Vegetación, Ríos y Agua en España: Factores, Regiones y Análisis

Vegetación y Factores Ambientales en España

Vegetación Atlántica

La vegetación se organiza en formaciones vegetales como bosques, matorrales y vegetación herbácea, influenciada por factores físicos y humanos. Los factores físicos definen la vegetación primaria. Las especies se adaptan al clima. En el clima oceánico, las precipitaciones abundantes y regulares favorecen especies hidrófilas como el haya. Las temperaturas suaves son propicias para especies caducifolias. El relieve (altura, orientación y ubicación) modifica el clima. En la Cordillera Cantábrica, la ladera de barlovento y umbría presenta vegetación atlántica, mientras que la vertiente sur muestra vegetación mediterránea. Los suelos también influyen: el roble prefiere suelos silíceos (Galicia), y el haya, suelos calizos (Navarra).

Los factores humanos introducen la vegetación secundaria. Se han impulsado repoblaciones de pinos y eucaliptos en la zona atlántica por su valor económico. También se plantan castaños. La sobreexplotación y eliminación de la vegetación original han dado lugar a la landa (por sobreexplotación del bosque) y los prados (para el ganado vacuno).

8B La región atlántica de la península ibérica, en la franja cantábrica, se caracteriza por un bosque caducifolio dominado por roble y haya, que requieren humedad y temperaturas templadas o frías. El sotobosque es sombrío, con helechos y musgos. Se han introducido especies secundarias como el castaño (Castanea sativa), los pinos (Pinus) y el eucalipto (Eucalyptus).

El roble crece lentamente y se usa en construcción y muebles. El haya también crece lentamente y se valora por su madera. El castaño fue introducido por los romanos por su madera y fruto. Los pinos crecen rápido y se utilizan en repoblaciones, pero acidifican el suelo y son inflamables. El eucalipto, originario de Australia, se planta para la producción de papel, pero también acidifica el suelo y es vulnerable al fuego.

Vegetación Mediterránea

En las zonas de transición hacia el clima mediterráneo, se encuentra el bosque marcescente, con árboles como el quejigo (Quercus faginea) y el rebollo (Quercus pyrenaica), más adaptados a la aridez y el frío. La landa es una formación arbustiva degradada del bosque, con matorrales como brezo, tojo y retama. Los prados, impulsados por la actividad ganadera, son la formación herbácea predominante en la región.

9A La vegetación conforma formaciones vegetales en función del tamaño y aspecto de la flora, dando lugar a bosques, matorrales (vegetación arbustiva) y vegetación herbácea. En función de una serie de elementos o factores físicos y humanos estas formaciones varían su presencia de un lugar a otro. Los factores físicos de una zona definen la vegetación primaria, climax o potencial de un lugar. Las especies varían en función del clima (cada planta se adapta a una temperatura y precipitaciones propias). En este sentido las precipitaciones escasas e irregulares del clima mediterráneo determinan que la vegetación mediterránea este constituida por especies xerófilas adaptadas a la aridez. Las temperaturas extremas del clima mediterráneo continetalizado son toleradas por la encina, mientras que el alcornoque prefiere inviernos moderados por lo que no se desarrolla en la meseta y al requerir una precipitación moderada se concentra en la mitad occidental. Por su parte el relieve (la altura, orientación a barlovento o sotavento y ubicación en solana o umbría) modifican el clima y con ello las plantas, por lo que encontramos vegetación mediterránea sólo en la base de la ladera de sotavento y solana de Pirineos y Cordillera Cantábrica. Respecto a los suelos, el alcornoque prefiere los suelos silíceos por lo que su distribución es más occidental. Los factores humanos conllevan la intervención humana sobre la vegetación de una zona dando lugar a la vegetación secundaria. El ser humano puede introducir especies en función de su valor económico. Así, en la zona mediterránea se han impulsado repoblaciones de pinos, debido a su buen aprovechamiento económico. Por otra parte, el ser humano ha degradado la vegetación existente al sobreexplotarla o eliminarla para el cultivo o el pasto, destacando en la zona mediterránea el aclarado de bosques para obtener dehesas, en las que se mantienen árboles aislados de los que se aprovecha su fruto, madera, y corteza, a la vez que se consiguen pastos para el ganado y tierras de cultivo.

9B La región mediterránea de la península ibérica, islas Baleares, Ceuta y Melilla, está dominada por el bosque perennifolio, caracterizado por árboles como la encina (Quercus ilex) y el alcornoque (Quercus suber), adaptados a la sequía estival con hojas duras. El sotobosque es luminoso, con arbustos como la retama. El ser humano ha introducido pinos (Pinus) y ha creado dehesas, que combinan usos forestales, ganaderos y agrícolas, al aclarar los bosques de encina y alcornoque.

