El Bienio Progresista (1854-1856)
El Bienio Progresista se inicia con el pronunciamiento de O’Donnell en Vicálvaro. Aunque inicialmente fracasa, se redacta el Manifiesto de Manzanares, obra de Antonio Cánovas del Castillo, para buscar apoyos.
Este manifiesto buscaba el respaldo popular y de jefes militares, obligando a Isabel II a entregar el gobierno al general Espartero, quien nombra a O’Donnell ministro de Guerra. Se convocan elecciones a Cortes Constituyentes, surgiendo la Unión Liberal, liderada por O’Donnell. Los progresistas y unionistas ganan las elecciones y forman un gobierno de coalición. Las Cortes redactan la Constitución de 1856 (que no llegó a entrar en vigor), con las siguientes características:
- Soberanía nacional.
- Ampliación de los derechos individuales.
- Sufragio censitario más amplio.
- Limitación de los poderes de la Corona.
Los progresistas aprueban leyes para modernizar el país:
- Ley de Desamortización General de Madoz (1855).
- Ley de Ferrocarriles, para crear un mercado nacional articulado.
- Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias (1856), para atraer capitales e impulsar la inversión.
Inestabilidad Social y Fin del Bienio
El Bienio Progresista estuvo marcado por una gran inestabilidad social debido a:
- Una epidemia de cólera en 1854.
- Malas cosechas.
- Subida de precios.
- Enfrentamientos entre trabajadores y patronos.
Espartero dimite y la reina nombra a Narváez jefe de Estado. La etapa final del reinado de Isabel II se divide en dos periodos:
- 1856-1863: Gobierno de Narváez (1856-1858) y gobierno de O’Donnell (1858-1863).
- 1863-1868: Inestabilidad por la alternancia entre moderados y unionistas.
Gobierno de Narváez (1856-1858)
Durante el breve gobierno de Narváez destacan:
- El primer censo democrático del país (1857).
- La Ley de Instrucción Pública (Ley Moyano, 1857).
Gobierno de O’Donnell (1858-1863) y Política Exterior
El gobierno de O’Donnell se caracteriza por una prosperidad económica, impulsada por la construcción de vías ferroviarias y las inversiones. La Unión Liberal lleva a cabo las siguientes campañas exteriores:
- Expedición a la Cochinchina (1858-1863), motivada por el asesinato de misioneros católicos.
- Guerra de Marruecos (1859-1860), para establecer el dominio colonial en África.
- Intento fallido de recuperar Santo Domingo (1861).
- Expedición a México (1862), junto con Gran Bretaña y Francia, para presionar al gobierno mexicano por el impago de deudas.
- Guerra contra Perú y Chile (1866), por incidentes comerciales y navales.
Crisis Final del Reinado de Isabel II (1863-1868)
En 1863, O’Donnell dimite, iniciando un periodo de inestabilidad. Los gobiernos moderados y unionistas se enfrentan a:
- Crisis política: Los progresistas se retiran de la vida política, y los unionistas se alían con republicanos y demócratas contra la reina.
- Crisis económica:
- Quiebra de la compañía ferroviaria (1864).
- Crack de las bolsas europeas (1866).
- Hundimiento de la industria textil por falta de algodón.
- Malas cosechas y aumento de precios.
La crisis económica genera paro y malestar social. En 1865, los sucesos de la Noche de San Daniel (represión de una manifestación estudiantil con 9 muertos) provocan una crisis de gobierno. O’Donnell vuelve al poder y vende parte del patrimonio nacional para paliar la deuda.
Pronunciamientos y Pacto de Ostende
El final del reinado de Isabel II está marcado por varios pronunciamientos:
- Enero de 1866: Pronunciamiento fallido del general Prim en Villarejo de Salvanes, que lo convierte en líder de la oposición.
- Junio de 1866: Pronunciamiento de los sargentos del cuartel de San Gil en Madrid, que fracasa y termina con fusilamientos.
- Agosto de 1866: Pacto de Ostende, acuerdo entre progresistas y republicanos para derrocar a Isabel II y convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal. Los unionistas se suman tras la muerte de O’Donnell en 1867.
La Revolución Gloriosa (1868)
En 1868, Isabel II, apoyada solo por los moderados, es derrocada por la Revolución Gloriosa, viéndose obligada a abandonar el país. Este evento marca el inicio del Sexenio Democrático.