Bilingüismo y Variedades Dialectales del Español: Un Recorrido Lingüístico

El Bilingüismo

A partir de 1978, la Constitución Española declaró a España como un estado plurilingüe y estableció en su artículo 3º las normas básicas de las diferentes lenguas del Estado Español, que se presenta como una realidad lingüística fragmentada en diversas lenguas que comparten, en sus respectivas comunidades, el rango de cooficialidad con el castellano.

En la actualidad, España es uno de tantos países que presentan una situación de bilingüismo, caracterizado como el uso alternativo de dos lenguas. Este hecho se verifica en las personas bilingües, que, además de en su primera lengua (la materna), tienen una competencia parecida en otra lengua y son capaces de usar una y otra en cualquier circunstancia con parecida eficacia. Al tratar con dos lenguas se manejan dos códigos distintos y, en consecuencia, dos culturas y dos visiones del mundo. Un bilingüe ideal sería el que conociera a la perfección dos lenguas, con dominio de sus niveles fonológicos y morfosintácticos, sin que en ninguno de ellos hubiera deslizamientos de la otra lengua, ya sea de vocabulario o rasgos de pronunciación.

El bilingüismo se produce en la fricción de dos lenguas en contacto y la disciplina encargada de su estudio se denomina sociolingüística. En este sentido, cuando dos o más lenguas entran en contacto se producen varios fenómenos y situaciones lingüísticas, como el trasvase de elementos de una lengua a otra (fenómenos como el sustrato o el superestrato, los extranjerismos, o los calcos semánticos); las convergencias e interferencias (adición de –s plural a la palabra italiana spaghetti, que ya es plural); o el intercambio de códigos: uso de estructuras o palabras de dos lenguas en un solo discurso o frase, como por ejemplo el spanglish.

Existen varios tipos básicos de bilingüismo:

  1. Individual: se produce cuando un solo individuo habla y entiende suficientemente dos idiomas, tanto oralmente como por escrito.
  2. Social: se produce cuando en una sociedad se hablan dos lenguas o más de forma generalizada.
  3. La diglosia: se refiere al distinto papel que dos o más lenguas representan en el grupo social que las utiliza, así como el ámbito en que lo hacen. La diglosia analiza el uso desequilibrado de dos lenguas en una comunidad bilingüe, y los rasgos que la definen son su función, su prestigio social, su herencia literaria, su forma de adquisición, existencia de una gramática, etc.

Las Lenguas de España

En España, actualmente, se hablan cuatro lenguas: el castellano, el catalán, el gallego y el vasco. Las tres primeras son románicas, derivadas del latín; la última se hablaba ya cuando los romanos ocuparon la Península Ibérica.

  • El castellano tuvo su origen en Cantabria, en un conjunto de condados que dependían del reino leonés. Se difundió con la Reconquista por el sur. Se extiende por tierras leonesas, riojanas, navarras y aragonesas, que, poco a poco, van adoptándolas a expensas de sus propias hablas. Los conquistadores y colonizadores la implantan en América y Filipinas. En los siglos XVI y XVII, el castellano alcanza su máximo apogeo literario, y con la unificación política de los reinos peninsulares empieza a denominarse español, en una visión nacionalista del Imperio que debía poseer su lengua unitaria. Hoy día ese nombre alterna con el de castellano. Actualmente lo hablan más de 400 millones de personas y es considerada la lengua oficial de nuestro país. Es una de las lenguas más uniformes del mundo, a pesar de los variados dialectos con los que cuenta.

    Rasgos propios del castellano:

    • Diptongación de la e y o tónicas: septe > siete.
    • Palatalización de los grupos cl/ pl/ fl > ll: flama > llama.
  • El catalán resultó de la evolución del latín en la región nordeste de la península. Cuenta con más de siete millones de hablantes. Su territorio comprende Cataluña, los valles de Andorra, el departamento francés de los Pirineos Occidentales, una estrecha franja limítrofe de Aragón, unas tres cuartas partes de la Comunidad Valenciana, las islas Baleares y la ciudad de Alger, en Cerdeña. Ha dado lugar a dialectos, al extenderse fuera de su territorio originario como consecuencia de la Reconquista. Dejó de contar con cultivo literario importante entre los siglos XV y XVII, eclipsado por la brillante literatura castellana, pero el Romanticismo desencadenó un nuevo auge.

