Glosario Filosófico: Hume, Kant y Descartes – Conceptos Clave

Glosario de Filosofía: Hume, Kant y Descartes

David Hume

Experiencia: Forma de conocimiento que se obtiene a partir de la información proporcionada por los sentidos. La experiencia juega un triple rol en el empirismo radical de Hume: como origen, fin y garantía de validez de todo conocimiento posible. Para Hume, la experiencia se obtiene a través de las percepciones que pueden ser impresiones, si son más vívidas, o ideas, si son copia de las impresiones. Finalmente, cabe señalar que frente al Empirismo de Hume basado en la experiencia se sitúa el Racionalismo de Descartes, para quien el elemento esencial del conocimiento es la razón.

Percepciones: Todo aquello que conocemos por los sentidos. Así, según Hume, en su teoría del conocimiento, el sujeto cognoscente no tiene acceso directo a la realidad, sino meramente un acceso mediado a través de las percepciones producidas por la excitación de nuestros órganos sensoriales. Estas pueden ser de dos tipos: impresiones, percepciones más vivas y fuertes de algo que está aconteciendo; ideas, percepciones tenues y débiles de algo que no está aconteciendo. Hume con este concepto también desarrolla el criterio de legitimidad de las ideas: solo serán legítimas aquellas ideas que procedan de alguna impresión.

Impresiones: Para Hume, son aquellas percepciones más vívidas y fuertes que provienen directamente de un sentimiento, pasión o emoción que está aconteciendo en el presente. Hume incluye este concepto en su teoría del conocimiento y lo sitúa como uno de los tipos de percepciones, junto a las ideas, que se caracterizan por ser tenues y débiles. Según su procedencia, las impresiones pueden ser de sensación, externas, o de reflexión, internas. Hume con este concepto también desarrolla el criterio de legitimidad de las ideas: solo serán legítimas aquellas ideas que procedan de alguna impresión.

Ideas: Para Hume, son aquellas percepciones tenues y débiles que tienen lugar cuando pensamos en una sensación, pasión o emoción que no está aconteciendo. Se incluye en su teoría del conocimiento y es uno de los dos tipos de percepciones. Podemos clasificar las ideas en simples, si proceden de una sola impresión, o en complejas, si proceden de varias impresiones. Hume con este concepto también desarrolla el criterio de legitimidad de las ideas: solo serán legítimas aquellas ideas que procedan de alguna impresión.

Hábito o costumbre: Disposición que se crea en nuestra mente a partir de la experiencia reiterada de algo. Se incluye dentro de la epistemología de David Hume y es el elemento que genera la creencia. La costumbre sirve de base a nuestras inferencias causales y a nuestras expectativas respecto de los acontecimientos futuros. Este concepto también es utilizado por Hume para sustentar su crítica al método inductivo.

Causalidad: Es la relación entre dos fenómenos contiguos en espacio y tiempo, donde la causa precede al efecto y existe una conjunción constante entre ambos. Hume lleva a cabo una extensa crítica de la causalidad cuando se emplea para predecir el futuro, pues afirma que no podemos percibir ni saber el efecto antes de que suceda. Así, afirma que cuando predecimos algo del futuro no es más que una creencia, fruto de la costumbre. También con esta crítica ataca las demostraciones de Dios basadas en esta, como algunas de las vías tomistas.

Creencia: Es una forma irracional, insegura y subjetiva de comprender la realidad. En su crítica de la metafísica tradicional, Hume realiza la distinción entre conocimiento y creencia. Esta última se encuentra fundamentada en la costumbre, que genera un sentimiento de seguridad, pero no en la razón. Así, la creencia es todo lo que cabe en materia de cuestiones de hecho futuras. De este modo, frente a la certeza que buscaba Descartes para los asuntos humanos, Hume va a defender que, en el conocimiento de muchas cuestiones de hecho, la certeza es imposible.

Immanuel Kant

A priori: De acuerdo con Kant, a priori es aquello que sucede con anterioridad a la experiencia, es decir, un juicio es a priori si no necesita de la experiencia para ser contrastado, siendo así estos juicios universales y necesarios. Los juicios a priori pueden ser, a su vez, analíticos a priori, que no aportan nueva información al sujeto (relaciones de ideas de Hume); y sintéticos a priori, que son aquellos en los debe fundarse la ciencia al aportar nueva información. En su obra, Kant distingue los juicios a priori de los a posteriori, que son aquellos que sí necesitan de la experiencia para ser contrastados, siendo así particulares y contingentes.

A posteriori: De acuerdo con Kant a posteriori es aquello que sucede con posterioridad a la experiencia, es decir, un juicio es a posteriori si necesita de la experiencia para ser contrastado, siendo así estos juicios particulares y contingentes. Los juicios a posteriori pueden ser, a su vez, analíticos a posteriori, que son imposibles; y sintéticos a posteriori, que aportan nueva información, pero no son universales y necesarios (cuestiones de hecho de Hume). En su obra, Kant distingue los juicios a posteriori de los a priori, que son aquellos que no necesitan de la experiencia para ser contrastados, siendo así universales y necesarios.

