Explorando el Pensamiento Griego: Mitos, Presocráticos y Sófistas

Los mitos como forma de pensamiento

1. El pensamiento mitológico

Desde tiempos inmemoriales nos hemos enfrentado a la dificultad de comprender el mundo. En ese intento se han introducido los mitos como modelo de comprensión del mundo.

¿Qué es el mito?

El mito es un relato en el que se cuentan sucesos extraordinarios situados en un pasado remoto. Los protagonistas de esos sucesos son seres que gozan de poderes inalcanzables para ningún humano. Los personajes centrales en torno a los cuales giran las historias de la mitología griega son los dioses. Los relatos mitológicos ayudaban a comprender el mundo y sus misterios, justificaban jerarquías e instituciones, transmitían valores y regulaban la conducta, y están dotados de una alta fuerza emocional.

¿Cómo explican los mitos?

Los mitos son capaces de explicar la realidad, pero lo hacen de una manera un tanto especial:

  1. Los hechos se desarrollan en un tiempo pasado cuyo rasgo fundamental es que está muy alejado del presente.
  2. Los personajes de las historias presentan características extraordinarias que nunca encontramos en los seres que nos rodean.
  3. Hay una clara separación entre el mundo al que pertenecen esos personajes y el mundo humano.
  4. A pesar de estar separados del mundo humano, tienen una clara influencia sobre los acontecimientos de la vida humana. Al menos, esa era una de las creencias esenciales que fundamentaban el pensamiento mitológico. Por eso los griegos les rendían culto a los dioses, consultaban los oráculos y estaban atentos a los augurios. Y es que los mitos dan razón de la existencia de los templos y el culto conveniente. Y algo fundamental: explican el origen, la cosmogonía, y la organización del universo, la cosmología.
  5. El saber o el conocimiento se encuentra del lado de los dioses. Solo los dioses son sabios. Sin los dioses, el hombre se encuentra totalmente indefenso. Ellos dan el saber a los seres humanos.

El pensamiento mitológico. Por eso los griegos les rendían culto a los dioses, consultaban los oráculos y estaban atentos a los augurios. Y es que los mitos dan razón de la existencia de los templos y el culto conveniente. Y algo fundamental: explican el origen, la cosmogonía, y la organización del universo, la cosmología. El saber o el conocimiento se encuentra del lado de los dioses. Solo los dioses son sabios. Sin los dioses, el hombre se encuentra totalmente indefenso. Ellos dan el saber a los seres humanos.

2.1 Los oráculos

Dijimos antes que el mundo divino y el humano estaban alejados entre sí, pero había ciertos lugares y ciertas situaciones en que se aproximaban. Por eso los hombres podían conocer la voluntad de los dioses y, de esta forma, saber cómo actuar en la vida. Una de las instituciones más importantes que sostenía el pensamiento mítico y trazaba un puente entre lo divino y lo humano eran los oráculos. El oráculo es la respuesta que el dios da a una petición humana. Su respuesta ininteligible era recogida por los sacerdotes del templo, quienes la trasladaban al interesado. De esta forma, el dios daba satisfacción a las demandas de conocimiento que partían de los hombres que llegaban allí como particulares o en representación de su polis. Todo esto encaja muy bien con la estructura de la realidad que supone el mito. Las cosas son como son porque los dioses así lo quieren. Los acontecimientos de nuestro mundo son resultado de la voluntad caprichosa de unos seres con poderes extraordinarios. Por lo tanto, no podemos esperar enterarnos de las cosas si no somos capaces de adivinar los caprichos de esos seres.

Esperar enterarnos de las cosas si no somos capaces de adivinar los caprichos de esos seres.

2.2 Los poetas

Los poetas eran inspirados por las musas, hijas de Zeus que en el Olimpo cantaban las hazañas de dioses y héroes. Homero y Hesíodo fueron los dos grandes poetas tradicionales de Grecia, hasta el punto de que se ha calificado a Homero como “el educador de Grecia”. Nosotros tenemos que tener claro que los poetas fueron los transmisores del saber mítico a los seres humanos, que lo hicieron inspirados por las musas.