    El gran problema que se planteó fue el de establecer una norma idiomática y ortográfica común. A esto ha contribuido la normalización lingüística, labor reflejada en la enseñanza, medios de comunicación, administración y en producciones culturales. La política de la Generalitat ha conseguido que el catalán sea una lengua de uso normal en todos los aspectos de la vida social.

    Rasgos del catalán:

    • Pierde la vocal final en muchas palabras: vent (viento).
    • No diptongación de la e y o tónicas: terra (tierra).
    • El grupo cl, pl, fl se mantienen: clamar.
    • Se mantiene la f inicial: filiu > fill.

    El catalán presenta variedades dialectales que se pueden agrupar en dos:

    • El catalán oriental, caracterizado porque la a y la e átonas se confunden en un solo sonido neutro.
    • El catalán occidental, donde la a y la e átonas se distinguen claramente.

    El valenciano y el balear son el resultado de la implantación del catalán en sus respectivos territorios, como consecuencia de la Reconquista. Presentan, no obstante, características fonéticas, morfológicas y léxicas propias (conservan abundantes mozarabismos y arabismos), que les confieren personalidades muy definidas, si bien no se puede decir que sean lenguas propiamente dichas; son dialectos del catalán.

  • El gallego es el resultado de la evolución del latín vulgar en el noroeste de la Península. Lo hablan más de dos millones de españoles, en gran mayoría bilingües. Las grandes ciudades como La Coruña, Lugo, Santiago, son focos de castellanización y sólo minorías cultivan el gallego.

    Las características de Galicia en el momento en que ésta se declara comunidad autónoma no son las más apropiadas para la lengua: la sociedad era principalmente agrícola, alta tasa de analfabetismo y de inmigración, donde el gallego era un signo de pobreza y baja clase social. La política de normalización lingüística ha conseguido introducir el gallego en la Administración, en la enseñanza, medios de comunicación, etc. A pesar de eso, sus resultados son distintos según las zonas (mínimo en la Coruña, máximo en Santiago).

    Rasgos del gallego:

    • Mantiene la f inicial latina: fijo.
    • No diptonga las vocales breves tónicas latinas (porta).
    • Mantiene el grupo – mb: palomba.
    • Los grupos pl, fl, cl, palatalizan en ch: chover.

    En sus variantes parecen distinguirse tres zonas: occidental, central y oriental. El gallego occidental presenta dos rasgos peculiares: la geada y el seseo. La geada consiste en la aspiración del fonema /g/, de forma que resulta semejante a la jota castellana. El seseo, por su parte, consiste en la confusión de /s/ y /θ/. El gallego central presenta tan solo algunas formas verbales específicas. Por último, el gallego oriental se caracteriza, por la evolución similar al castellano de las formas verbales: (-ades, -edes,-ides > -ais, -eis, -is).

  • El vasco tiene un origen indudablemente ajeno al latín, pues es la heredera actual de una lengua que ya existía en el territorio peninsular antes de la dominación romana. La lengua más antigua se habla en las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa. La razón de que esta lengua se salvase del naufragio general fue la independencia y aislamiento que sus hablantes consiguieron mantener durante largos siglos frente a todos los pueblos que fueron adueñándose de la península.

    Hoy se habla en la parte central y oriental de Vizcaya, zonas de Álava, Navarra y Guipúzcoa. La hablan noventa mil personas en el departamento francés de los Pirineos Atlánticos. El vocabulario vascuence contiene un alto porcentaje de voces procedentes de las lenguas que durante mucho tiempo han sido sus vecinas: el latín y el castellano; pero mantiene intactas sus características gramaticales.

    El desarrollo literario vasco ha sido escaso hasta época reciente. La Academia de la lengua vasca fue fundada en 1918 para establecer un modelo único de lengua escrita, ya que las hablas euskeras estaban muy diversificadas. Así se ha creado el euskera batua (vasco unificado), que se basa en el vasco empleado por buenos escritores modernos.

