España: Del Conflicto Dinástico al Sexenio Democrático (1833-1874)

A. La Guerra Civil (1833-1840): La Primera Guerra Carlista

Este conflicto enfrentó a los carlistas (absolutistas), concentrados en Navarra, País Vasco, interior de Cataluña y el Maestrazgo, contra los isabelinos o cristinos (liberales).

Características del Carlismo:

  • Movimiento popular y rural.
  • Ideales: absolutismo monárquico, fueros, intransigencia religiosa y defensa del régimen tradicional de propiedad (bienes comunales y amortizados).
  • Base social: labradores vascos y navarros (foralismo), pequeña nobleza rural, clero conservador, campesinos aragoneses, valencianos y catalanes.
  • Apoyo extranjero: Austria, Rusia, Prusia (más bien teórico).

Características de los Liberales:

  • Base urbana: intelectuales, burgueses.
  • Sectores favorables a la industrialización, el capitalismo y la sociedad de clases.
  • Apoyo internacional: Francia (Luis Felipe de Orleans) y Gran Bretaña.

Desarrollo de la Guerra:

  • Inicio: Sublevación carlista que triunfa por la lentitud e ineptitud de la reacción del gobierno, controlando dos núcleos: vasco-navarro (Zumalacárregui) y el Maestrazgo (Cabrera). Controlaban el campo y ciudades pequeñas como Estella o Morella.
  • Desarrollo: Fracasaron las expediciones carlistas en Castilla, Madrid, Valencia y, sobre todo, el sitio de Bilbao (falta de apoyo urbano). El ejército dirigido por Espartero pasa a la ofensiva aprovechando la crisis interna carlista y acorrala al enemigo, pero no lo aniquila.
  • Final: Paz pactada, el Convenio o “abrazo” de Vergara (1839). Espartero pacta con el general carlista Maroto el fin de la guerra con las siguientes condiciones:
    • Reconocimiento de la reina Isabel II y el régimen constitucional.
    • Reconocimiento de los cargos y pagas de los carlistas que lo acepten (sin represalias).
    • Promesa de que el gobierno respetará los fueros vascos y navarros.

Balance:

El carlismo, versión española del tradicionalismo europeo, se mantuvo con fuerza hasta los años treinta del siglo XX. Era un movimiento contrario a la industrialización, la burguesía, la urbanización y el socialismo (cuando este aparezca).

B. La Implantación del Liberalismo

La Corona inició las reformas intentando establecer un régimen de “carta otorgada” con un gobierno formado por liberales “doceañistas”. El Estatuto Real era, en realidad, poco más que una normativa para convocar Cortes, estableciendo sus poderes y composición. El sufragio era censitario restringido. Las Cortes eran bicamerales (“Estamento de Procuradores”, electo, y “Estamento de Próceres”, designado por la Corona entre nobles, eclesiásticos, altos funcionarios civiles y militares, y grandes fortunas). Se mantienen los poderes regios. El “Estatuto” no fue aceptado por la mayoría de los liberales, lo que, junto con las derrotas en la Guerra Carlista y la bancarrota del Estado, favoreció un golpe de estado progresista: la sargentada de La Granja en 1836.

1. Moderados y Progresistas

Dos versiones del liberalismo que coinciden en la defensa del régimen constitucional, el sufragio censitario, la igualdad de derechos, las libertades individuales y la libertad de prensa.

Moderados:

  • Intentan conciliar los principios de libertad y tradición.
  • Objetivos: crear un estado centralizado, administración profesional jerarquizada, desarrollo económico capitalista y mantenimiento del orden público.
  • Base social: antiguos “doceañistas”, alta burguesía, latifundistas y propietarios en general, y sectores moderados que apoyaron al final de su reinado a Fernando VII.

Progresistas:

  • Defienden el principio de la soberanía nacional, la supremacía de las Cortes frente a la Corona, el sufragio censitario amplio (luego el universal), el librecambismo económico y la creación de un ejército profesional y de la Milicia Nacional.
  • Base social: clases medias urbanas y sectores populares.

