El Reinado de Carlos III: Culminación de la Ilustración Española
A la muerte de Fernando VI, accede al trono su hermanastro Carlos VII de Nápoles, cuyo reinado supuso para el país la culminación del programa político, cultural y económico de la Ilustración española.
Carlos III llevó a cabo una política “activa” que ponía en práctica el principio del Despotismo Ilustrado, es decir, “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Esta política se concretó, por ejemplo, en una alianza con Francia a través del llamado “Pacto de Familia”, que supuso la entrada de España en diversos conflictos, como la guerra contra Inglaterra y Portugal, y el enfrentamiento con Inglaterra a propósito de unos colonos ubicados en las Islas Malvinas, que España deseaba expulsar.
La Política Interior: Las Reformas Económicas
En aplicación del principio de despotismo ilustrado, Carlos III llevó a cabo un programa de desarrollo económico, administrativo y cultural, apoyado en colaboradores como Grimaldi, el Marqués de Esquilache, el Conde de Floridablanca y Campomanes.
Medidas Implementadas
- a) Reforma de la Hacienda pública, además de otras medidas suplementarias como la creación de la lotería por el Marqués de Esquilache.
- b) Mejora en la producción agrícola e industrial.
- c) Fortalecimiento del ejército de tierra y de la armada, con el objetivo de recuperar los territorios italianos y la defensa de los intereses coloniales amenazados por Inglaterra.
- d) Una política de grandes obras públicas, centrada sobre todo en Madrid, aunque también en otras ciudades como Barcelona.
- e) Creación de centros de enseñanza y de estudio, y de la Orden de Carlos III.
- f) Política encaminada a la mejora de las comunicaciones.
- g) La Corona intervino arrebatando atribuciones a los municipios, controlando las haciendas municipales y creando determinados cargos municipales elegidos por los vecinos.
El Motín de Esquilache y sus Consecuencias
El reinado no estuvo exento de problemas, como el Motín de Esquilache, motivado por el intento de reformar en 1766 la vestimenta tradicional de Madrid de sombrero de ala ancha y capa larga. Sin embargo, en el fondo de dicha revuelta subyacía el malestar por una crisis de subsistencia y un invierno muy crudo, la subida de los precios del cereal tras el decreto de libre comercio de granos y la crítica contra el régimen señorial.
Este motín se extendió sin coordinación alguna por otras ciudades: Cuenca, Zaragoza, Barcelona, Sevilla, Cádiz, Lorca, Cartagena, Elche, La Coruña, Oviedo, Santander y poblaciones de Vizcaya y Guipúzcoa, lo que supuso finalmente la caída y posterior destitución de Esquilache como secretario de Estado, exiliándose en Nápoles. Se reformó todo el gobierno, desterrando de él a los miembros no españoles del mismo, aunque el precio de los productos alimenticios siguió alto y se mantuvo la real orden que regulaba las obligaciones sobre la vestimenta con capa corta.
El Conde de Aranda y la Expulsión de los Jesuitas
Le sucedió en 1766 el Conde de Aranda, ocupando la presidencia del Consejo de Castilla e instaurando una política reformista basada en los principios de la Ilustración, apoyada por Campomanes, con la que consiguió el aprecio popular y el elogio del mismo Voltaire. Más tarde, Jerónimo Grimaldi logró su destitución en 1773, pero este tuvo que dimitir en 1776, ocupando su puesto el Conde de Floridablanca.
Se llevó a cabo la expulsión de los jesuitas de todos los dominios españoles, incluidos los territorios de ultramar, incautándose además su valioso patrimonio por la Pragmática Sanción de 1767. Con el apoyo del dictamen de José Moñino Redondo, se consiguió la disolución de la Compañía de Jesús por parte del Papa Clemente XIV a través de una Bula de Extinción en toda la cristiandad, firmada en 1773. Las causas hay que buscarlas en la intromisión de estos en asuntos propios del Estado y en contra de las iniciativas reformistas, además de ser depositarios de un gran poder económico, político y cultural que escapaba al poder de la Corona.
La Labor del Conde de Floridablanca
La labor de José Moñino Redondo, el Conde de Floridablanca, como secretario de Estado y, por lo tanto, en el gobierno del país, se puede resumir en:
- El fomento de la agricultura.
- El establecimiento de relaciones comerciales con el norte de África, Turquía y Rusia.
- La firma del Tratado de San Ildefonso con Portugal en 1777.
- El apoyo a las 13 colonias de Norteamérica en la Guerra de Independencia.
- Un intento de reconquista de Gibraltar por mar y de Menorca.
- La fundación del Banco de San Carlos.
- La fundación de la Junta de Estado.
- La emisión de deuda pública, vales reales, ante la Hacienda pública.
- Recortes al poder de la Inquisición.
Ilustrados y Sociedades de Amigos del País
Debemos ubicar la labor desempeñada por algunos ilustrados como Jovellanos, Campomanes y las distintas Sociedades de los Amigos del País, cuya idea básica era el fomento de iniciativas y reformas de toda índole que ayudasen al país a salir de la decadencia económica, política y social en la que se encontraba.
Reformas Agrarias y Repoblación
Bajo la dirección de Pablo de Olavide, se llevó a cabo:
- El intento de repoblación de espacios deshabitados con colonos extranjeros.
- El reparto de tierras comunales a los campesinos sin tierras de Extremadura y Andalucía a partir de 1768, con el intento de acabar con el bandolerismo existente en esa zona y el fomento de la agricultura. El proyecto fracasó por la adversidad del clima, la dureza de las condiciones de vida y las críticas que dicho proyecto recibía.
Inicios de la Industrialización
Se inicia una tímida industrialización de la economía a partir del fin del monopolio gremial por parte de la Corona en 1770, que se concentró en grandes talleres, apoyado en operarios y técnicos extranjeros traídos por los empresarios y por la Corona. Como consecuencia, se observa cierto desarrollo de la industria del algodón en Cataluña, de la industria de la seda en Valencia, de la industria del hierro en el País Vasco y de la industria minera del carbón en Asturias.
Nuevo Proyecto Colonial y Libre Comercio
Por último, se implementó un nuevo proyecto colonial basado en un estrecho control político, militar y económico de las relaciones entre España y América por motivos fiscales, para estimular el crecimiento económico y la revitalización del tráfico colonial, y para conseguir una mayor participación de productos y comerciantes españoles. Se abolió el monopolio del comercio americano y se redactó un nuevo reglamento de libre comercio en 1778, que fue un rotundo éxito.