El Teatro Español en la Segunda Mitad del Siglo XX: De la Posguerra a la Vanguardia
El Teatro Comercial de Posguerra (Años 40)
Tras la Guerra Civil, predominó un teatro comercial enfocado en la distracción del público. Este teatro, de diálogo cuidado y convencional, reflejaba la realidad de forma amena. Destacan:
- José María Pemán (1898-1981): Antes de la guerra, estrenó obras históricas en verso como El divino impaciente. Entre sus comedias costumbristas, sobresale Los tres etcéteras de Don Simón.
- Joaquín Calvo Sotelo (1905-1993): Autor de comedias sentimentales (Una muchachita de Valladolid, 1957) y dramas de tesis (La muralla, 1954).
- Alejandro Casona: Estrenó sus primeras obras antes de la guerra. Durante esta época, escribió en el exilio obras como La dama del alba y La barca sin pescador.
- Otros autores: Alfonso Paso (Las que tienen que vivir), Víctor Ruiz Iriarte (El landó de seis caballos), Juan Ignacio Luca de Tena, José López Rubio (Celos del aire).
El Teatro Humorístico: Miguel Mihura
Miguel Mihura (1905-1977): Autor de 23 comedias de humor desenfadado. Sus temas centrales son la denuncia de lo absurdo en la vida cotidiana y la crítica a las convenciones sociales. Su obra más importante es Tres sombreros de copa (1932, estrenada en 1952), que rompe con el realismo tradicional. Otras obras: El caso de la señora estupenda, Maribel y la extraña familia.
El Teatro Realista de Denuncia y Protesta (Años 50)
En los años 50, surge un teatro cercano a la novela y poesía social, con temas de testimonio crítico y denuncia de desigualdades. Es un teatro realista con recursos propios. Autores representativos:
- Alfonso Sastre: Muerte en el barrio, La mordaza.
- Lauro Olmo: La camisa.
- Carlos Muñiz: El tintero.
- José Martín Recuerda: Los salvajes en Puente San Gil.
- Antonio Gala: Los buenos días perdidos, Anillos para una dama.
Teatro de Finales del Siglo XX: Renovación y Experimentación (Años 70 en Adelante)
Desde los años 70, se percibe la influencia de la transformación de la escena europea. A partir de 1975, surge un movimiento de renovación, con acercamiento a las corrientes europeas. Es un teatro experimental, simbólico, vanguardista y, a menudo, grotesco. Cambios importantes:
- Creación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (1983).
- Consolidación de teatros independientes (surgidos en los 60-70).
- Compañías de aficionados difunden el teatro.
- Éxito de la comedia musical.
Autores y grupos destacados:
- Fernando Arrabal: Escribe principalmente en Francia. Obras: El cementerio de automóviles, El arquitecto y el emperador de Asiria.
- Francisco Nieva: Creador del “teatro furioso”, imaginativo y simbólico. Obra: La carroza de plomo candente.
- José Sanchís Sinisterra: Destaca por su cuidado escénico y la integración de reflexión histórica y teatral. Obra representativa: ¡Ay, Carmela! (1986).
- José Luis Alonso de Santos: Éxito con la comedia costumbrista La estanquera de Vallecas. Otras obras: Bajarse al moro, Yonquis y yanquis.
- Fernando Fernán Gómez (1921-2007): Miembro de la Real Academia. Obra más importante: Las bicicletas son para el verano.
- Els Comediants: Mezclan elementos de fiesta popular y teatro de calle, criticando al poder de forma paródica.
- La Fura dels Baus: Representaciones en teatros, calles o naves, con reducción de elementos lingüísticos a favor del movimiento y las imágenes.
- Els Joglars: Bajo la dirección de Albert Boadella desde los años 60. Obra principal: La torna (considerada un ataque a las fuerzas armadas).
- Dagoll Dagom: Se dan a conocer con No hablaré más en clase, un espectáculo humorístico.
Antonio Buero Vallejo: Un Teatro de Reflexión (1916-2000)
El teatro de Buero Vallejo se centra en los grandes interrogantes de la condición humana y los problemas del hombre contemporáneo. Su obra presenta un mensaje ético, reflexionando sobre el hombre, la justicia y la verdad. No rompe totalmente con el teatro comercial. Utiliza los “efectos de inmersión” como recurso escénico. Su obra se divide en tres etapas:
- Primera Etapa: Enfoque existencial y técnica realista. Obras: Historia de una escalera (1949), En la ardiente oscuridad (1950).
- Segunda Etapa: Enfoque social y ético, con técnica más compleja. Dramas históricos que reflexionan sobre el presente: Un soñador para un pueblo (sobre Esquilache, 1958), Las meninas (1960), El tragaluz (1967).
- Tercera Etapa: Contenidos sociales y políticos más explícitos, con experimentos escénicos. Obra principal: La fundación.
Buero Vallejo recibió el Premio Nacional de Teatro y el Premio Cervantes, además de ser miembro de la Real Academia Española.