Discurso de Proclamación de Juan Carlos I: Claves de la Transición Española

Este texto es un fragmento del discurso pronunciado por el Rey Juan Carlos I con motivo de su proclamación como monarca ante las Cortes franquistas, el día 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Franco. El príncipe Juan Carlos había sido designado por este dictador como su sucesor a título de Rey en virtud de la Ley de Sucesión de 1947, ratificada por las Cortes en 1969. Recordemos que la Ley de Sucesión de 1947 declaraba que España era un Estado constituido en reino, aunque formalmente sin una monarquía y sin un rey.

El autor de este discurso es el Rey Juan Carlos, perteneciente a la dinastía de origen francés Borbón, era nieto del rey Alfonso XIII e hijo de Don Juan, que nunca llegó a reinar. Nacido en Roma, buena parte de su infancia transcurrió en el exilio y con diez años, vino a estudiar a Madrid. Anteriormente a su coronación, don Juan Carlos se había mantenido en un discretísimo segundo plano, a la sombra de Franco, y era un gran desconocido para los españoles.

Este documento es de carácter político, siendo una fuente histórica de primer orden para poder conocer la etapa de transición de la dictadura de Franco a la democracia. Está destinado a todos los españoles sin excepción y especialmente a las Cortes franquistas.

Este texto cabe encuadrarlo en la etapa final de la Dictadura y los inicios de una nueva época: la Transición a la democracia. En efecto, la transición hacia la democracia fue un proceso modélico pero lleno de dificultades. Otros países de nuestro entorno como Grecia o Portugal también experimentaron un cambio similar. Cronológicamente, esta etapa se extiende desde la proclamación del príncipe Juan Carlos como rey de España hasta 1978, fecha en la que entra en vigor la Constitución Española. Según otros historiadores, la Transición se extiende hasta el año 1982, año en el que el PSOE de Felipe González triunfa en las elecciones generales. Sintetizando mucho, hay varios factores esenciales que marcaron esta etapa:

  • En primer lugar, antes de que tuviera lugar la transición política se produjo en nuestro país una profunda transformación que no sólo fue económica sino que también afectó a las pautas de comportamiento cultural y social de los españoles (sociedad de consumo, influencia del turismo, etc.).
  • En España hubo otro factor muy original a tener en cuenta, la existencia de la institución monárquica: desde hace mucho tiempo no es habitual en ninguna parte del mundo la restauración de monarquías y menos aún que éstas vengan acompañando al establecimiento de regímenes democráticos. Sólo en algunos países asiáticos se ha producido algo parecido a lo que tuvo lugar en España.
  • Un tercer rasgo que sirve para explicar la peculiaridad de la Transición española consiste en que ésta se realizó desde el mismo interior del régimen. Esto no ha sido algo habitual en la historia. En España esa voluntad estuvo clara por parte del rey y también de aquellos dirigentes políticos que él nombró para ocupar los puestos políticos más decisivos. También por parte de las Cortes franquistas que aprobaron (salvo excepciones) la propuesta de Ley de Reforma política de Adolfo Suárez.

La Transición fue acompañada, estimulada y servida por el propio talante de la sociedad española. Fue una tarea colectiva. Los responsables de la transición fueron el Rey Juan Carlos I, el político Adolfo Suárez y por supuesto el pueblo español, quien en última instancia, fue el responsable máximo del advenimiento de la democracia.

Este texto nos da las claves para analizar la apuesta de Juan Carlos I por la democracia en su discurso de proclamación de rey ante las Cortes franquistas.

Este documento, profundamente emotivo, comienza con la declaración del rey de asumir su responsabilidad como monarca ante el pueblo español. Es consciente de que comienza una nueva época en la historia de España, marcada por el cambio, e invoca el “consenso” como medio para conseguir la concordia nacional entre todos los españoles. El término “consenso”, que quiere decir pacto, fue la palabra clave de toda la etapa de la Transición. Gracias a los diversos acuerdos a los que llegaron las fuerzas políticas españolas de la época (izquierdas, derechas, centro) se pudo caminar con paso firme hacia la democracia.

En segundo lugar, tras pedir su ayuda a Dios, manifiesta su deseo de ser guardián del sistema constitucional, lo cual parece anticipar la idea de que en España se desarrollará una Constitución, como así será en 1978. Posteriormente considera que desea ser rey “de todos los españoles” y hace una llamada a las Fuerzas Armadas a las que considera: patrióticas y disciplinadas. Esta idea es fundamental, y va a ser la base ideológica de su reinado: quiere ser el rey de todos, al margen de las inclinaciones políticas de los españoles. Es una clara incitación a la democracia. El rey intenta transmitir tranquilidad a la sociedad española ante un momento de clara incertidumbre política, de crisis económica y de tensiones sociales derivadas de las circunstancias por las que atraviesa el país. Los cambios vendrán impulsados desde la propia corona, que se convertirá en el motor que lleve a puerto los mismos.

Para terminar, después de abogar por que se reconozcan los derechos sociales y económicos de todos los españoles, se declara profundamente católico.

El mensaje de la Corona surge en un momento histórico complejo para el país. Desde 1973 España se enfrenta a dos crisis importantes: por un lado, la crisis económica, derivada del aumento del precio del petróleo, y por otro, el asesinato del Almirante Carrero Blanco, lo que determinó una profunda crisis política en la etapa final del franquismo. Las actividades terroristas de la ETA y el GRAPO marcaron también esta época, así como la etapa democrática. Estaba claro que la idea de Franco de hacer perdurar un franquismo sin él mismo, se había ido al traste con el asesinato del presidente Carrero Blanco (diciembre de 1973). Franco había separado la Jefatura del Estado del Gobierno con vistas a construir un futuro en el cual los dos más altos representantes del Estado, don Juan Carlos y Carrero Blanco, el uno reformista y el otro continuista, se equilibraran en el desempeño de sus respectivos cargos. Pero el nombramiento de Carlos Arias Navarro como presidente del Gobierno no consiguió llenar el vacío dejado por el almirante asesinado, pues enseguida se comprobó que el cargo, ante los problemas que surgieron tras la muerte de Franco, le venía grande.

Con el advenimiento de Juan Carlos I se plantean tres posibilidades:

  • Reformar el régimen franquista, tal y como desean el propio monarca y el nuevo presidente de las Cortes y mentor del rey, Torcuato Fernández Miranda.
  • Otra línea sería la de dar continuidad al régimen establecido, lo que pretendían los sectores más ortodoxos.
  • La tercera vía sería la de la ruptura institucional.

Tras ser nombrado rey, don Juan Carlos I se deshizo de Arias Navarro (verano de 1976) y lo sustituye por una figura más joven, dinámica y con ideas totalmente reformistas, Adolfo Suárez, si bien procedía del Movimiento Nacional, lo que hizo expresar dudas iniciales al respecto por parte de diferentes sectores. El siguiente paso es el de convocar unas Elecciones Generales, por lo que se hacía necesario legalizar los partidos políticos. Las elecciones de junio de 1977, con la victoria del propio presidente Adolfo Suárez (UCD), encarrilarían definitivamente la Transición democrática.

En conclusión, este documento viene a marcar un antes y un después de lo que será el Régimen de Franco y la Monarquía de Juan Carlos I que, a pesar de ser heredera del Régimen, disolverá las viejas y anacrónicas estructuras políticas del franquismo, abriendo el camino a la integración de España en el marco occidental con una democracia abiertamente europeísta y avanzada, que tendrá su máxima expresión en la Constitución de 1978, nuestra Ley de Leyes.