El Manifiesto de Manzanares y la Revolución de 1854: Fin de la Década Moderada y el Bienio Progresista

El Manifiesto de Manzanares y el Bienio Progresista (1854-1856)

El Manifiesto de Manzanares, redactado por Antonio Cánovas del Castillo, fue un documento clave durante el reinado de Isabel II, marcando el inicio del Bienio Progresista (1854-1856). La crisis económica y la creciente tensión política llevaron a que el general Leopoldo O’Donnell, junto con otros militares como Domingo Dulce y Félix María Messina, se sublevaran el 28 de junio de 1854 en Vicálvaro. Tras un enfrentamiento con las tropas gubernamentales, se retiraron a Manzanares, donde se publicó el manifiesto.

Propuestas del Manifiesto de Manzanares

El manifiesto recogía las principales demandas de los progresistas:

  • Reforma de la ley electoral y de imprenta.
  • Fin del centralismo administrativo.
  • Convocatoria de Cortes Generales.
  • Restablecimiento de la Milicia Nacional.
  • Reducción de impuestos.
  • Defensa de la monarquía constitucional.

Consecuencias de la Revolución de 1854

El manifiesto impulsó levantamientos populares progresistas en todo el país, obligando a la reina a cambiar el gobierno. Isabel II nombró a Baldomero Espartero presidente del gobierno y a O’Donnell ministro de la Guerra. Espartero restableció la Constitución de 1837, aunque poco después se elaboró una nueva constitución más progresista, la de 1856, que no llegó a entrar en vigor. Durante este periodo, se llevó a cabo la desamortización de Pascual Madoz en 1855, que afectó a bienes eclesiásticos y municipales, agravando la situación de los municipios y agricultores. La inestabilidad política y los enfrentamientos entre progresistas y moderados marcaron el fin del Bienio Progresista.

La Jura de la Constitución de 1837

La jura de la Constitución de 1837, durante la regencia de María Cristina de Borbón (1833-1840), fue un evento solemne que marcó la transición hacia un sistema constitucional más estable en España. La ceremonia contó con la presencia de la regente María Cristina, la futura reina Isabel II, altos cargos políticos y militares, y se desarrolló en un ambiente de formalidad y protocolo institucional.

Características de la Constitución de 1837

La Constitución de 1837 buscaba un consenso entre moderados y progresistas, estableciendo una monarquía parlamentaria. Entre sus principales características destacan:

  • Reconocimiento de la soberanía nacional.
  • División de poderes.
  • Sistema bicameral.

Impacto de la Constitución de 1837

Aunque su vigencia fue breve, la Constitución de 1837 estableció un marco más liberal que el Estatuto Real de 1834, pero más moderado que la Constitución de 1812. Sentó las bases del constitucionalismo español y contribuyó a la creación de un Estado liberal.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), y en ausencia del rey Fernando VII, se convocaron Cortes Extraordinarias en Cádiz en septiembre de 1810. A estas Cortes acudieron representantes de los diferentes territorios de España y de América, pertenecientes a diversos grupos sociales.

Objetivos de las Cortes de Cádiz

Las Cortes se constituyeron con varios objetivos fundamentales:

  • Asumir la soberanía nacional.
  • Acabar con el Antiguo Régimen y el absolutismo.
  • Crear un nuevo sistema económico basado en el liberalismo.
  • Separar los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
  • Reconocer a Fernando VII como único monarca legítimo de España.

La Constitución de 1812 (“La Pepa”)

Como resultado de los trabajos de las Cortes, el 19 de marzo de 1812 se aprobó la primera constitución española, conocida popularmente como “La Pepa”. Esta constitución se inspiró en la Constitución francesa de 1791 y estableció:

  • Soberanía nacional.
  • División de poderes.
  • Limitación del poder real.
  • Cortes unicamerales.
  • Monarquía parlamentaria.
  • Igualdad fiscal.
  • Reconocimiento de derechos y libertades.
  • Abolición de gremios y derechos señoriales.

Trascendencia de la Constitución de 1812

La Constitución de 1812 fue un referente para el liberalismo español y europeo. Su proclamación marcó el fin del Antiguo Régimen en España y el inicio de un nuevo régimen liberal. A pesar de su breve vigencia, debido al regreso de Fernando VII y la restauración del absolutismo, su influencia fue duradera y significativa en la historia constitucional española.