Vanguardias Artísticas del Siglo XX: Una Revolución en el Arte
El término “vanguardia”, proveniente del ámbito militar, describe a los movimientos artísticos que buscaron transformar radicalmente todos los aspectos del arte. Los “ismos” (futurismo, cubismo, dadaísmo, expresionismo y surrealismo) son ejemplos paradigmáticos de estos movimientos. Aunque cada uno poseía características distintivas, todos compartían el anhelo de romper con el pasado y experimentar con nuevas formas. Los vanguardistas buscaban sorprender al público y fusionaban distintas disciplinas artísticas para crear un “arte total”. Además, solían expresar sus ideas en manifiestos publicados en revistas literarias, donde atacaban el arte tradicional y proponían nuevas estéticas.
Contexto Histórico: Europa y la Innovación Cultural
En la segunda década del siglo XX, Europa experimentó un periodo de efervescencia cultural tras la Primera Guerra Mundial. Durante los “felices años veinte”, se vivió una época de prosperidad económica, que culminó abruptamente con la Gran Depresión de 1929. Este ambiente de cambio y convulsión impulsó a los artistas a buscar nuevas formas de expresión. En 1909, el Manifiesto Futurista de Marinetti marcó el inicio de las vanguardias, movimientos que pretendían romper con la tradición artística y crear algo radicalmente nuevo.
Principales Movimientos de Vanguardia
- Dadaísmo: Recibe su nombre de la palabra “dadá”, que carece de significado y simula los primeros balbuceos de un bebé. Fue fundado por el poeta rumano Tristan Tzara, quien buscaba romper con el arte tradicional de la sociedad burguesa y recuperar la inocencia de la infancia, utilizando técnicas como el ready-made, la poesía fonética y el collage. Los dadaístas buscaban provocar e irritar al público con su enfoque irreverente.
- Expresionismo: Se desarrolló principalmente en Alemania, con artistas como Wassily Kandinsky y Edvard Munch, cineastas como Fritz Lang, poetas como Georg Trakl y dramaturgos como Bertolt Brecht. Este movimiento distorsionaba la realidad de manera grotesca y crítica para reflejar la visión atormentada del mundo del artista, mostrando su alienación en la sociedad contemporánea.
- Surrealismo: Comenzó en 1924 con la publicación del Manifiesto Surrealista de André Breton. Inspirándose en las teorías de Freud sobre el inconsciente y los sueños, los surrealistas valoraban lo irracional y onírico. En literatura, empleaban la escritura automática, dejando fluir las ideas sin control racional. El surrealismo tuvo una gran influencia en España, especialmente en el cine (Luis Buñuel), la pintura (Salvador Dalí) y la poesía, donde sus técnicas e imágenes se manifestaron en la Generación del 27.
- Futurismo: Fundado por el italiano Filippo Marinetti, quien en 1909 publicó su primer manifiesto en París. Los futuristas celebraban los avances tecnológicos del siglo XX, como la velocidad, las máquinas y la industria, llegando a afirmar que “un automóvil rugiente es más bello que la Victoria de Samotracia”. Este movimiento se expandió a Rusia, donde el poeta Vladimir Maiakovski fue uno de sus principales exponentes.
- Cubismo: Principalmente un movimiento pictórico creado por Pablo Picasso y Georges Braque. Su objetivo era descomponer las imágenes en formas geométricas y representarlas desde diferentes ángulos y perspectivas, permitiendo tanto al autor como al espectador reinterpretar la realidad. El poeta Guillaume Apollinaire adaptó el cubismo a la literatura con los caligramas, poemas visuales en los que el texto forma una figura relacionada con su contenido.
Las Vanguardias en España e Hispanoamérica
La llegada de las vanguardias a España fue crucial gracias a la labor de autores que, además de difundir los ismos europeos, contribuyeron a la creación de nuevas corrientes. Entre ellos destacan Rafael Cansinos Assens, representante del ultraísmo, y Ramón Gómez de la Serna, conocido por sus greguerías, ingeniosas combinaciones de humor y metáforas como “Los mejillones son las almejas de luto”. Ramón también dirigió la revista Prometeo y organizó tertulias literarias en el café Pombo, punto de encuentro de intelectuales.
El ultraísmo fue un movimiento poético en español que fusionaba influencias de diversas corrientes como el futurismo, el dadaísmo y el uso del caligrama y el collage. Su objetivo era trascender la realidad y encontrar una nueva visión. Algunos de los ultraístas más destacados fueron Guillermo de la Torre, Lucía Sánchez Saornil y Jorge Luis Borges.
En Hispanoamérica, la poesía de vanguardia contó con grandes exponentes como el peruano César Vallejo, quien en su libro Trilce distorsiona el lenguaje para expresar su mundo interior. También sobresalen dos poetas chilenos: Pablo Neruda, cuya obra Residencia en la tierra muestra la influencia del surrealismo, y Vicente Huidobro, fundador del creacionismo, que buscaba crear una realidad autónoma dentro del poema, como se aprecia en su obra Altazor.