Variedades Geográficas del Castellano

La extensión del castellano o español en toda la península no supuso uniformidad total de usos lingüísticos. El proceso de normalización lingüística no pudo borrar las variedades que constituyeron una constante en la historia lingüística de la península. Especialmente en zonas rurales perduran hoy rasgos dialectales arcaicos que resultan análogos en regiones distantes, no sólo de la península, sino también en América. Todo esto nos lleva a formularnos estas dos preguntas: ¿Qué es un dialecto? ¿Qué es una lengua? La noción de dialecto tiene un carácter genético: históricamente, toda lengua es un dialecto de aquella de la cual procede. Así el castellano, el catalán, el francés… son dialectos del latín y el andaluz, canario, dialectos del castellano. El latín mismo es un dialecto del indoeuropeo. A partir de aquí hay dialectos que se transforman en lenguas y otros que siguen siendo dialectos.

El requisito fundamental para que un dialecto se convierta en lengua es tener una norma lingüística propia, un modelo ideal de lengua, al que aspira todo hablante al intentar expresarse correctamente: así, el andaluz es un dialecto del castellano porque al escribirse no refleja su habla, sino la norma castellana. Aparte, esas lenguas para ser consideradas tales, han de servir como instrumentos lingüísticos de comunidades más extensas que han desarrollado una cultura propia. Es necesario destacar, asimismo las hablas locales: son formas lingüísticas que se usan en una comarca o territorio de extensión más reducida que el dialecto. Así, una lengua sería el castellano; un dialecto el andaluz y un habla local el de Sevilla. Las diferencias entre estos conceptos no están siempre tan claras en muchos casos, de modo que para hablar de uno u otro, depende muchas veces de razones extralingüísticas como intereses políticos o reivindicaciones nacionalistas. La diversificación dialectal del castellano nos conduce a señalar una gran zona dialectal con una enorme tendencia innovadora (Andalucía, Canarias y América) y otra –la mitad norte peninsular- mucho más conservadora. Entre ambas existe una zona intermedia (Extremadura, Murcia y Castilla-La Mancha) en las que no hay seseo ni ceceo pero existen otros rasgos meridionales.

Variedades Septentrionales

Corresponden a la zona de origen y primera expansión del castellano y son las más conservadoras en cuanto a evolución lingüística. Comprende el norte de España con un límite impreciso que se podría trazar por Salamanca, Ávila, Madrid, Guadalajara, Cuenca y el norte de Albacete. A grandes rasgos, se caracterizan por la distinción entre los fonemas /s/ y /θ/ y la pronunciación no aspirada de /s/ final de palabra.

Sus rasgos característicos son:

  1. La acentuación del posesivo antepuesto al nombre: libro, casa.
  2. Pronunciación de la –d final de palabra y de la c– en el grupo ct– como –z: Verdaz, Madriz, Aztor, Reztor.
  3. Introducción de –s en la segunda persona del singular del pretérito perfecto simple: salistes, vinistes.
  4. Perdida de la d en la forma de participio: he cantao.
  5. Empleo del leísmo, laísmo y loísmo.
  6. Uso del infinitivo para la segunda persona plural del imperativo: Ser buenos y traerme la silla.

Variedades Meridionales: Andaluz y Canario

Los territorios que parten desde el sur de Ciudad Real y Albacete se consideran una modalidad dialectal innovadora, de origen no latino, que se divide en dos dialectos: el andaluz y el canario.

  1. El andaluz: debido a los distintos repobladores que se situaron allí con la Reconquista, se pueden distinguir dos zonas: el área oriental (Almería, Jaén, Granada, Córdoba y parte de Málaga) caracterizada por la pérdida de consonantes finales; y el área occidental, que se caracteriza por la aspiración de la h– inicial, la aspiración de –s final y la sustitución del vosotros por ustedes.

