Para que una empresa pueda llevar a cabo su actividad, necesita disponer de un edificio, nave o planta de producción (si se trata de una actividad industrial), o de un local (si se trata de una actividad comercial o de servicios). Es decir, necesita elegir un espacio físico donde instalar los factores necesarios para producir.
Respecto al emplazamiento de la futura empresa, habrá que decidir dos cuestiones importantes que van a condicionarla durante un largo periodo de tiempo:
- ¿Dónde instalar la empresa? No es lo mismo instalarla en el centro urbano que en las afueras de una ciudad, o en el interior que cerca de un puerto de mar. Elegir un lugar u otro para localizar la empresa va a influir no solo en los costes, sino también en la demanda potencial.
- ¿Qué dimensión debe tener la empresa? ¿Es mejor constituirse como una empresa pequeña, mediana o grande? ¿Qué ventajas e inconvenientes se derivan de adoptar un modelo u otro?
Ambas decisiones están relacionadas, ya que dependen en gran medida de un factor común: la demanda esperada o demanda prevista. Una vez detectada una oportunidad de mercado, la empresa elegirá una dimensión en función de cuántos clientes se prevean; a su vez, tratará de situarse cerca de donde se encuentren esos clientes. Dimensión y localización son, por tanto, decisiones que se deben tomar conjuntamente.
La importancia de la elección varía según el tipo de actividad de la empresa. No obstante, en todos los casos deben ser decisiones meditadas, ya que cualquier error puede perjudicar el desarrollo futuro. Se trata de decisiones estratégicas (a largo plazo) que requieren una inversión considerable y, una vez puestas en práctica, no es fácil corregirlas sin que se produzcan costes irrecuperables.
A. Los Factores de Localización
En el análisis de las distintas posibilidades, las empresas estudian sus factores de localización, es decir, el conjunto de circunstancias que aconsejan un determinado lugar para su instalación. Los factores de localización son diversos y la incidencia de cada uno de ellos variará según las características concretas de la actividad.
A.1 Factores de Localización Industrial
Como criterio general, la localización óptima de fábricas, almacenes y plantas será aquella en la que los costes totales de producción sean menores. Por tanto, la empresa debe analizar todos aquellos factores cuyos costes varían en función del lugar concreto en que se instale. Los más importantes son:
- Disponibilidad y coste del terreno: Más determinante para empresas que requieren grandes superficies (petroquímicas, fabricantes de automóviles, etc.), que tienden a localizarse alejadas de los núcleos urbanos.
- Facilidad de acceso a las materias primas: Las empresas tratan de situarse cerca de sus fuentes de suministro. Para determinadas empresas (centrales lecheras, conserveras, almazaras, etc.), este factor es fundamental.
- Existencia de mano de obra cualificada: Interesará que en la zona elegida existan suficientes trabajadores cualificados y considerar que el coste de la mano de obra varía de unas zonas a otras.
- Dotación industrial e infraestructuras: Debe considerarse el nivel industrial de la zona y la existencia de otras empresas auxiliares. Las plantas industriales deberán instalarse en zonas calificadas como de uso industrial (polígonos y parques industriales, parques empresariales o tecnológicos), dotadas de las infraestructuras necesarias.
- Transportes y comunicaciones: La cercanía a redes de comunicaciones y la disponibilidad de medios de transporte son factores importantes.
- Ayudas económicas o fiscales: La Administración concede ventajas económicas y fiscales para promover la instalación de empresas en determinadas zonas.
- Otros factores: El desarrollo económico y social de la zona, el ambiente de negocios, el clima laboral y social (actitud de trabajadores y sindicatos) también deben tenerse en cuenta.
A.2 Factores de Localización Comercial y de Servicios
Los comercios, hoteles, bancos y otras empresas de servicios se preocupan, sobre todo, de asegurar que sus productos o servicios sean fácilmente accesibles para sus clientes. Los factores de localización de este tipo de empresas son:
- Proximidad a la demanda: Estar cerca de los potenciales clientes es determinante.
- Visibilidad del local: Es importante situarse en zonas de alto poder de atracción o en lugares estratégicos que resulten más visibles (grandes fachadas, calles peatonales, centros comerciales, etc.).
- Coste del local: Hay que considerar el precio del local y su acondicionamiento. Los locales mejor situados suelen ser más caros, pero proporcionan mayor rentabilidad.
- Facilidad de comunicaciones y comodidad de acceso: Es fundamental que el lugar sea de fácil acceso a través del transporte público o tenga facilidades de aparcamiento.
- Complementariedad de actividades: Son atractivos los puntos de localización con ofertas de servicios complementarios, como grandes superficies y centros comerciales.
A.3 Nuevas Tecnologías y Localización
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están cambiando el concepto de espacio físico de empresa. El comercio electrónico, los servicios en línea, las nuevas necesidades sociales (atención a la tercera edad, servicios a la familia, etc.), mensajería, multiasistencia, etc., están revolucionando el concepto tradicional de localización.
B. La Dimensión de las Empresas
La dimensión o tamaño de la empresa hace referencia a su capacidad productiva o máximo nivel de producción alcanzable en un periodo de tiempo.
Elegir la dimensión es una decisión estratégica que condiciona la estructura empresarial durante un amplio período. Esta decisión viene determinada por la demanda prevista. El objetivo es satisfacer, de la manera más eficiente y en el momento oportuno, la cantidad de producción requerida por el mercado. Debe ser revisable si se producen cambios en la demanda.
Es importante delimitar la unidad a la que nos referimos: no es lo mismo hablar de dimensión global de la empresa (integrada por varias unidades productivas) que del tamaño de una instalación productiva concreta. Conviene distinguir la dimensión de la fábrica o explotación, de la dimensión total de la empresa.
También conviene diferenciar la dimensión o capacidad productiva de la empresa con la capacidad realmente utilizada (su ocupación de hecho). Si un hotel tiene capacidad para 100 clientes, pero solo aloja a 80, su ocupación es del 80% (existe una capacidad ociosa del 20%).
Los criterios más utilizados para medir la dimensión son: número de trabajadores, volumen de ventas o ingresos, volumen de producción, en base al neto patrimonial, al activo total o por los beneficios netos anuales.