Regeneracionismo Español: Figuras Clave y Propuestas de Cambio
Se entiende como regeneracionismo la tendencia a restablecer en una comunidad los valores morales y sociales que se consideran perdidos o debilitados, es decir, restablecer la vida tanto política, social y económica. En este caso, en España, sucede a finales del siglo XIX y principios del XX. En cuanto al regeneracionismo español, el mayor exponente de este movimiento fue **Joaquín Costa**. Político, jurista e historiador, natural de Huesca, criticaba duramente el poder político de la época desde dentro del sistema, a través de artículos publicados en periódicos, conferencias y ensayos. Al iniciarse la crisis agraria, Costa escribe su libro más famoso titulado “*Oligarquía y caciquismo*” en el que plasma el papel de los caciques en el medio rural y cómo corrompían el sistema parlamentario. Existen dos tomos de lo que escribió Joaquín Costa. El primero de ellos se basa en la vida de Joaquín Costa y en el debate que este inició en el Ateneo de Madrid sobre las oligarquías y el caciquismo. En el segundo se recogen entrevistas y testimonios de las personas allí presentes durante las discusiones. Además, cuenta con una introducción del político y militar español Alfonso Orti.
El aragonés era consciente de que los caciques estaban vinculados al partido conservador y, al tener convicciones republicanas, canalizó su actividad política, que primeramente al presentarse como diputado fracasó, hacia la crítica de estos. Costa solía decir que “en España no hay parlamentos ni partidos: sólo oligarquías”.
La sociedad de aquel entonces estaba bastante atrasada y era en su mayoría analfabeta, además de pobre. Los intelectuales de la época batallaban para conseguir una culturización de los habitantes españoles, y revivir los ánimos apagados que tenían los campesinos y pobladores debido a la situación de penuria terrible en la que vivían. En ese momento fue cuando Joaquín Costa propuso eso de “Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro del Cid”.
Esta frase, pese al paso del tiempo, no pierde ese punto de actualidad. Costa a lo que se refería con ella es que con las despensas de los habitantes llenas, cosa que era difícil en aquella época debido a que estos tenían salarios equivalentes a lo que costaban dos barras de pan al día, y con la población educada y habiendo pasado por una escuela pública, la nación española podría llegar a tener grandes avances. Con la referencia a las siete llaves para el sepulcro del Cid, Joaquín quiere hacer un aviso a las gentes que habitaban la península en su momento, pidiendo que las costumbres, ya antiquísimas, de la idea de la reconquista, y la vuelta hacia lo medieval representado por el Cid se frenase. Así pensaba Joaquín Costa que España se recuperaría y, por tanto, se regeneraría (evitando la injerencia de los militares).
Es curioso cómo Costa, pese a ser muy liberal en algunos aspectos, también recoge en su libro que “España necesita un cirujano de hierro”. Esto se podría interpretar como un dictador o como alguien que llevase el control absoluto del país.
José Canalejas y sus Reformas
Otro personaje importante en el Regeneracionismo español fue **José Canalejas**, abogado madrileño licenciado en la Universidad Central de Madrid en Filosofía y Derecho, que tras fracasar en las oposiciones a catedrático, se dedicó a la política. Canalejas, al ocurrir la Restauración borbónica, se incorpora al Partido Liberal de Sagasta, llegando a ocupar cargos importantes a lo largo de los años, como por ejemplo:
- Diputado desde 1881
- Subsecretario de la Presidencia (1883)
- Ministro de Fomento (1888)
- De Gracia y Justicia (1888-90)
- De Hacienda (1894-95)
- De Agricultura, Industria y Comercio (1902)
En febrero de 1910 sustituye a Moret (hacendista y político español) en la jefatura del gobierno.
Gracias a Canalejas, por primera vez desde la Restauración, los liberales encontraron a un nuevo jefe, ya que este tenía dotes de mando. Supo liderar en la jefatura de su partido haciendo, además, que los seguidores de Moret aceptaran su liderazgo. Esto creó esperanzas, por lo que algunos republicanos ingresaron al partido liberal.
A pesar de esto, el liberal tuvo bastantes problemas con el orden público, sobre todo conflictos laborales (a veces agravados por afectar a los servicios públicos) pero, afortunadamente, les supo hacerles frente, calmando a las clases conservadoras. Una de estas veces fue la huelga de ferroviarios de 1912 que terminó con la militarización de Canalejas.
Su labor legislativa es discreta pero muy efectiva como por ejemplo el proyecto para cambiar el Impuesto de Consumos por uno progresivo sobre las rentas urbanas. Este proyecto fue bastante mal recibido y aunque fue aceptado 30 liberales votaron en contra. La Ley del candado, de diciembre de 1910, fue otra ley de su labor legislativa. Esta consistía en la prohibición durante dos años del establecimiento de nuevas órdenes religiosas en el país. Canalejas pretendía moderar la confesionalidad católica de la Constitución de 1876 al igual que acabar con el anticlericalismo.
Por último, una de sus más conocidas leyes fue la universalización del servicio militar. Esto supuso que fuese obligatorio para todos los hombres, españoles, de veintiún años, mayores de 1,50 metros y por encima de los 48 kg, ya que se consideraba como motivo de exclusión física. En esta ley se prevenía la existencia de unidades indígenas en los territorios coloniales. Y se exigía que toda la población debía realizarla, sin exclusión de clases sociales es decir, se establecía la eliminación de la redención en metálico (no podías pagar para no hacerla como se podía anteriormente).
El servicio militar tenía una duración de tres años y aunque no pudieras librarte de él sí podrías reducir tu tiempo, ya que se instauró la figura del soldado de cuota que podía acortar su estadía y mejorar las condiciones en las que estaba. Con mil pesetas lo reducían a diez meses y con dos mil a cinco.
El 12 de noviembre de 1912 Canalejas fue asesinado en la Puerta del Sol a manos de un anarquista que no pretendía acabar con él sino con el monarca.
Antonio Maura y la Administración Local
**Antonio Maura** fue un político español nacido en 1853 en Palma de Mallorca y presidió el Consejo de Ministros en cinco ocasiones durante el reinado de Alfonso XIII: de 1903 a 1904 y de 1907 a 1909. Más tarde gobernaría en 1919, 1921 y en 1922. A pesar de durar tantos años en el puesto, Antonio Maura tuvo que tomarse un “descanso” ya que en 1909 fue el desencadenante de la noche trágica de Barcelona, ya que tomó la decisión de enviar tropas de reserva a la guerra.
El mayor interés de Antonio Maura se centraba en una ley de Administración Local cuya reforma consideraba un asunto de trascendental importancia y un problema capital de la política. Su idea era que los abundantes medios de los que gozaba la administración central para intervenir en la vida local corrompían a ésta y era la causa de que el sistema de la restauración fuera ficticio. Su reforma consistía en ampliar considerablemente la autonomía municipal introduciendo fórmulas de representación corporativa, entonces bastante frecuentes, y la posibilidad de una cierta descentralización regionalista a través de las provincias.