    Pese a estas diferencias, el andaluz presenta rasgos comunes en todas sus zonas que podrían resumirse en los siguientes:

    • Ceceo y seseo.
    • El fonema africado /ʧ/ se pronuncia fricativo: mushasho.
    • Neutralización de líquidas implosivas: er cielo.
    • Caída de oclusivas sonoras intervocálicas: Graná, miaja.
    • Apócope de la –d final: verdá.
    • Sustitución de os por se: ¿Ya se vais?
    • Empleo de diminutivos –illo, –illa, –ico, –ica.
    • Introducción en el léxico de abundantes gitanismos y arabismos.
  2. El canario: tiene muchos rasgos comunes con el andaluz debido a que Canarias actuó como plataforma para los viajeros a América. Al mismo tiempo, recibe también las influencias lingüísticas del otro continente, por eso hay una importante similitud en la entonación con algunas variedades americanas. El canario comparte con el andaluz: el seseo, la aspiración de –s implosiva, el yeísmo y la neutralización de –r y –l implosivas.

    El canario se caracteriza además por:

    • La aspiración de h– inicial y –s final de sílaba.
    • La pronunciación de ch– casi como y: muyayo.
    • La sustitución de “vosotros” por “ustedes” (rasgo coincidente con el andaluz occidental).
    • Confusión de r y l al final de sílaba: calpintero.

Variedades de Transición

Se agrupan bajo esta denominación el extremeño y el murciano, que se hablan en los territorios intermedios entre las zonas norteñas y meridionales y que, por tanto, comparten rasgos lingüísticos de ambas variantes.

  1. El extremeño: es una variedad con una importante influencia histórica del leonés y con una influencia constante del castellano y del andaluz.

    Los rasgos esenciales se resumen en:

    • Se caracteriza por la aspiración de la –s implosiva.
    • Aspiración de g– o j– /x/: muhér.
    • Cierre de las vocales –o y –u finales.
    • Pérdida de la –e en la tercera persona del singular del presente: tien, vien.
    • Diminutivos en –ino, –ina: muchachino.
    • Pérdida de la –d– intervocálica: he comío.
  2. El murciano: Murcia fue un punto de encuentro de aragoneses, castellanos, valencianos y mozárabes. Por tanto, se trata de otra habla de tránsito al compartir rasgos con el aragonés, el valenciano (catalán) y el andaluz (por su proximidad geográfica).

    Sus rasgos más característicos son:

    • Seseo, sobre todo al final de sílaba: lus, asento.
    • Se caracteriza también por la aspiración de –s implosiva: ehpada en lugar de espada.
    • Confusión –r y –l implosiva: galganta.
    • Palatalización de l– (pronunciarla como ll-): llingua (lengua).
    • Pérdida de consonantes sonoras intervocálicas ej. –b-, –d-.
    • Diminutivos en –ico: bonico.
    • Presencia de sonidos nasales: muncho.

    Por último, estamos en la obligación de citar, aunque sea solo de manera superficial, el habla castellano-manchega como variedad meridional que, a causa de los avatares históricos que ha sufrido, encontramos en ella influencias de otros dialectos como el murciano, el aragonés, y también de lenguas como el valenciano y la lengua mozárabe. Debido a su profundo conservadurismo se conservan palpables huellas del latín y del árabe.

El Español de América

Llamamos español de América al muy diverso conjunto de variedades dialectales del castellano hablado a lo largo del continente americano: desde Estados Unidos hasta el extremo septentrional de Chile y Argentina, el español es la lengua materna de más de trescientos millones de personas y lengua oficial de la mayor parte de los Estados Unidos de América Central y del Sur.

No es una unidad homogénea por la zona tan extensa de países hispanohablantes. Tampoco se puede establecer una caracterización del español americano frente al que se utiliza en España, pues son escasos los fenómenos dialectales que no tienen algún correlato en la Península o en Canarias.

  • Rasgos dialectales:

    a) Fónicos:

    • Seseo.
    • Yeísmo.
    • Aspiración de –s en posición final de sílaba y palabra.
    • Confusión de –l y –r final de sílaba y palabra.
    • Aspiración de j y de g.

    b) Morfosintácticos:

    • Voseo.
    • Ausencia de los fenómenos de leísmo, loísmo y laísmo.
    • Uso de sufijos.
    • Formas verbales.
    • Adverbios, proposiciones y conjunciones.