El Mundo Literario de Gabriel García Márquez y el Boom Latinoamericano

Gabriel García Márquez y el boom de la novela hispanoamericana

1. La novela hispanoamericana durante el siglo XX

Hasta el siglo XX, la novela hispanoamericana no muestra signos de independencia. Esta irá creciendo hasta llegar a los años 60, cuando se produjo el llamado boom de la novela hispanoamericana. Se distinguen tres etapas:

1.1 La novela realista (hasta aproximadamente 1940)

Presenta las peculiaridades americanas y trata tres temas principales: la naturaleza (la Pampa, los Andes…), los problemas políticos y los problemas sociales, reflejo de la desigualdad (novela indigenista).

Destacan obras como Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos, y El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría (novela indigenista).

1.2 Renovación de la narrativa hispanoamericana a partir de los años 40: Realismo mágico

Realidad y fantasía aparecen ligadas, dando lugar al realismo mágico. Surgen temas nuevos, como el mundo urbano y los problemas existenciales (El Aleph). Se recuperan elementos del folclore americano con un componente onírico (Pedro Páramo) y se introducen innovaciones formales inspiradas en Proust, Mann, Joyce, Kafka, Woolf y Faulkner.

Los autores de esta época sientan las bases del boom de los sesenta: Juan Rulfo (Pedro Páramo), Jorge Luis Borges (Ficciones, El Aleph) y Ernesto Sábato (El túnel).

1.3 El boom de la novela hispanoamericana en los años 60

El boom supuso el descubrimiento en Europa de la narrativa hispanoamericana. Fue, en buena medida, un fenómeno editorial en el que tuvieron especial importancia editoriales como Seix Barral y editores como Carmen Balcells.

Los escritores del boom fueron, en su mayoría, intelectuales de izquierda exiliados que, desde Europa, tomaron parte en la causa latinoamericana en su conjunto, haciéndose eco de ella. Esta pertenencia a una cultura común acabó conformando un grupo que reclamó las libertades y los derechos humanos. Consideraban que la literatura y la política mantenían un vínculo indisoluble, que utilizaron para difundir su ideología y compromiso político.

Se sitúa el inicio del boom en junio de 1963, con la publicación de Rayuela, de Julio Cortázar, contemporánea de La ciudad y los perros, de Vargas Llosa, y La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes. No obstante, la novela que consolidó definitivamente el boom fue Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.

Las características temáticas del boom son: preferencia por el ambiente urbano; cuando aparece el ambiente rural, este recibe un nuevo tratamiento (Cien años de soledad). Se consolida el tema existencial, con protagonistas solitarios y retraídos (El túnel). Además, aparece la propia creación literaria como tema (Rayuela). Se concede especial importancia a la temática histórica y social (El otoño del patriarca).

En lo que respecta a las características formales, lo más destacable es el uso de nuevas formas de expresión (superposición, distorsión) y la ruptura de la línea argumental típica, incorporando saltos temporales, monólogos interiores o pluriperspectivismo.

Muchos de estos autores cultivaron también el realismo mágico, que funde lo cotidiano (problemas sociales y existenciales) con lo extraordinario y sobrenatural. El ejemplo más claro es Cien años de soledad, donde aparecen diálogos entre vivos y muertos, el ascenso a los cielos de Remedios, la Bella, o un diluvio de cuatro años.

En definitiva, en el boom encontramos un nuevo arte que ocupa un lugar preeminente en la literatura mundial. Algunos de los autores más representativos del boom son los ya mencionados Vargas Llosa, Cortázar y Sábato, pero, por encima de todos ellos, destaca el colombiano Gabriel García Márquez.

2. Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, Colombia. Su padre era inmigrante de la “hojarasca” y su madre pertenecía a una familia eminente del lugar. Los padres de ella no aprobaron la relación, pero, a pesar de ello, consiguieron casarse e instalarse en Riohacha. Su primer hijo, Gabriel, se crio con sus abuelos maternos en Aracataca. De su “infancia prodigiosa” surgen los elementos de su universo narrativo: la natural convivencia con lo mágico y sobrenatural, la vivacidad del lenguaje campesino y el abuelo como prototipo del patriarca familiar.

Abandonó Derecho y se trasladó a Barranquilla, donde descubrió su vocación de periodista y a autores como Kafka, Joyce, Faulkner, Hemingway y Woolf. Al tiempo que trabajaba como columnista, escribió su primera novela, La hojarasca. En 1955, viajó a Europa como corresponsal, instalándose en París, donde concluyó, en 1967, Cien años de soledad. El éxito fulminante dejó a García Márquez incrédulo, aunque feliz. En 1982, le concedieron el Premio Nobel de Literatura. Su discurso de agradecimiento fue un canto de amor a América Latina.

Sus primeras obras (La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba, Ojos de perro azul) tanteaban la unión de lo real y lo fantástico. Todas estas novelas crean y configuran el mundo fantástico de Macondo y sientan las bases de Cien años de soledad. La obra es una síntesis de la historia del poblado de Macondo, íntimamente unido a la estirpe de los Buendía, que representa la historia de toda la Humanidad en general, por medio de elementos fantásticos que le dan a la novela un carácter peculiar entre el realismo y lo fantástico.

Posteriores a Cien años de soledad (CADS) encontramos El otoño del patriarca (1975), la historia de un dictador que quiere ser el símbolo de los déspotas americanos, y Crónica de una muerte anunciada (1981), obra estructurada como una investigación periodística de un crimen pasional. El amor en los tiempos del cólera (EATC) es de 1985. Posteriormente, publicó El general en su laberinto (1989), Del amor y otros demonios (1994) y Memoria de mis putas tristes (2004). Redactó el primer tomo de los tres que componían sus memorias, Vivir para contarla (2002). Murió el 17 de abril de 2014 mientras trabajaba en su última obra, En agosto nos vemos.