3. El esquema explicativo de la mitología

Todos los mitos tienen un esquema explicativo común:

  • Los mitos explican lo cercano acudiendo a acontecimientos alejados en el tiempo y separados del mundo en el que sucede aquello que se quiere explicar.
  • La explicación mitológica presupone una separación de la realidad en dos partes: el mundo natural (cercano) y el mundo sobrenatural (alejado).

Los presocráticos: los primeros filósofos

1. Nuevo método de pensamiento

Un nuevo saber exige un nuevo lenguaje, y así ocurrió con la filosofía:

  • Pysis (naturaleza): Frente a la noción arbitraria de los mitos, los filósofos buscan comprender la pysis o naturaleza de las cosas.
  • Logos (razón o discurso): Es la capacidad humana de comprensión.
  • Arjé o Arke: El principio del que todo proviene y al que todo vuelve. Los primeros filósofos lo consideraron algo material y único, pero con el desarrollo del pensamiento filosófico fueron apareciendo nociones más complejas. Se introdujeron varios principios e incluso innumerables.
  • Cosmos: Es la palabra griega para orden. De ella deriva nuestro cosmos en el sentido de universo. Lo que debemos retener es el supuesto que subyace a la investigación filosófica. Los filósofos inician la búsqueda del saber porque entienden que existe un orden en el mundo, que la realidad no es un caos sino un cosmos. Los filósofos liberarán definitivamente a la mente humana de la creencia en la arbitrariedad de los procesos naturales. Frente al capricho de los dioses: el orden, la pysis y el logos.

Nuestro cosmos en el sentido de universo. Lo que debemos retener es el supuesto que subyace a la investigación filosófica. Los filósofos inician la búsqueda del saber porque entienden que existe un orden en el mundo, que la realidad no es un caos sino un cosmos. Los filósofos liberarán definitivamente a la mente humana de la creencia en la arbitrariedad de los procesos naturales. Frente al capricho de los dioses: el orden, la pysis y el logos.

2. El marco histórico y geográfico: de hoplitas y mercaderes

La antigua Jonia, cuna de la filosofía occidental en el s. VI a.n.e. Esto sucedió concretamente en la polis de Mileto. El marco fundamental de la vida griega era la polis, la ciudad-estado. Parte esencial de la polis era el ágora, lugar de encuentro de los ciudadanos. Durante todo el periodo que estudiamos, la presión del imperio persa es constante. Se produjeron cambios sociales fundamentales que hicieron cuestionarse la visión tradicional del mundo:

  • La aparición de los hoplitas, soldados de a pie, cambia el modelo tradicional de guerra y sustituye al héroe homérico.
  • La aparición de la escritura alfabética por una parte y la introducción de la moneda reestructuran el espacio mental tradicional.
  • La emergencia de una nueva clase comercial trae nuevos planteamientos y nuevos valores. Se hacen necesarios nuevos conocimientos que el mito no puede aportar. La polis de Mileto se halla entre los s. VII a VI a.n.e. en el foco de todos esos cambios.

3. Los presocráticos

Suele nombrarse como presocráticos a un conjunto de autores heterogéneos que van desde Tales a algunos pensadores contemporáneos de Sócrates, incluyendo en algunos casos a ciertos sofistas. Lo que intentan es:

  • La búsqueda del arjé o principio de las cosas.
  • El uso del logos como instrumento de comprensión.
  • La confianza en un orden, cosmos, del mundo.
  • La investigación de la pysis o naturaleza.

Pysis: naturaleza. Frente a la noción arbitraria de los mitos, los filósofos buscan comprender la pysis o naturaleza de las cosas.

Logos: razón o discurso. Palabra de varios sentidos. Es la capacidad humana de comprensión. También es el principio que se extiende a toda la realidad.

Arjé: el principio del que todo proviene y al que todo vuelve.

Cosmos: es la palabra griega para orden. De ella deriva nuestro cosmos en el sentido de universo.

Suele nombrarse como presocráticos a un conjunto de autores heterogéneos que van desde Tales a algunos pensadores contemporáneos de Sócrates, incluyendo en algunos casos a ciertos sofistas. Lo que intentan es:

  • La búsqueda del arjé o principio de las cosas.
  • El uso del logos como instrumento de comprensión.
  • La confianza en un orden, cosmos, del mundo.
  • La investigación de la pysis o naturaleza.