La encina, resistente a la sequía y las temperaturas extremas, se adapta a varios suelos y es utilizada por su madera y bellotas para alimentar ganado. El alcornoque, que necesita algo de humedad, se desarrolla principalmente en el suroeste y se usa su madera y corteza para el corcho. Los pinos, que crecen rápido y resisten la sequía, se plantan en repoblaciones para aprovechar su resina y madera.

Las formaciones arbustivas en esta región suelen ser resultado de la degradación del bosque. Se destacan la maquia (matorrales densos como madroño, brezo, jara), la garriga (matorrales bajos con plantas aromáticas como romero y tomillo), y la estepa (hierbas y arbustos espinosos como esparto y palmito), todas adaptadas a la aridez y en diferentes etapas de degradación del bosque mediterráneo.

Hidrografía y Recursos Hídricos

Factores que Condicionan el Caudal y las Vertientes Hidrográficas

6A La cantidad de agua que circula por un río (caudal) y la organización de los ríos por territorios surcados por ríos que desembocan en un mismo mar (vertiente hidrográfica) están condicionados por los siguientes elementos físicos: A) El clima: La cantidad de precipitaciones condicionan el caudal de los ríos a lo largo del año y las temperaturas también modifican ese caudal (al evaporar más o menos el agua). Así, en la vertiente atlántica predomina el clima mediterráneo que presenta precipitaciones escasas y moderadas e irregulares por lo que el caudal en función de las precipitaciones presentará un marcado estiaje en verano. En la vertiente norte o cantábrica nos encontramos en zona de clima oceánico con precipitaciones abundantes y regulares que generan ríos caudalosos y regulares. B) El relieve: Separa unos ríos de otros en vertientes (así la vertiente atlántica se separa de la norte a través de la divisoria de aguas generada por la cordillera cantábrica y el macizo galaico). Además, si el relieve tiene una mayor pendiente, como ocurre en la vertiente norte/cantábrica, la erosión o desgaste producido por el río será mayor. En cambio en zonas planas como la Meseta Central que domina gran parte de la vertiente atlántica, los ríos circulan lentamente sedimentando materiales. C) La liotología: Dependiendo del tipo de roca, el agua que circula puede ser más superficial o más subterránea. En la vertiente atlántica predomina la roca silícea o la arcillosa que provoca una escorrentía superficial, mientras en la vertiente norte/cantábrica en la mitad oriental (Cantabria / Pais Vasco) la roca caliza generará una escorrentía subterránea. D) La vegetación: La menor vegetación presente en la vertiente atlántica provoca mayor evaporación, mientras que la abundante vegetación de la vertiente norte/cantábrica disminuye la evaporación, erosión y riesgo de inundaciones.

Régimen Fluvial

6b El régimen fluvial es la variación estacional del caudal de un río. Depende de la distribución de las precipitaciones y de la importancia de la precipitación nival. En los ríos de la vertiente atlántica predominan los ríos con régimen pluvial mediterráneo continentalizado, que dependen de las precipitaciones del clima mediterráneo continentalizado. El estiaje del verano es largo y presentan dos máximos: uno en primavera o finales del invierno y otro en otoño. La diferencia entre estas aguas altas y las bajas es notable mostrando una acusada irregularidad. En los ríos de la vertiente norte/cantábrica los ríos tienen régimen pluvial oceánico al depender de las precipitaciones del clima oceánico. Tienen aguas altas en invierno y estiaje en verano, al disminuir las precipitaciones. Sin embargo, el caudal se mantiene elevado a lo largo del año debido a la regularidad de las precipitaciones. Otras características de los ríos de la vertiente atlántica son que, salvo las pequeñas cuencas gallegas y andaluzas, son ríos largos – el Tajo supera los 1000 km –. Su caudal es abundante al recoger los aportes de numerosos afluentes al presentar extensas cuencas hidrográficas. Su fuerza erosiva es escasa. Por su parte, los ríos de la vertiente norte/cantábrica son cortos – de no más de 100 km –, ya que nacen en montañas cercanas a la costa. Son ríos caudalosos debido a las abundantes precipitaciones del clima oceánico. Además, tienen una gran fuerza erosiva debido al caudal y la fuerte pendiente que tienen, al ser cortos.

