Obra teatral “Luces de Bohemia” de Valle-Inclán: Contexto y claves

“Luces de Bohemia”: Una radiografía de la España de principios del siglo XX

El título “Luces de Bohemia” alude a la vida bohemia que lleva el protagonista, Max Estrella, en la obra de Valle-Inclán. Se describen las diversas facetas de esta vida, con sus luces y sombras, contraponiendo la bohemia brillante a la sombría sociedad de la época.

Estructura de la obra

Ediciones

“Luces de Bohemia” se publicó inicialmente por entregas semanales en la revista España en 1920. En 1924, se editó en formato libro con cambios significativos, incluyendo supresiones y adiciones que intensificaron la expresividad y el carácter crítico de la obra. En la segunda versión se añadieron las escenas II, VI y XI, que son precisamente las de mayor denuncia social y política.

Estructura externa

“Luces de Bohemia” es una obra atípica, estructurada en quince escenas, cada una en un lugar diferente, sin división en actos. Carece de unidad espacial, lo que se explicará más adelante en el apartado correspondiente. La trama principal, que narra las últimas horas de la vida de Máximo Estrella, se superpone con dos acciones latentes de desarrollo lineal: la huelga de los proletarios y la historia del anarquista catalán.

Estas acciones latentes culminan en la escena undécima, donde las referencias en las acotaciones (ruidos, voces) y las alusiones de los personajes de la acción principal (el Chico de la Taberna, Zacarías, la Pisa-Bien) a la huelga y al encuentro entre Max y el anarquista catalán adquieren pleno significado.

Estructura interna

La acción principal sigue el esquema tradicional de presentación, desarrollo y desenlace. La presentación abarca el primer capítulo; el desarrollo, del segundo al undécimo; el desenlace, el duodécimo; y, finalmente, un epílogo en los capítulos decimotercero al decimoquinto. La acción principal narra el recorrido nocturno de Max Estrella y Latino de Hispalis por Madrid. Las tres últimas escenas, tras la muerte de Max Estrella, constituyen un anticlímax.

Las acciones latentes presentan una estructura similar.

Técnica dramática y lenguaje

El contraste

El contraste es un elemento fundamental en la estética de “Luces de Bohemia”. Se manifiesta en saltos bruscos entre elementos opuestos que afectan a todos los aspectos de la obra: acontecimientos, ambientes, personajes, ideas, emociones, valores y lenguaje.

Ejemplos notables de contrastes incluyen la unión de lo trágico y lo grotesco, como la indiferencia de los personajes ante la madre con el niño muerto, o la agonía de Max simultánea a un perro que “encoge la pata y se orina”. También se observan contrastes en el uso de cultismos malsonantes o fuera de lugar (ejemplos: “No introduzcas la pata”; “¡Pudiera! Yo me inhibo”), y en la comparación entre lo humano y lo animal: “Rubén está como un cerdo de triste”, o viceversa: “un ratón saca el hocico intrigante por un agujero”. Estos contrastes se extienden al lenguaje, con el uso de palabras de campos semánticos opuestos y disonantes, reforzando la sensación de lo grotesco y absurdo.

En general, el contraste se deriva de la distorsión grotesca de la realidad, característica del esperpento.

Tema y argumento

Argumento

“Luces de Bohemia” ofrece una visión de la España de principios del siglo XX. Narra la historia de Max Estrella, un poeta ciego despedido de su trabajo en un periódico por expresar sus opiniones sobre la injusticia social en España. La obra presenta las últimas horas de vida de Max, desde la noche madrileña hasta la mañana siguiente, culminando con su trágica muerte en la puerta de su casa, abandonado por su compañero Latino de Hispalis. Durante este tiempo, el lector presencia el encarcelamiento de Max, su experiencia en la cárcel, su visita al Ministro para quejarse del trato recibido, su deambular por la noche madrileña y, finalmente, su muerte, que había “visto” minutos antes en una especie de visión.

Además del tema principal, la obra aborda dos temas adicionales: la huelga, referenciada a lo largo de la obra (gente en la calle, muerte del niño), y la historia del preso catalán, a quien Max conoce en la cárcel. El preso predice su propia muerte a Max, indicando que será fusilado bajo el pretexto de una fuga (ley de fugas), lo cual se cumple.

Tema I: Crítica de la situación histórico-social

Como se mencionó en el apartado sobre el tiempo histórico, la España contemporánea a Valle-Inclán estaba plagada de problemas históricos y sociales, que el autor denuncia en esta obra.

Valle-Inclán utiliza un proceso de conexión para realizar esta denuncia: para hablar de España, habla de la vida bohemia; y para hablar de la vida bohemia, habla de Máximo. Retrata la vida bohemia como opuesta al mundo del poder, y representa los distintos estratos sociales, mostrando su lado mezquino, carente de moral y ética, en su mayoría. Esta representación de la sociedad y el pueblo español refleja la visión negativa que Valle-Inclán tiene de ellos.

La intención del autor es mostrar cómo viven las diferentes clases sociales. El proletariado vive esclavizado y en la miseria, mientras que el Ministro y las clases empresariales viven en el paraíso a costa del proletariado.

Para realizar esta crítica, Valle-Inclán utiliza principalmente el esperpento y un lenguaje áspero y duro, alejado del modernismo. Critica el hambre, las manifestaciones tumultuarias, las organizaciones patronales amparadas por la policía y el gobierno (como Acción Ciudadana), la explotación y estafa en la actividad mercantil y comercial, y la corrupción, manifestada en los fondos reservados que los Ministerios de Gobernación y Estado distribuían sin control, y que se utilizaban para sobornar a periodistas, a quienes también critica (“¿Qué dirá mañana esa prensa canalla?”).

Tema II: La muerte

La muerte está presente de forma implícita o explícita a lo largo de toda la obra. Al inicio, se menciona el suicidio como una opción para escapar de las penurias, cuando Max sugiere a su esposa e hija un “suicidio colectivo”. Más tarde, Max le dice a Don Latino: “Te invito a regenerarte con un vuelo”. En la escena VI, el preso catalán y Max hablan de la muerte. Max vuelve a hablar de ella con Rubén Darío en el café (escena IX), y Rubén Darío la discute con el Marqués de Bradomín en el entierro de Max (escena XIV). Además de la muerte de Max, se suicidan su mujer y su hija, y son asesinados el obrero catalán y el niño (escena XI). La muerte de los inocentes, representada por el niño asesinado, refleja la falta de valores éticos en la sociedad española, ya que, exceptuando a Max y a la madre del niño, los demás personajes no le dan importancia a esta muerte.

Valle-Inclán también muestra diferentes formas de afrontar la muerte a través de sus personajes: Max, sin creencias, es partidario del suicidio; el preso catalán se resigna a su destino; Rubén Darío se declara creyente; y el Marqués de Bradomín elige la muerte cristiana. Este tema es de gran interés para Valle-Inclán, como se refleja en toda su obra.

Tema III: La religión

Aunque menos prominente que los anteriores, la religión también se menciona a lo largo de la obra (“hacer la Revolución Cristiana”), sin contradecir los otros temas. Una escena con alusiones religiosas es la del preso catalán (escena VI), aunque estas alusiones son sutiles. El nombre del preso, Mateo, como el apóstol asesinado por la espalda, puede interpretarse como “manos de Dios”. Poco antes de salir de la celda para morir, el preso dice: “¡Señor poeta, que tanto adivina, no ha visto usted una mano levantada?”.

Valle-Inclán pretende demostrar el caos moral en España y resaltar el poder de la Iglesia en la sociedad de la época.