La Política de Bloques y la Guerra Fría
El nacimiento de los bloques. Pocos meses después de terminar la Segunda Guerra Mundial, el mundo se dividió en dos bloques: el norteamericano y el soviético. Estados Unidos y Gran Bretaña, que se habían aliado a la URSS para derrotar a los Estados del Eje, pronto vieron que había enormes diferencias económicas, sociales, políticas, de mentalidad y de formas de vida entre ellos. Estas diferencias llevarían a un enfrentamiento, no en una guerra abierta, sino mediante una amenaza militar nuclear constante: la Guerra Fría. Surgieron conflictos bélicos lejos del territorio de las dos grandes potencias, como en Corea, Vietnam o Afganistán.
El “Telón de Acero”
La Unión Soviética comenzó a favorecer el establecimiento de regímenes comunistas en los países de Europa Oriental. El ex primer ministro británico, Winston Churchill, afirmó que la Unión Soviética había dejado caer sobre su área de influencia un “telón de acero” que dividía Europa en dos bloques. Surgía así la contraposición entre comunismo y capitalismo. Ambos bloques quedaron separados económica, política y físicamente. Era prácticamente imposible para un ciudadano de la URSS viajar a Occidente.
La OTAN y el Pacto de Varsovia
Según Estados Unidos, el peligro de expansionismo soviético se había acentuado en los últimos años. Para frenarlo, decidieron crear un sistema de defensa internacional, de modo que un ataque armado contra uno de ellos se considerara un ataque global al conjunto. Así nacía, en abril, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). La incorporación de la República Federal de Alemania a la OTAN provocó la creación, por parte soviética, del Pacto de Varsovia, liderado por la URSS.
El Problema de Berlín
Un grave problema surgió en Berlín, la antigua capital del Reich, agravando la tensión hasta el punto de hacer pensar en la posibilidad de una tercera guerra mundial. Berlín había quedado dividida. Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña expusieron a la URSS su intención de reunificarla, apoyando la creación de un Estado alemán democrático. La respuesta de Stalin fue tajante: se negó e inició el bloqueo de Berlín, cortando todas las carreteras y líneas férreas que llevaban a ella. Los aliados occidentales tenían dos opciones: retirarse de Berlín o abastecer a la ciudad por aire mediante un costoso puente aéreo. Se optó por esta última solución. La consecuencia inmediata para Alemania fue la creación de dos Estados contrapuestos: la República Federal de Alemania (Alemania Occidental capitalista), con capital en Bonn, y la República Democrática Alemana (Alemania Oriental comunista), con capital en Berlín. Habría que esperar 42 años hasta la unificación de ambos países en la actual Alemania, tras la caída del comunismo.
La Guerra de Corea
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la situación en Corea era similar a la de Alemania: al norte, un área de influencia soviética; al sur, una norteamericana. Corea del Norte, deseando unificar toda la península, invadió Corea del Sur. Para Estados Unidos, la invasión era otra muestra de expansionismo comunista. Se inició una guerra en la que la URSS prestó su apoyo a Corea del Norte y Estados Unidos a Corea del Sur. En 1953 se firmó la paz, que dejaba las cosas en la situación inicial.
La Crisis de Hungría y la Doctrina de la Represalia Masiva
Tras la muerte de Stalin, el nuevo líder de la URSS, Jruschov, reconoció los crímenes de Stalin e intentó cambiar la imagen del comunismo, mejorando el nivel de vida de los ciudadanos. Se crearon esperanzas de libertad en los países de Europa Oriental. En Hungría se inició una sublevación contra las tropas soviéticas, confiando en la ayuda de Occidente ante posibles represalias de la URSS, pero ni Europa Occidental ni Estados Unidos hicieron nada. Jruschov envió los tanques del Ejército Rojo, que terminaron con la revuelta con miles de muertos.
El Muro de Berlín
Berlín era un punto de contacto entre dos formas de vida diferentes: el comunismo y el capitalismo. Muchos alemanes, especialmente jóvenes, que residían en la República Democrática Alemana, se escapaban a la República Federal en busca de mejores condiciones de vida y trabajo. Ni las autoridades de la República Democrática Alemana ni la URSS podían tolerar esta huida masiva, que desprestigiaba los logros de la “nación socialista alemana”. El 13 de agosto de 1961, por sorpresa, miles de obreros de la Alemania comunista, escoltados por la policía, comenzaron a levantar un muro a lo largo de los 160 kilómetros de la línea divisoria. Lo que en Occidente se denominó el “muro de la vergüenza”.