2. La Constitución de 1837

Redactada por unas cortes progresistas, intenta ser de consenso liberal.

Características:

  • Soberanía nacional.
  • Reconocimiento explícito de derechos y libertades.
  • Municipios autónomos con amplios poderes (gestión de impuestos, milicia nacional). Las corporaciones locales eran elegidas.
  • Sufragio censitario.
  • Cortes bicamerales: Congreso de los Diputados (elección directa) y Senado (designado por la Corona entre ternas elegidas por los Electores).
  • No hay religión oficial, pero el Estado mantiene económicamente a la Iglesia Católica para compensarla de la Desamortización de 1836.

3. La Regencia de Espartero (1840-1843)

Moderados y progresistas se enfrentaron a partir de 1839 por la cuestión municipal y la creación de la Milicia Nacional. En 1840, un gobierno moderado limita el poder municipal (alcaldes designados), lo que produce alzamientos progresistas en las provincias. El gobierno cayó y, con él, la Regente María Cristina de Nápoles, muy identificada con este ejecutivo (Isabel II tenía 10 años). Las Cortes (progresistas) nombraron nuevo Regente al Capitán General Espartero (líder del partido progresista), héroe nacional. En tres años, Espartero se desprestigió y dividió a su partido por su personalismo y la ineficacia de sus colaboradores. En 1842, implantó el librecambismo comercial, lo que unió en un solo frente opositor a moderados, progresistas disidentes y a la burguesía textil catalana. Barcelona se subleva y el gobierno declara el “estado de guerra” y bombardea la ciudad. En 1843, pronunciamiento de Narváez (moderado), Espartero cae y un gobierno moderado declara a Isabel II mayor de edad (13 años).

C. La Década Moderada (1844-1854)

1. La Preocupación por el Orden Público: La Guardia Civil

Objetivo: compatibilizar liberalismo y orden público.

Medidas:

  • Supresión de la Milicia Nacional.
  • Creación de la Guardia Civil, cuerpo policial militarizado a las órdenes directas del Gobierno y sus delegados. Su fin era mantener el orden, vigilar los caminos y defender la propiedad privada.
  • Férreo control de prensa e imprenta.
  • Reforma municipal: alcaldes designados (por el Gobierno o los Gobernadores), que son los responsables del orden público.

2. La Constitución de 1845

  • Soberanía compartida del Rey y las Cortes.
  • Cortes Bicamerales: Congreso de los Diputados (elegido por sufragio censitario restringido) y Senado (vitalicio y designado por la Corona entre la aristocracia, altas jerarquías de la Iglesia, la Administración o las Fuerzas Armadas, y las mayores fortunas).
  • Restricción de derechos y libertades (no en la teoría, pero sí en la práctica).
  • El catolicismo es la religión oficial.

3. La Paz con la Iglesia: El Concordato de 1851

Planteamiento: los Moderados querían legitimar al Estado Liberal con el reconocimiento, por parte de la Iglesia, de la Desamortización (cuestión carlista, nuevos propietarios de tierras); y a la Iglesia le urgía solucionar su encaje en la nueva situación.

Medidas:

  • Suspensión de la venta de bienes eclesiásticos.
  • El catolicismo, de nuevo, religión oficial (mantenimiento económico).
  • Concordato:
    • Intervención eclesiástica en la Educación.
    • Capacidad de censura eclesiástica en materia de moral y religión.
    • Persecución de doctrinas heréticas.
    • Renovación del “derecho de presentación” de Obispos por la Corona al Papa (ternas).

Consecuencias:

  • La Iglesia acepta la Desamortización y legitima al Liberalismo.
  • Aparece una nueva élite eclesiástica favorable al nuevo régimen.
  • Los moderados usan el nuevo pacto para mantener la paz social.

4. La Organización de la Administración

  • Objetivos:
    • Administración centralizada y profesional.
    • Unidad jurídica y hacienda común.
  • Medidas:
    • Código Penal nuevo y proyecto de Código Civil (igualdad ante la Ley, garantiza la propiedad privada).
    • Administración centralizada: división del territorio en provincias dirigidas por un Gobernador Civil que controla el orden público, es el delegado nato de todos los ministerios y nombra los alcaldes. Burocracia profesionalizada.
    • Enseñanza centralizada (pública): Primaria (municipal), Secundaria y Superior (Estado).
    • Reforma de Hacienda: impuestos generales (directos, sobre el comercio, la industria y el territorio, e indirectos, sobre el consumo [monopolios, “consumos”]).