Pysis: naturaleza. Frente a la noción arbitraria de los mitos, los filósofos buscan comprender la pysis o naturaleza de las cosas.

Logos: razón o discurso. Palabra de varios sentidos. Es la capacidad humana de comprensión. También es el principio que se extiende a toda la realidad.

Arjé: el principio del que todo proviene y al que todo vuelve.

Cosmos: es la palabra griega para orden. De ella deriva nuestro cosmos en el sentido de universo.

4. Los milesios

  • Tales (aprox. 624-546 a.n.e.) ———- el agua
  • Anaximandro (aprox. 611-546 a.n.e.)—el apeiron
  • Anaxímenes (585-525 a.n.e.)——— el aire

4.1 Tales: el agua

Según Tales, el agua es el principio de todas las cosas. También mantiene que en todas las cosas hay vida. Esto se conoce como hilozoísmo. No debemos olvidar que a Tales, como gran matemático, se deben varios teoremas. Utilizando sus conocimientos matemáticos desarrolló, en su faceta de astrónomo, una teoría que le permitió predecir un eclipse de sol, por lo que alcanzó fama mundial.

5.1 Heráclito de Éfeso: el fuego

Heráclito no defendía que el mundo era estático. Pensaba que todo estaba cambiando constantemente, pero no de manera caótica. Como has podido leer, compara el cambio con un fuego que se apaga y enciende con medida. A pesar del cambio, se conserva una identidad que solo se puede reconocer mediante la razón.

5.2 Parménides de Elea: el ser

Con Parménides (540-470 a.n.e.) empieza la denominada filosofía eleática. Al contrario que Heráclito, Parménides entiende que la realidad, lejos de fluir, es inmutable, permanece idéntica a sí misma y no cambia nunca. La cuestión es que Parménides no habla de lo que vemos a nuestro alrededor, sino de lo que le indica el logos. Todo este saber lo expuso a la manera tradicional en un poema. En él nos habla del ser. Las dos vías: vía de la doxa (opinión) y la vía de la verdad (aletheia).

Cambio se conserva una identidad que solo se puede reconocer mediante la razón.

5.2 Parménides de Elea: el ser

Con Parménides (540-470 a.n.e.) empieza la denominada filosofía eleática. Al contrario que Heráclito, Parménides entiende que la realidad, lejos de fluir, es inmutable, permanece idéntica a sí misma y no cambia nunca. La cuestión es que Parménides no habla de lo que vemos a nuestro alrededor, sino de lo que le indica el logos. Todo este saber lo expuso a la manera tradicional en un poema. En él nos habla del ser. Las dos vías: vía de la doxa (opinión) y la vía de la verdad (aletheia).

6. Pitágoras: el fundador

El fundador de esta filosofía fue Pitágoras de Samos (570- 500 a.n.e.). Estableció su escuela en Crotona, Magna Grecia, después de viajar por Egipto y Babilonia. Resumen de los logros pitagóricos:

  • Descubren la relación entre la proporción matemática y los fenómenos físicos al establecer la relación entre la longitud de la cuerda y la nota producida.
  • Mantienen que el arjé es el número. De esta forma establecen un principio formal de la realidad.
  • Introdujeron la necesidad de la demostración.
  • Suponen el cosmos compuesto de 10 cuerpos celestes ordenados en órbitas concéntricas. Introducen un fuego central y la anti tierra para completar la tetractys.
  • Descubrieron e intentaron ocultar el primer número irracional, raíz de 2. De esta forma generaron la primera gran crisis de la ciencia occidental.
  • Clasificaron los números en pares e impares.

7. Los pluralistas

Se denomina pluralistas a un conjunto de pensadores que consideran un arjé múltiple. No hay un único principio, sino muchos. Para Empédocles de Agrigento (492-432 a.n.e.) hay 4 principios que tendrán una larga trayectoria en el pensamiento occidental: la tierra, el agua, el aire y el fuego. Según Demócrito de Abdera (470-370 a.n.e.) defenderá que las últimas realidades son átomos materiales de diversas formas. Finalmente, Anaxágoras de Clazomene (500-425 a.n.e.) afirma que en todo hay de todo. Los principios son semillas elementales de todas las cosas a las que posteriormente Aristóteles llamará homeomerías.