De la Crisis de los Misiles en Cuba a la Coexistencia Pacífica
Cuando en Cuba triunfó un movimiento guerrillero que derrotó al dictador Batista y comenzó a nacionalizar tierras e industrias, los norteamericanos no reconocieron al nuevo gobierno cubano, presidido por Fidel Castro. Ante esta situación, Fidel Castro estableció relaciones comerciales y un tratado de cooperación militar con la URSS de Jruschov. Técnicos rusos habían comenzado a construir en la isla rampas de lanzamiento de misiles nucleares que apuntaban a Estados Unidos y podían alcanzar las grandes ciudades. La respuesta de Kennedy fue que cualquier navío que se acercase a Cuba sería registrado y, si se trataba de armamento nuclear, el barco sería hundido. Si Cuba se defendía atacando con misiles, lanzarían un ataque nuclear sobre la URSS. Durante unos días, el mundo se encontró al borde de la tercera guerra mundial. Ante la amenaza, la URSS ordenó a sus barcos que se dirigían a Cuba regresar a sus bases.
La Guerra de Vietnam
Vietnam estaba dividido en una parte norte comunista y otra al sur prooccidental. Finalmente, Estados Unidos, impotente ante la superioridad táctica enemiga y las fuertes presiones en su propio país (manifestaciones), abandonó a su suerte al gobierno de Saigón. Todo el país fue unificado y se instaló un régimen comunista prosoviético. Estados Unidos había perdido una guerra por primera vez en su historia.
La Desaparición de los Regímenes Comunistas Europeos y la Desintegración de la URSS
El descontento contra el sistema económico comunista y el sometimiento a la tutela soviética fue rechazado por gran parte de la población, que malvivía con bajos salarios. Uno tras otro, los líderes comunistas fueron barridos del poder. Se produjeron cambios democráticos en Checoslovaquia y Hungría. En Alemania Oriental se derribó el Muro de Berlín, en Rumanía… La desaparición de la URSS como gran potencia mundial creaba una nueva realidad geopolítica. Estados Unidos se convertía en la única potencia mundial indiscutible.
La Literatura del Siglo XIX
Las Rimas de Bécquer
La poesía de Bécquer se reúne bajo el título de Rimas. El tono de las Rimas es profundamente intimista y emotivo. Según Bécquer, su poesía nace de la evocación del sentimiento, es decir, no parte de las vivencias inmediatas, sino del recuerdo de ellas, mezclado, al paso del tiempo, con su fantasía. En lo que respecta al estilo, Bécquer se inclina por la lírica esencial, desnuda y condensada. Por sus temas, las Rimas se pueden clasificar en cuatro series:
- Rimas I-XI: La poesía como algo inexplicable y misterioso.
- Rimas XII-XXIX: El amor esperanzado.
- Rimas XXX-LI: El fracaso, el desengaño y la desesperación por el amor perdido.
- Rimas LII-LXXVI: El miedo a la soledad, al dolor y a la muerte.
Rosalía de Castro
Rosalía de Castro crea una poesía romántica intimista y melancólica, que se inspira en la sencillez y musicalidad de la lírica tradicional. Gran parte de su obra fue escrita en gallego; en castellano publicó En las orillas del Sar, libro fundamental para la lírica castellana. Con un estilo personal, sencillo y directo, la autora integra sus sentimientos sobre el amor, la soledad, el pesimismo, las injusticias… Rosalía, junto a Bécquer, es el valor más importante de la lírica de la segunda mitad del siglo XIX.
La Prosa Romántica
Los géneros que alcanzaron mayor desarrollo fueron la novela histórica, la leyenda y el costumbrismo periodístico.
- La novela histórica: trata sobre temas legendarios de la Edad Media; sigue el modelo de Walter Scott. En España, la más importante es El señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco.
- Las leyendas: destacan las de Bécquer, donde culmina la prosa poética romántica.
- El costumbrismo: es un género relacionado con el periodismo. En las revistas de la época se publicaban artículos o cuadros de costumbres que describían en un tono gracioso la realidad cotidiana. Mariano José de Larra desarrolló el cuadro de costumbres de forma diferente. Los dos escritores más importantes son Ramón Mesonero Romanos y Serafín Estébanez Calderón.
Mariano José de Larra
Ocupa un lugar importante en la literatura gracias a sus artículos periodísticos de tema costumbrista, político y literario. Logró un estilo personal, directo, sin grandes complicaciones, que se adapta a las necesidades periodísticas por su capacidad de comunicación y convicción. Su fama se consolidó definitivamente con la publicación de diversos artículos bajo el seudónimo de Fígaro. Su ideología política liberal evolucionó hacia posiciones más progresistas y, finalmente, hacia un profundo pesimismo. La mala situación general del país le decepcionó y exasperó. Sumido en una profunda depresión, se quitó la vida de un pistoletazo.
La obra. Además de los artículos que constituyen su obra fundamental, Larra también cultivó otros géneros como, por ejemplo, la novela histórica –El doncel don Enrique el Doliente– y el drama romántico –Macías–. Los artículos periodísticos de Larra, según sus temas, se clasifican en:
- Artículos de costumbres. Frente a la intención descriptiva y pintoresca del género, que se limitaba a reflejar las costumbres y tipos populares en tono amable, Larra ofrece una visión crítica y satírica de la sociedad. De ahí que satirice la ignorancia, la vanidad, la hipocresía, la desidia burocrática, la desorganización social, el atraso del país…
- Artículos políticos. Ofrecen una visión de conjunto del panorama político de su época.