D. El Bienio Progresista (1854-1856)

Tras diez años, el moderantismo se había dividido y desprestigiado por el favoritismo gubernamental y la aparición de casos de corrupción económica y política. Esto favoreció la aparición de revueltas populares y las conspiraciones militares, es decir, “pronunciamientos” (golpe de estado de un General-político).

  • 1854: pronunciamiento de O’Donnell y Serrano (“Vicalvarada”) con inicio incierto. Para atraerse a la oposición, redactan un documento con promesas progresistas, el “Manifiesto de Manzanares” (obra de Cánovas del Castillo). Esto provoca una movilización popular que desborda a los militares: caída del Gobierno moderado, Isabel II nombra a Espartero Presidente del Consejo de Ministros.
  • Obra del Gobierno:
    • Ampliación del derecho de voto y reconocimiento explícito de las libertades individuales.
    • Redacción de un proyecto de constitución progresista: soberanía nacional, supremacía de las Cortes, limitación del poder regio, alcaldes elegidos, milicia nacional.
    • Reformas económicas: Desamortización de Madoz, en 1855 (bienes municipales).
    • Leyes especiales para atraer a la inversión extranjera, relanzar los créditos bancarios y favorecer la expansión del ferrocarril.
  • Evolución:
    • Gran inestabilidad, debido a que gobiernan los progresistas junto con una facción de los moderados. El jefe teórico es Espartero, pero quien controla a las Fuerzas Armadas es O’Donnell.
    • La oposición es fuerte y combativa, por la derecha (carlistas y moderados en las Cortes) y por la izquierda (republicanos, demócratas, federalistas, en la calle). 1856: O’Donnell da un “golpe de estado de despacho” y se convierte en Jefe de un Gobierno más conservador.

E. La “Unión Liberal” y el Retorno al Moderantismo (1856-1868)

  • O’Donnell formó un nuevo partido, la Unión Liberal, que une a los centristas del moderantismo y del progresismo (“conciliación liberal y orden”).
  • Los progresistas comienzan colaborando; su líder es el General Prim y su programa, la monarquía constitucional, el librecambismo, el reconocimiento de derechos y libertades, la ampliación del sufragio, la soberanía nacional, pero manteniendo el orden público.
  • Evolución: O’Donnell aprovecha un periodo de auge económico e intenta unir a la nación y aumentar el prestigio del régimen con la política exterior:
    • Guerras de África (1859-1860), del Pacífico, expedición a México y a Indochina.
    • Consigue éxitos, pero no crea un imperio colonial por la oposición anglo-francesa.
  • Cuando Isabel II se identifica con el partido moderado y les entrega el poder, se rompe el equilibrio y comienzan los problemas:
    • El progresismo pasa a la oposición total (enfrentamientos por la cuestión de la unidad italiana y la desamortización) y comienza a conspirar.
    • La reina, tras la muerte de O’Donnell, pierde el apoyo de los generales de la “Unión Liberal”.
    • Conspiraciones:
      • 1866: sublevación del cuartel de San Gil, fracaso y represión.
      • 1867: Pacto de Ostende. Prim une a progresistas, demócratas, republicanos y algún miembro de la “Unión Liberal” en una coalición con dos objetivos: derrocar a Isabel II y convocar Cortes constituyentes por sufragio universal para configurar un nuevo Estado. No coinciden en nada más (múltiples problemas al llegar al poder).
  • Los conspiradores se aprovechan de la crisis económica general que ha provocado la caída de la Bolsa, la crisis bancaria, paro, hambrunas y descontento general.

