El Auge de los Nacionalismos y el Regeneracionismo
El nacionalismo catalán se fortaleció significativamente durante este periodo. La Lliga Regionalista, liderada por Francesc Cambó, fue la principal fuerza política que defendió los intereses de Cataluña. La promulgación de la Ley de Jurisdicciones en 1906, que permitía juzgar delitos contra el ejército en tribunales militares, fue un punto de inflexión, ya que provocó fuertes protestas en Cataluña y la creación del partido Solidaritat Catalana, aunque este proyecto no perduró. En el País Vasco, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) también ganó relevancia, fundó un sindicato y se dividió en dos corrientes: independentistas y autonomistas, tras la muerte de Sabino Arana.
En el ámbito intelectual, figuras como Joaquín Costa, Ramón y Cajal y la Institución Libre de Enseñanza criticaron el sistema político y abogaron por una serie de reformas para modernizar España. Este movimiento fue parte del Regeneracionismo, que cuestionó las estructuras políticas y sociales de la Restauración.
Intentos de Reforma y la Crisis Marroquí
A comienzos del siglo XX, los partidos dinásticos, conscientes de la necesidad de reformas, intentaron llevar a cabo algunas reformas basadas en los principios del regeneracionismo. Durante el largo gobierno de Antonio Maura (1907-1909), se adoptó la llamada “revolución desde arriba”, con reformas que incluyeron la Ley Electoral, la Ley de Descanso Dominical y la creación del Instituto Nacional de Previsión. Posteriormente, José Canalejas asumió el liderazgo y promovió reformas como la sustitución del impuesto de consumos por el impuesto de rentas urbanas, la reforma del sistema de quintas, la limitación del poder de las órdenes religiosas y el acercamiento al catalanismo con la Ley de Mancomunidades en 1913. Sin embargo, la situación de Marruecos se fue agravando y, en 1912, Canalejas fue asesinado por un anarquista.
Entre 1909 y 1917, diversas crisis internacionales y nacionales acentuaron la crisis del sistema. En primer lugar, la Conferencia de Algeciras de 1906 estableció un protectorado franco-español en Marruecos. En 1909, la derrota española en el Barranco del Lobo provocó la movilización de reservistas y desembocó en la Semana Trágica de Barcelona, una huelga general reprimida con dureza por el gobierno de Maura.
El Impacto de la Primera Guerra Mundial y la Triple Crisis de 1917
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) tuvo un impacto en España, que declaró la neutralidad. Esto benefició a la burguesía, que se convirtió en el principal exportador de productos, pero afectó negativamente al resto de la población, debido a la inflación, lo que generó un creciente malestar social. Al finalizar la guerra, la aparición de nuevos estados fortaleció los nacionalismos catalán y vasco.
En 1917, se produjo una triple crisis:
- Crisis militar: Formación de las Juntas de Defensa que exigieron mejoras salariales y la subida de oficiales por antigüedad.
- Crisis parlamentaria: Asamblea Parlamentaria en Barcelona, que pidió un cambio de gobierno y la convocatoria de unas cortes constituyentes, pero fue disuelta por el gobierno.
- Crisis social: Huelga general convocada por los sindicatos CNT y UGT, que adquirió un carácter político y revolucionario.
La Descomposición del Sistema (1917-1923) y el Golpe de Estado de Primo de Rivera
Entre 1917 y 1923, el sistema de la Restauración se fue descomponiendo. El fin de la Gran Guerra llevó al fin de las exportaciones españolas y a una crisis económica que desencadenó el trienio bolchevique (1918-1921), un periodo de movilizaciones obreras, especialmente en Andalucía, donde los jornaleros ocuparon tierras y tomaron ayuntamientos. Además, la conflictividad social aumentó, con el pistolerismo en Barcelona, donde se produjeron más de 800 atentados (asesinatos de Eduardo Dato y Salvador Seguí). El gobierno aprobó la Ley de Fugas para encubrir estos crímenes.
La crisis política también se acentuó por la fragmentación de los partidos, lo que llevó a gobiernos inestables que recurrían a gobiernos de concentración. Las derrotas militares en Marruecos, especialmente el desastre de Annual en 1921, profundizaron la crisis. La población, que exigía responsabilidades, incluyó al rey en las críticas. La cuestión de Marruecos se convirtió en el factor central de la crisis política, y el expediente Picasso, que debía ser discutido en las Cortes, nunca llegó a ser tratado.
Finalmente, en septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera, con el apoyo del rey Alfonso XIII, dio un golpe de Estado que puso fin a la Restauración.
Conclusión
La crisis de la Restauración en España se caracterizó por la inestabilidad política, el descontento social y la corrupción, provocando la desconfianza del sistema político de la época. El fracaso del reformismo dinástico y las crisis relacionadas con el contexto internacional provocaron la descomposición del sistema, que concluyó con el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923.