- Artículos literarios. Recogen comentarios críticos sobre la literatura del momento, especialmente el teatro.
El estilo. En sus artículos, emplea el estilo adecuado al medio periodístico: funcional, directo y natural, muy eficaz para llegar a un amplio público. Larra, como romántico que es, se implica en los artículos.
El Teatro Romántico
En el teatro romántico predomina el drama, cuyo objetivo es conmover al espectador. De ahí que se revalorice el teatro barroco de Lope y Calderón y, con frecuencia, las obras se ambienten en la Edad Media. Respecto a la forma, la libertad del autor prevalece sobre las normas clásicas. Por eso, se mezcla lo trágico y lo cómico, la prosa y el verso. En cuanto a los temas, abundan los conflictos en torno al amor y a la libertad, que suelen desembocar en un final trágico.
El primer gran éxito del drama romántico se produce en 1834 con el estreno de La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa. Sin embargo, la plena consagración de la estética romántica tiene lugar con el estreno de Don Álvaro o la fuerza del sino, de Ángel de Saavedra, el duque de Rivas. A partir de ese momento son muchas las obras románticas puestas en escena. Entre ellas destacan El trovador, de Antonio García Gutiérrez; Los amantes de Teruel, de Juan Eugenio Hartzenbusch, o los dramas de José Zorrilla, como El puñal del godo.
Ángel de Saavedra. Además de dramaturgo, fue un buen poeta. Son notables sus poemas narrativos y los Romances históricos, de inspiración histórica y legendaria. Pero su obra más representativa es el drama Don Álvaro o la fuerza del sino, que sintetiza las características propias del drama romántico:
- El tema principal es el destino trágico, el sino fatal, que persigue al protagonista.
- Formalmente, mezcla lo trágico y lo cómico, la prosa y el verso, no respeta las tres unidades, incluye escenas costumbristas… Su estilo tiene gran fuerza y dinamismo, aunque también hay excesos retóricos y sentimentales.
José Zorrilla. Es el escritor más famoso del Romanticismo español. Presentan una calidad considerable sus composiciones líricas, así como sus poemas narrativos escritos en romances, pero es el teatro lo que le da la fama. Entre las casi treinta obras dramáticas que escribió destaca Don Juan Tenorio, la más popular del Romanticismo español, que se inspira en El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina.
El Realismo y el Naturalismo
El Realismo (retrata la sociedad) sustituye el idealismo romántico por el racionalismo y presenta las siguientes características:
- El deseo de reflejar la realidad social con exactitud y objetividad, a partir de la observación. Por esta razón, recoge temas, personajes y ambientes perfectamente creíbles, que se sitúan en lugares y época cercanos al autor y al público. Así, el tema artístico por excelencia es la nueva sociedad burguesa y el género preferido, la novela, que alcanza su etapa más brillante.
El Naturalismo (critica la sociedad) intensifica los principios del Realismo e incorpora la visión determinista del evolucionismo y de las leyes sobre la herencia. El francés Émile Zola es el máximo representante del Naturalismo. El Naturalismo se caracteriza por:
- El ser humano no es libre, sino que está condicionado por su herencia biológica y su entorno.
- Reproduce ambientes desagradables y presenta personajes marcados por la herencia y por el medio: tarados, alcohólicos, psicópatas… En general, el Naturalismo representa una corriente crítica que denuncia carencias e injusticias sociales.
El predominio del género narrativo, como en los demás países, eclipsa la lírica y el teatro. Entre los numerosos novelistas destacan Galdós, Clarín, Valera, Pardo Bazán y Blasco Ibáñez.
- La lírica. El poeta representativo del Realismo es Ramón de Campoamor, que se caracteriza por su antirromanticismo. Sus libros poéticos principales son Doloras y Humoradas.
- El teatro. En torno al año 1868, autores como López de Ayala y Manuel Tamayo y Baus cultivan la alta comedia, el género característico del Realismo, que refleja la sociedad contemporánea con una suave crítica. Pero el dramaturgo más aplaudido de la época es José Echegaray, premio Nobel en 1904, quien cultiva sobre todo el drama neorromántico.
- La narrativa. La narrativa realista española tiene un marcado carácter regionalista. José María de Pereda sitúa sus obras en los paisajes de Cantabria; Juan Valera, en Andalucía; Benito Pérez Galdós, en Madrid; Leopoldo Alas Clarín, en Asturias; Blasco Ibáñez, en Valencia, y Emilia Pardo Bazán, en Galicia. El Naturalismo llegó a España acompañado de una fuerte polémica. La inició Emilia Pardo Bazán en su ensayo La cuestión palpitante, en el que rechaza el determinismo materialista de Zola. De hecho, en la narrativa española resulta difícil distinguir entre Realismo y Naturalismo, ya que este último solo influyó de forma limitada en algunos escritores: Galdós, Clarín, Pardo Bazán y Blasco Ibáñez.