Empédocles de Agrigento (492-432 a.n.e.) hay 4 principios que tendrán una larga trayectoria en el pensamiento occidental: la tierra, el agua, el aire y el fuego. Según Demócrito de Abdera (470-370 a.n.e.) defenderá que las últimas realidades son átomos materiales de diversas formas. Finalmente, Anaxágoras de Clazomene (500-425 a.n.e.) afirma que en todo hay de todo. Los principios son semillas elementales de todas las cosas a las que posteriormente Aristóteles llamará homeomerías.

7.1 Los atomistas: no niegan el alma y descubren el átomo

7.2 Empédocles: los 4 elementos

Introduce los términos adecuados. Una lectura atenta de los contenidos te ayudará. Sin las fuerzas opuestas del amor y el odio no se entendería cómo los 4 ceden su puesto unos a otros. También juega un papel importante en estos procesos la proporción en que se encuentran en cada cosa el agua, el aire, el fuego y la tierra.

7.3 Anaxágoras: el nous y las homeomerías

Es un filósofo pluralista (todo está compuesto de una pluralidad de elementos). Anaxágoras introduce el nous, inteligencia, como ordenador de la realidad. Estuvo en Atenas y fue acusado de ateísmo por llegar a la conclusión de que el sol es una roca incandescente. Este filósofo parece que atrajo la atención de Sócrates debido a las referencias que Anaxágoras hace a una inteligencia ordenadora.

1. El escenario histórico

En el siglo V a.n.e., una ciudad del Egeo será el centro de la actividad cultural y filosófica del mundo antiguo. Esa ciudad fue Atenas, y en ella destacaba su Acrópolis, y en esta el Partenón, templo dedicado a Atenea Partenos, diosa de la ciudad.

1.1 Las guerras médicas

En estas guerras se enfrentaron dos modelos de vida: por una parte, el modelo de la polis helena y, por otra, la del imperio persa. Dicho de otro modo: el ciudadano frente al súbdito.

1.2. Atenas: la polis democrática

¿En qué consistía la democracia ateniense? El modelo de vida que toma cuerpo en la Grecia del s.V tiene como elemento central el ciudadano, el habitante de la polis. Una serie de reformas políticas han conducido a Atenas a constituirse en una democracia. La esencia de la democracia consiste en la toma de decisiones según la voluntad de la mayoría. El órgano fundamental de esta toma de decisiones era la asamblea. En este contexto comprendemos bien que la capacidad de convencer a los demás del propio punto de vista se convierte en un arma fundamental de poder. Y es ahí donde inciden precisamente los sofistas. Se convierten en maestros de la areté política. Lo hacen mediante el arte del uso de la palabra, es decir, la retórica.

1.2.3 Los silenciados: mujeres, metecos y esclavos

No todo en la democracia griega fueron luces, aunque las luces fueron muchas. Vamos a considerar la situación de las mujeres, los extranjeros libres y los esclavos en la sociedad griega.

1.3 Las guerras del Peloponeso

Esta etapa histórica concluye con las guerras del Peloponeso. Después de que se hubieron liberado del yugo persa, los griegos se encontraron bajo el peso de dos modelos de vida representados respectivamente por Esparta y Atenas. El enfrentamiento era inevitable y terminó mal para Atenas.

En estas guerras se enfrentaron dos modelos de vida: por una parte, el modelo de la polis helena y, por otra, la del imperio persa. Dicho de otro modo: el ciudadano frente al súbdito.

1.2. Atenas: la polis democrática

¿En qué consistía la democracia ateniense? El modelo de vida que toma cuerpo en la Grecia del s.V tiene como elemento central el ciudadano, el habitante de la polis. Una serie de reformas políticas han conducido a Atenas a constituirse en una democracia. La esencia de la democracia consiste en la toma de decisiones según la voluntad de la mayoría. El órgano fundamental de esta toma de decisiones era la asamblea. En este contexto comprendemos bien que la capacidad de convencer a los demás del propio punto de vista se convierte en un arma fundamental de poder. Y es ahí donde inciden precisamente los sofistas. Se convierten en maestros de la areté política. Lo hacen mediante el arte del uso de la palabra, es decir, la retórica.

