La Crisis de la Posguerra en Italia
Durante la Primera Guerra Mundial, el coste de la vida en Italia subió y el nivel de vida de la clase trabajadora había bajado. Al acabar el conflicto, las organizaciones obreras intentaron recuperar esas pérdidas del poder adquisitivo.
Este fue el origen de un movimiento huelguístico que a menudo presentó objetivos revolucionarios.
Se desarrolló un movimiento de ocupación de tierras de los grandes propietarios. Todos estos movimientos fueron reprimidos y la burguesía, por el temor a la bolchevización, reclamó la necesidad de soluciones más estrictas. En el ámbito político, la monarquía constitucional atravesaba una situación de fuerte inestabilidad.
Entre 1919 y 1922, se sucedieron 5 gobiernos diferentes. El régimen constitucional se apoyaba en una coalición de partidos liberales de centro.
A ello sumamos el nacionalismo exaltado, derivado de la frustración, porque las promesas de recuperar las tierras irredentas no se habían cumplido totalmente.
La Formación del Partido Nacional Fascista
En 1919, **Benito Mussolini** fundó los *Fasci di Combattimento*, un movimiento que agrupaba a antiguos combatientes y que tenían un programa populista y nacionalista.
Posteriormente, Mussolini transformó los *fasci* en el **Partido Nacional Fascista**.
Llamaban a los fascistas “camisas negras” por el uniforme. Las bases del partido se nutrieron de: sectores obreros descontentos y, sobre todo, de la pequeña burguesía, atemorizada ante la crisis. El partido pronto fue bien visto por ser un buen instrumento para frenar el socialismo y el comunismo. Además, recibió ayuda financiera de la *Confindustria*.
Las escuadras fascistas protagonizaron numerosos actos de violencia social, como por ejemplo las expediciones de castigo o golpeando con porras y acciones humillantes, ya que contaban con la complicidad de la policía. Los camisas negras se extendían por el centro urbano en camiones y armados. Pegaban a bastonazos a todos aquellos que no se descubrían a su paso, o a los que llevaban una corbata, un pañuelo o una enseña roja. Se reventaban las puertas, se destrozaba todo, se incendiaba y todos eran brutalmente agredidos o muertos.
Solo en el año 1921, fueron asesinadas unas 600 personas. Al crecer el Partido Nacional Fascista, en 1922 ya se alcanzaron los 700 000 afiliados.
La Marcha sobre Roma y la Llegada al Poder
- Los fascistas comunicaron al gobierno que, si no era capaz de impedir la huelga de agosto, ellos sustituirían al estado. Los escuadristas, pues, ganaron las simpatías de la clase media con su acción. El golpe definitivo para hacerse con el poder llegó con la **Marcha sobre Roma** en octubre de 1922. Los fascistas anunciaron que si el gobierno era incapaz de restablecer el orden y la autoridad, ellos marcharían hacia la capital y reclamarían el poder. Los camisas negras empezaron a controlar las instituciones y las comunicaciones y posteriormente el gobierno dimitió. Asumiendo, **Víctor Manuel III** pidió a Mussolini que constituyese un nuevo ejecutivo.
Se desarrollaron dos instituciones: la monarquía y el ejército. El monarca entregaría el gobierno a Mussolini y a los militares. El asesinato de Matteotti, en el cual estuvieron implicados los fascistas, hizo que Mussolini asumiese plenos poderes y silenciase a toda la oposición.
La Dictadura Fascista
A partir de 1925, Mussolini inició la conversión de Italia en un régimen totalitario en el que estado y Partido Nacional Fascista quedasen completamente identificados. A Mussolini fueron concedidos todos los poderes. En 1926, la **Ley Rocco** prohibió todos los partidos y sindicatos, a excepción de los fascistas. En 1928, el parlamento pasó a depender del **Gran Consejo Fascista** y en 1929, el parlamento fue sustituido por la **Cámara de los Fasci y de las Corporaciones**. Las autoridades eran nombradas directamente por el gobierno y elegidas entre los fascistas. También se creó una policía política, la **Organización de Vigilancia y Represión del Antifascismo**, que perseguía a los opositores.
Se firmó el **Pacto de Letrán**, el cual reconocía la religión católica como la única del estado.
Se promovió la remilitarización y se inició una campaña para recuperar los territorios irredentos.
La política expansionista fascista implicaba la posesión de territorios coloniales en Europa y África.
Un Fuerte Dirigismo Económico
El fascismo se caracterizó por un fuerte intervencionismo estatal, por el proteccionismo a la industria nacional y por la tendencia a la autarquía económica. En 1933 se creó el **Instituto para la Reconstrucción Industrial** con la finalidad de ayudar mediante la compra de acciones. En 1934, el estado adoptó políticas proteccionistas y estableció un estricto control de los intercambios. La política autárquica condujo a una cierta renovación de la industria nacional que generó una producción industrial elevada.