Uso y Gestión del Agua

6C El ser humano necesita el agua para vivir por lo que se ha asentado en lugares próximos a los recursos hídricos. El ser humano usa el agua para: actividades que consumen agua y actividades que usan el agua sin consumirla. Entre los primeros usos destacan su consumo en hogares y municipios, en actividades industriales y sobre todo, en el regadío agrario. Entre los usos no consuntivos podríamos mencionar la pesca, la acuicultura, la producción hidroeléctrica, la navegación o los deportes acuáticos. Para regular los recursos hídricos de los ríos se han hecho embalses, que en España llegan a ser más de 1.000 y se aprovechan para producción eléctrica y abastecimiento. Destacan por número y extensión los de la vertiente atlántica, donde se recoge más del 70 % del agua embalsada en España frente al escaso 1 % de la vertiente cantábrica. Una obra hídrica de gran impacto es el Trasvase Tajo-Segura, que lleva agua desde la cuenca excedentaria del Tajo a la cuenca deficitaria del Segura. La sobreexplotación de las aguas superficiales se produce al aumentar el consumo de agua para usos urbanos, industriales y agrarios provocando el descenso del caudal de los ríos, siendo notable en el caso del Tajo debido al trasvase Tajo-Segura. Por otra parte, se produce la contaminación de las aguas por la evacuación de desechos agrarios y ganaderos, por la actividad industrial, y por aguas sin depurar correctamente de las ciudades. Los tramos fluviales medios y bajos de las cuencas menos caudalosas son los más contaminados. La Ley de Aguas establece que todas las aguas son de dominio público estatal. El Plan Hidrológico Nacional busca coordinar los planes de todas las cuencas hidrográficas intentando lograr el autoabastecimiento hídrico de cada cuenca, una buena calidad del agua, prevenir las inundaciones y sequías e impulsar la investigación e innovación tecnológicas. Los Planes Hidrológicos de Cuenca determinan las necesidades y obras de cada cuenca hidrográfica, gestionadas por las Confederaciones Hidrográficas.

7A La cantidad de agua que circula por un río (caudal) y la organización de los ríos en territorios surcados por ríos que desembocan en un mismo mar (vertiente hidrográfica) están condicionados por los siguientes elementos físicos: A) El clima: La cantidad de precipitaciones condiciona el caudal de los ríos a lo largo del año y las temperaturas también modifican ese caudal. B) El relieve: Separa unos ríos de otros en vertientes. Además, si el relieve tiene una mayor pendiente, como ocurre en la vertiente mediterránea, la erosión o desgaste producido por los ríos será mayor. C) La liotología: Dependiendo del tipo de roca, el agua que circula puede ser más superficial o más subterránea. En la vertiente mediterránea la roca caliza genera escorrentías subterráneas. D) La vegetación: La menor vegetación presente en la vertiente mediterránea provoca mayor evaporación, erosión y riesgo de inundaciones. Los lagos, masas naturales de agua acumuladas en zonas con más de 10 metros de profundidad, se originan a partir de fuerzas del interior de la Tierra o a partir de fuerzas externas.

7B El régimen fluvial es la variación estacional del caudal de un río. Depende de la distribución de las precipitaciones y de la importancia de la precipitación nival. En los ríos de la vertiente mediterránea predominan los ríos con régimen pluvial mediterráneo puro, que depende de las precipitaciones del clima mediterráneo. El estiaje del verano es largo y presenta dos máximos: uno en primavera o finales del invierno y otro en otoño. La diferencia entre estas aguas altas y las bajas es notable mostrando una acusada irregularidad. Otras características de los ríos de la vertiente mediterránea son que, salvo el río Ebro que con sus 910 km, es el río más largo de España, son ríos cortos – con menos de 500 km – ya que nacen cerca del mar Mediterráneo en el que desembocan. Su caudal, salvo el del río Ebro, es escaso. Su fuerza erosiva es elevada por su pendiente y la escasez de vegetación de las laderas por las que circulan, lo que provoca que ante lluvias torrenciales tengan una elevada capacidad destructiva y arrastren sedimentos de todo tipo. España tiene cerca de 2.500 lagos y más de 2.500 humedales, pero muchos son de reducidas dimensiones y de carácter estacional. Según su origen son muy distintos entre sí: tectónicos, volcánicos, glaciares, cársticos, endorreicos o arreicos, eólicos, y albuferas.