1.2.3 Los silenciados: mujeres, metecos y esclavos

No todo en la democracia griega fueron luces, aunque las luces fueron muchas. Vamos a considerar la situación de las mujeres, los extranjeros libres y los esclavos en la sociedad griega.

1.3 Las guerras del Peloponeso

Esta etapa histórica concluye con las guerras del Peloponeso. Después de que se hubieron liberado del yugo persa, los griegos se encontraron bajo el peso de dos modelos de vida representados respectivamente por Esparta y Atenas. El enfrentamiento era inevitable y terminó mal para Atenas.

2. Los sofistas: maestros ambulantes

Si consideramos la situación histórica que hemos presentado hasta este momento, no nos resultará extraño la aparición en el mundo griego de unos personajes que se dedicaban a enseñar la areté política (excelencia política), es decir, la capacidad para desenvolverse en la asamblea y convencer a los demás ciudadanos sobre los propios puntos de vista. El planteamiento educativo de los sofistas tenía como trasfondo la sociedad democrática, por eso su influencia se dejó sentir con fuerza en Atenas. Se pueden distinguir dos momentos en el movimiento sofista:

  • Los primeros sofistas: Protágoras, Gorgias e Hipias.
  • La segunda generación: Antifonte, Critias, Calicles, Trasímaco…

Los primeros sofistas son relativistas y escépticos, pero mantienen que, en razón de su utilidad, es conveniente respetar las leyes de la polis. Sin embargo, en la segunda generación se impondrá la noción de que debe imperar la ley del más fuerte.

2.1 Pysis/ Nomos

Se debe a los sofistas la distinción entre los conceptos de pysis y nomos:

  • Pysis: remite a la naturaleza. Es la realidad que se desarrolla desde sí misma y según un orden inquebrantable.
  • Nomos: tenía al menos 3 sentidos:
    1. Las opiniones o creencias colectivas.
    2. Las costumbres sociales en la medida en que son normas no escritas pero mantenidas.
    3. La ley. El conjunto de leyes por las que se rige una comunidad.

A través de la distinción entre lo que pertenece a la pysis y lo que pertenece al nomos, los sofistas abren el campo de estudio de lo específicamente humano en oposición a lo natural.

2.2 Protágoras: el relativista

“El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son, en tanto que son, y de las que no son, en cuanto que no son”. Con esta famosa sentencia, Protágoras sienta las bases del relativismo. Como puedes ver, aunque el término “hombre” exige interpretación porque puede referirse al hombre individual o a la especie humana, en la frase de Protágoras el hombre se convierte en la bisagra a la hora de establecer cualquier afirmación sobre la realidad. En el primer caso estaríamos en un relativismo de especie. Las cosas son a la medida de la especie humana, y sería viable plantearse en qué consiste esa medida. En tanto que el segundo caso, las cosas son tal cual las percibe cada cual y no es dado ir más allá. Para defender esta visión relativista del conocimiento se puede acudir a ejemplos como el siguiente: “El mismo agua puede parecerle buena a una persona sana y desagradable a otra enferma”. Según esto, no podríamos decir que el agua sea buena o no lo sea. Todo depende de las sensaciones que se experimenten. Y las sensaciones son, ¡claro está!, las que cada uno siente. Si consideramos las cosas desde este punto de vista, entonces al relativismo unimos una visión sensualista o fenomenista del conocimiento. Es decir, no se puede conocer más allá de las sensaciones. Esta situación no plantea mayores problemas cuando estamos hablando acerca del “verdadero sabor del agua”, pero si generalizamos esta posición y la llevamos a las cuestiones morales y políticas, quizá te dé que pensar. Según la posición relativista, será justo aquello que cada cual o cada sociedad, depende del nivel de relativismo, considere que es justo. ¿Es admisible esta posición? ¿Qué consecuencias tiene? Tanto a Sócrates, primero, y a Platón después les parecía inadmisible. Por eso desarrollaron una filosofía no relativista y no fenomenista.

Relativismo, considere que es justo. ¿Es admisible esta posición? ¿Qué consecuencias tiene? Tanto a Sócrates, primero, y a Platón después les parecía inadmisible. Por eso desarrollaron una filosofía no relativista y no fenomenista.