F. El Sexenio Revolucionario (1868-1874)

A. La Revolución de 1868: “La Gloriosa Septembrina”

  • Sublevación de progresistas, demócratas, republicanos y parte de la “Unión Liberal” (Prim, Serrano y Topete), con el programa del Pacto de Ostende: fin de la monarquía borbónica y cortes constituyentes elegidas por sufragio universal.
  • Al pronunciamiento militar se unen movilizaciones populares urbanas y triunfan: Serrano, Jefe de Estado provisional, y Prim, Presidente de Gobierno.

B. La Constitución Democrática de 1869

  • Soberanía nacional, sufragio universal masculino, reconocimiento de derechos y libertades.
  • División estricta de los tres poderes (independencia garantizada del poder judicial).
  • Monarquía constitucional pura (“el rey reina, pero no gobierna”).
  • Libertad de cultos, aunque el Estado sufraga a la Iglesia Católica.
  • Cortes bicamerales: Congreso (sufragio universal directo) y Senado (sufragio universal indirecto); no podían reunirse juntas.
  • Balance: recoge los principios del liberalismo, la propiedad privada y la igualdad jurídica; no prepara ningún cambio social.

C. La Búsqueda de un “Rey Demócrata”

  • Tras aprobar la Constitución, el Gobierno tiene tres problemas:
    • Independentismo cubano (Primera Guerra de Independencia desde 1868).
    • Resurgir carlista en Navarra y Cataluña (Tercera Guerra Carlista).
    • Movilizaciones republicanas en las ciudades (a veces de ideología anarquista).
  • La represión subsiguiente separó a Prim de sus antiguos aliados.
  • Prim debe encontrar un rey que acepte el régimen; tras varios intentos fallidos, Amadeo de Saboya acepta la candidatura y las Cortes lo eligen (“rey de los 191”).

D. Reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873)

  • Prim fue asesinado el mismo día de la llegada del Rey, que, de esta manera, quedó aislado. Los progresistas se dividen y debilitan.
  • La oposición se fortaleció:
    • Nobleza fiel a la Casa de Borbón.
    • Iglesia opuesta a los Saboya (cuestión de la unidad italiana y de la pérdida del poder temporal del Papado).
    • El carlismo se subleva (triunfos regionales).
    • Los republicanos se oponen por principio. Además, los republicanos federales ganan adeptos prometiendo la revolución.
    • El movimiento obrero (AIT) quiere aprovechar la situación para acabar con el capitalismo.
  • La inestabilidad y los desórdenes permiten a Cánovas del Castillo presentar al Príncipe Alfonso (hijo de Isabel II) como garantía de orden, abierto a los logros de 1868.
  • 1873: crisis total (fin de la coalición de 1868, división militar por la “cuestión artillera”). Amadeo abdica y las Cortes, reunidas en “Asamblea Nacional”, proclaman la República.

E. La Primera República (1873-1874)

  • Características: inestabilidad. El periodo se divide en dos: los gobiernos civiles (1873) y la dictadura del general Serrano (1874).
  • Gobiernos Civiles:
    • Figueras (republicano unitario): fracasa en su intento de convocar Cortes constituyentes, sanear Hacienda, acabar con las revueltas. Abolió la esclavitud en las colonias y el sistema de quintas. Promulgó una amnistía.
    • Pi y Margall (republicano federal): prepara una constitución federal. Pero la división de su partido le impide gobernar; los “intransigentes” se sublevan y se declaran cantones (ejemplo: Cartagena) con el objetivo político de la federación y el social del reparto de la riqueza. Al final de su gobierno, el caos se adueña de la nación y lo arrastra.
    • Salmerón (republicano unitario): restablece la disciplina militar y autoriza la intervención de las Fuerzas Armadas en el restablecimiento del orden (por ejemplo, Alcoy). Prepara la vuelta a la república unitaria; dimite (contrario a la pena de muerte).
    • Castelar (republicano unitario): recibe plenos poderes por tres meses y, gobernando por decreto, restablece el orden. Acaba con el cantonalismo, pero es derribado por una moción de censura federal. La derrota parlamentaria de Castelar produce el golpe de estado de Pavía (enero de 1874).
  • Serrano, nuevo Presidente. Es un régimen indefinido sin planes de futuro claro.