7C El ser humano necesita el agua para vivir por lo que se ha asentado en lugares próximos a los recursos hídricos. El ser humano usa el agua para: actividades que consumen agua y actividades que usan el agua sin consumirla. Entre los primeros usos destacan su consumo en hogares y municipios, en actividades industriales y sobre todo, en el regadío agrario. Entre los usos no consuntivos podríamos mencionar la pesca, la acuicultura, la producción hidroeléctrica, la navegación o los deportes acuáticos. Para regular los recursos hídricos de los ríos se han hecho embalses, destacando en la vertiente mediterránea los situados en la cuenca del Ebro que se aprovechan para producción eléctrica y abastecimiento. Salvo esta cuenca, el resto de cuencas mediterráneas presentan un balance hídrico deficitario al tener unos recursos hídricos muy escasos e irregulares y una demanda de agua elevada por el consumo agrario, turístico e industrial. Esto ha llevado a promover obras de captación de agua salobre para obtener agua dulce en plantas desalinizadoras. El Plan Hidrológico Nacional de 2001 preveía el trasvase del Ebro como una polémica obra de transporte de agua desde el Ebro a los centros turísticos y agrícolas de las cuencas del Júcar y del Segura. La sobreexplotación de las aguas superficiales se produce al aumentar el consumo de agua para usos urbanos, industriales y agrarios provocando el descenso del caudal de los ríos, amenazando el futuro del delta del Ebro ante la falta de aporte de sedimentos, y reduciendo la superficie de lagos y humedales. La extensión del regadío intensivo amenaza humedales como las marismas de Doñana, las Tablas de Daimiel y el mar Menor. Al mismo tiempo, se produce la contaminación de las aguas por la evacuación de desechos agrarios y ganaderos, por la actividad industrial, y por aguas sin depurar correctamente de las ciudades, contaminación incrementada por la escasez de agua.

Análisis de Gráficos

Identificación del gráfico: Comienza por describir qué tipo de gráfico es (por ejemplo, hidrograma, cliserie, etc.). Indica también qué mide y en qué contexto se presenta (por ejemplo, caudal de un río a lo largo del año, variación de la temperatura en un determinado periodo, etc.).

Ejes: Menciona qué representan los ejes del gráfico. Generalmente, el eje vertical (Y) suele representar la variable dependiente (por ejemplo, caudal en m³/s, temperatura en ºC), y el eje horizontal (X) representa el tiempo o diferentes categorías (por ejemplo, meses, años, estaciones del año, etc.).

Observación general: Haz un resumen de lo que muestra el gráfico. Menciona las tendencias generales o las características más notables que se pueden observar, como los picos, caídas, fluctuaciones, etc.

Puntos relevantes: Si el gráfico muestra una tendencia creciente o decreciente, comenta sobre las causas posibles de esa variación (por ejemplo, mayor caudal en primavera por las lluvias, reducción del caudal en verano por la falta de precipitaciones).Identifica los valores extremos o puntos destacados: picos máximos, mínimos, y cualquier cambio brusco que se observe. Si el gráfico incluye múltiples variables o categorías (por ejemplo, en un hidrograma de un río que muestre caudal y precipitaciones), analiza cómo se relacionan estas variables. Momentos específicos: Analiza los diferentes periodos o puntos del gráfico con más detalle. Por ejemplo, en un hidrograma, puedes explicar cómo el caudal aumenta después de una lluvia o cómo disminuye durante los meses secos. Si es un gráfico climático (como un cliserie), puedes identificar las variaciones estacionales y explicar cómo el clima cambia a lo largo del tiempo. Comparaciones: Si el gráfico presenta varios años o varias estaciones, puedes hacer comparaciones entre ellos para señalar tendencias o anomalías. Por ejemplo, si el caudal en un año es considerablemente más bajo que en otro, puedes comentar las posibles razones de esa diferencia (sequía, mayor consumo humano, etc.).Contextualización: Relaciona lo que muestra el gráfico con factores externos que puedan estar influyendo. Por ejemplo, en un hidrograma, si el caudal aumenta drásticamente, ¿ha habido precipitaciones intensas? Si es una gráfica de temperaturas, ¿cómo afectan los fenómenos meteorológicos a los valores presentados? Factores humanos: Si es relevante, comenta sobre cómo la actividad humana (como el uso del agua, embalses, cambio climático, etc.) puede estar influyendo en los datos del gráfico. Resumen: Realiza un breve resumen de las tendencias observadas. Puedes señalar si los datos son normales, excepcionales o si muestran un comportamiento esperado o inesperado .Implicaciones: Según el tipo de gráfico, destaca las implicaciones que esos datos pueden tener. Por ejemplo, en un hidrograma, si el caudal de un río disminuye en un periodo crítico, podría tener consecuencias para el abastecimiento de agua, la agricultura, o el ecosistema. Posibles soluciones o recomendaciones: Si se observan problemas (como un descenso sostenido del caudal, un incremento de la contaminación, etc.), comenta posibles soluciones o medidas preventivas.