2.3 Gorgias: el mago de la palabra

Gorgias es el gran exponente del escepticismo sofista. Niega la existencia de algo real, la posibilidad de conocer y la posibilidad de comunicar. Podríamos decir que Gorgias es el anti-Parménides. Gorgias propone, por tanto, el uso de la palabra como un mago que sugestiona a los espectadores. Esta consecuencia de los planteamientos sofistas está en franca oposición con la actitud que veremos en Sócrates. El principio rector del uso de la palabra no puede ser algo arbitrario, sino que debe estar dirigido por el conocimiento. Por ello, primero Sócrates y después Platón se convertirán en los grandes detractores de la retórica y de la filosofía que oculta.

3. Sócrates: el tábano de Atenas

“Pero es ya hora de marcharnos, yo a morir y vosotros a vivir. Quién de nosotros se dirige a una situación mejor es algo oculto para todos, excepto para el dios.” (Apología, Platón). Sócrates, ateniense nacido en el 470 a.n.e. y mandado ejecutar según las leyes de la Atenas del siglo IV a.n.e. Se dirigía al tribunal de los 500 el año 399 a.n.e. y al resto de atenienses congregados con ocasión del juicio contra él que habían impulsado Ánito, Meleto y Licón. Se le acusaba de impiedad (asebeia), corrupción de los jóvenes y de introducir divinidades extrañas en Atenas. Una larga vida de investigación y diálogo tras la verdad (aletheia), intentando definir la virtud (areté), la justicia y el bien, ejerciendo la educación (paideia) entre sus conciudadanos. Se sentía orgulloso de no haber salido de las murallas de Atenas más que con ocasión de defender su ciudad en Potidea, en Anfípolis y en Delion, batallas contra los espartanos.

3.0 1 Sócrates, 2 Sócrates, 3 Sócrates…

Las fuentes de las que se extrae el pensamiento de Sócrates son siempre indirectas. Quizá guiado por su famosa frase: “Solo sé que no sé nada”, Sócrates no escribió nada. Tres son las fuentes que presentan a este pensador y tres los Sócrates:

  1. Aristófanes en su comedia Las nubes presenta un Sócrates embaucador y sofista.
  2. Jenofonte en su Apología de Sócrates presenta a un Sócrates sin gran calado filosófico, destacando su entereza frente a las adversidades.
  3. Platón en su Apología de Sócrates y en la mayor parte de sus diálogos, un Sócrates que deja de lado otros intereses y lleva una vida plenamente filosófica.

La actitud de Sócrates no fue comprendida por sus contemporáneos, recibiendo críticas en varias ocasiones.

3.1 El cuidado del alma: el conocimiento de la areté

El pensamiento de Sócrates se entiende bien si lo consideramos en relación al momento histórico que vive y a su enfrentamiento a la posición de los sofistas. La sofística llevada al extremo conduce a la justificación de cualquier conducta y elimina toda posible crítica racional. ¿Cómo ve las cosas Sócrates? Estas son sus palabras en el final del Gorgias: “Es necesario guardarse más de cometer injusticia que de ser víctima de ella, y que todo hombre debe extremar sus cuidados, no en lo referente a parecer bueno, sino a serlo, tanto en lo privado como en lo público”. Sócrates sitúa lo propiamente humano en un principio que está más allá de lo corporal. Sus propias palabras (de Sócrates) en la Apología son: “No sale de las riquezas la virtud para los hombres, sino de la virtud, las riquezas y todos los otros bienes, tanto los privados como los públicos”. Lo que Sócrates intenta decir es que la riqueza no es el bien porque la riqueza no mejora el alma. Es más bien al contrario: el alma bella estará adornada de riqueza aun en la más extrema miseria.

Bueno, sino a serlo, tanto en lo privado como en lo público. Sócrates sitúa lo propiamente humano en un principio que está más allá de lo corporal. Sus propias palabras (de Sócrates) en la Apología son: “No sale de las riquezas la virtud para los hombres, sino de la virtud, las riquezas y todos los otros bienes, tanto los privados como los públicos”. Lo que Sócrates intenta decir es que la riqueza no es el bien porque la riqueza no mejora el alma. Es más bien al contrario: el alma bella estará adornada de riqueza aun en la más extrema miseria.