Sensibilidad: La sensibilidad es la capacidad que tiene el sujeto para recibir representaciones una vez que ha sido afectado por el objeto. La sensibilidad no representa los objetos tal como son, sino que los elabora a través de nuestros sentidos y de sus dos formas a priori: espacio (sensibilidad externa) y tiempo (sensibilidad interna). Kant mediante esta facultad plantea la distinción entre noúmeno, la realidad en sí misma, y fenómeno, situado en el espacio y en el tiempo. Por último, Kant afirma que estas formas a priori hacen posibles dos ciencias como la geometría y la aritmética. Finalmente, la sensibilidad es estudiada por la estética trascendental.

Fenómeno: Conjunto de datos sensibles procedentes del noúmeno que son situados por nuestra sensibilidad en el espacio y en el tiempo. Kant lo incluye como el resultado de la primera de las facultades del conocimiento: la sensibilidad, estudiada por la estética trascendental. Esta cuenta con el espacio y el tiempo como formas a priori. El fenómeno se opone al noúmeno, que es la realidad en sí misma, que sirve de soporte y fundamento a nuestras percepciones.

Noúmeno: La realidad en sí misma, las cosas tal cual son, que sirven de soporte y fundamento a nuestras percepciones. Kant lo incluye como previo a la primera de las facultades del conocimiento: la sensibilidad, estudiada por la estética trascendental. Esta cuenta con el espacio y el tiempo como formas a priori. El noúmeno se opone al fenómeno, que es el conjunto de datos sensibles procedentes del noúmeno que son situados por nuestra sensibilidad en el espacio y en el tiempo.

Entendimiento: El entendimiento es la capacidad de organizar los fenómenos procedentes de la sensibilidad a través de toda una serie de categorías a priori (hasta 12) para formar juicios que dan sentido a los fenómenos. Entre dichas categorías destacan las de causa-efecto y sustancia, nociones criticadas por D. Hume. El entendimiento hace posible la seguridad de las ciencias naturales como la física. Finalmente, el entendimiento es estudiado por la analítica trascendental.

Razón: La razón es la facultad que permite abstraer y sintetizar los juicios elaborados por el entendimiento con el objetivo de alcanzar un principio último que les sirva de fundamento. Esto lo hace a través de tres ideas trascendentales: alma, unifica los fenómenos internos al sujeto; mundo, que unifica los fenómenos externos al sujeto; y, Dios, que unifica ambos. Estos conceptos son estudiados por la metafísica, la cual Kant asegura que no es posible como ciencia, al no basarse tales conceptos en experiencia alguna. Finalmente, la razón es estudiada por la dialéctica trascendental.

René Descartes

Duda, dudar: La duda es la indecisión ante una creencia o conjunto de creencias. La duda puede ser de tres tipos: duda vital, duda escéptica y duda metódica. La duda escéptica es una duda como actitud, que es la de aquellos que consideran que no puede alcanzarse la verdad. La duda vital es una duda concreta, que se nos plantea con frecuencia ante las diversas alternativas entre las que tenemos que elegir. La duda metódica es sólo un procedimiento para llegar a la verdad. La duda cartesiana es una duda metódica y se constituye en el fundamento del método.

Sustancia: Según Descartes, es aquello que existe de tal manera que no tienen necesidad si no de sí misma de existir, es decir, lo que existe en sí mismo. Dentro de la sustancia distingue dos tipos: la sustancia infinita, aquella que en términos absolutos es capaz de existir en sí misma (Dios); y la sustancia finita, aquella que en términos relativos es capaz de existir por sí misma dependiendo únicamente de Dios. Además, Descartes, distingue tres atributos que dan lugar a tres tipos de sustancias: extensión, que da lugar a la sustancia finita extensa; pensamiento, propio de la sustancia finita pensante; y la perfección, propia de la sustancia infinita (Dios).

Idea: Son aquellos contenidos mentales que tienen la función de representar elementos de procedencia diversa y que constituyen la base de las operaciones mentales. Descartes en su teoría epistemológica diferencia tres tipos: en primer lugar, ideas innatas, que son aquellas con las que nacemos; en segundo término, ideas adventicias, aquellas que proceden de la realidad exterior; y, finalmente, las ideas facticias, elaboradas por el propio sujeto a partir de otras ideas adventicias o innatas. Precisamente, Descartes utiliza una idea innata, la idea de perfección para salir del solipsismo mediante la demostración de Dios.

Evidencia: Concepto que utiliza Descartes para dar nombre a la primera regla de su método. Esta regla sostiene que solo se tomarán por verdades aquellas ideas que sean claras y distintas. Serán claras si se presentan de forma manifiesta al espíritu atento, y serán distintas si se muestran de forma precisa y diferente al resto de ideas. Cabe añadir que junto a esta primera regla de la evidencia son otras tres las que completan el método: las reglas del análisis, la composición y la comprobación.

