a la izquierda, lo que provocó denuncias de fraude por parte de la oposición.

Azaña formó gobierno y tomó medidas como la destitución de Franco como Jefe del Estado Mayor, la amnistía laboral y el restablecimiento de la Generalitat. La derecha reaccionó con hostilidad, temiendo perder el poder económico. En abril, el Parlamento destituyó a Alcalá Zamora y nombró a Azaña presidente de la República, con Casares Quiroga como jefe de Gobierno. Esto profundizó la polarización política y aceleró la radicalización de ambos bandos.

Las tensiones crecieron con huelgas, atentados y enfrentamientos entre grupos paramilitares de izquierda y derecha. Mientras, el ejército conspiraba contra el gobierno, con Franco en Canarias, Mola en Navarra y Goded en Baleares. La situación estalló tras el asesinato del líder derechista **Calvo Sotelo** como represalia por la muerte del teniente Castillo.

El 17 de julio de 1936, el ejército se sublevó en Melilla, iniciando la **Guerra Civil Española**, que duraría tres años y terminaría con la dictadura franquista.