Método: El método cartesiano es un método racional cuyos objetivos son eliminar los errores del conocimiento y quedarse con lo cierto extrayendo así nuevas verdades a partir de las más básicas. Descartes utiliza este método para poner a prueba toda la metafísica anterior superando la incertidumbre. Para llegar a este objetivo se centra en cuatro reglas: evidencia, análisis, composición y comprobación. Este método será aplicado al árbol del saber humano mediante la duda metódica hasta llegar a la primera: cogito ergo sum.

Cogito: Concepto latino que significa ‘(yo) pienso’. Aparece en la teoría cartesiana en dos contextos. En primer lugar, como conclusión de la aplicación del método cartesiano a la metafísica, como primera verdad indubitable: “cogito ergo sum”, “pienso luego existo”. Y, en segundo lugar, aparece en su análisis metafísico de las sustancias, como atributo de la sustancia pensante o res cogitans, al señalar que el pensamiento es el atributo propio del alma.

Razón, razonar: La razón no es una simple facultad de conocimiento, sino una estructura innata a la mente humana, que se caracteriza por la intuición y la deducción. Por la intuición la razón capta las “naturalezas” u objetos simples sin posibilidad de duda o error. Por la deducción se obtienen los objetos más complejos. Descartes, exponente del Racionalismo, toma la Razón como fundamento principal de nuestro conocimiento, a diferencia del Empirismo, que basa el conocimiento en los sentidos.

Comentario de Texto

Descartes

El extracto propuesto pertenece al filósofo francés René Descartes, incansable buscador de la certeza en un tiempo, siglos XVI y XVII, marcado por la incertidumbre religiosa, científica y política. Descartes, exponente del Racionalismo, publicó de forma anónima este Discurso del método con el fin de evitar un nuevo caso Galileo. En esta obra, el filósofo incluye las cuatro reglas de su método que conducen al “cogito, ergo sum”.

David Hume

El extracto propuesto pertenece al filósofo escocés, David Hume, quien vivió en la época de la Ilustración. De hecho, Hume pasó algún tiempo en Francia donde entabló relación con los enciclopedistas y, de forma especial, con Rousseau. En esta obra, Compendio del Tratado de la Naturaleza Humana, Hume aborda los temas principales de su radical epistemología empirista, los cuales despertaron a Kant de su sueño dogmático.

Kant: Crítica de la razón práctica y Fundamentación de la metafísica de las costumbres

Kant comienza su Fundamentación de la metafísica de las costumbres preguntándose por aquello que convierte una determinada acción en moralmente buena, es decir, por aquello que puede ser tenido siempre por bueno.

Fortuna, virtud, placer, utilidad, felicidad.

Finalmente, Kant aporta la respuesta: lo único auténticamente bueno es una buena voluntad. Así, una buena voluntad es aquella que actúa por deber, sin importar los motivos, los intereses, ni las consecuencias.

¿Qué significa actuar por deber? De acuerdo con Kant hay que distinguir:

  • Actuar conforme al deber: Mi acción coincide con la que me dicta mi razón, pero la llevo a cabo porque me interesa de algún modo.
  • Actuar por deber: En este caso, no solo actúo según lo que me dicta mi razón, sino que lo hago además por el mero hecho de que es mi obligación. Solo actuando por deber, actuamos auténticamente bien, según Kant.

¿Qué significa actuar por deber? De acuerdo con Kant hay que distinguir:

  • Actuar conforme al deber: Mi acción coincide con la que me dicta mi razón, pero la llevo a cabo porque me interesa de algún modo.
  • Actuar por deber: En este caso, no solo actúo según lo que me dicta mi razón, sino que lo hago además por el mero hecho de que es mi obligación. Solo actuando por deber, actuamos auténticamente bien, según Kant.
  • Éticas teleológicas o de fines: Son aquellas que basan la bondad o maldad de una acción en la consecución del fin u objeto que se persigue. Si el fin es bueno, la acción será buena.
  • Éticas deontológicas o del deber: Son aquellas defendidas por Kant que basan la bondad o maldad de una acción en la intención con que esta se realiza. Si la intención es buena, la acción será buena, independientemente del resultado.
  • Éticas heterónomas: En las que las normas y deberes son dictados por otros (grupo, tribu, sociedad…)
  • Éticas autónomas: En las que las normas y deberes las dicta el propio sujeto. Precisamente por estas éticas abogará Kant.

Finalmente, Kant se cuestiona acerca del contenido del deber, pues en las éticas autónomas se corre el riesgo de que cada uno haga lo que le venga en gana. Por este motivo distingue dos tipos de principios que sirven para formular nuestro deber:

  • Las máximas: Principios de acción subjetivos. A través de las máximas expreso lo que es “mi” deber y solamente “mi deber”, pues están elaboradas para mis circunstancias concretas. Por ejemplo, si tu padre es Aristóteles la máxima “haz caso a tu padre” quizás tiene sentido; pero si tu padre es Hitler posiblemente no lo tenga.
  • Los imperativos: Son principios de acción universales, válidos para todos los seres racionales. No dependen de mis condiciones particulares sino de mi razón, común a la de los demás seres humanos. Los imperativos pueden ser: