Evolución del Teatro Español Tras la Guerra Civil: De la Evasión a la Renovación

El Teatro Español Tras la Guerra Civil: Un Periodo de Transformación

Teatro Posterior a la Guerra Civil: La Renovación del Teatro

Entre 1936 y 1939 se desarrolló una literatura de propaganda ideológica tanto en el bando nacional como en el republicano (Miguel Hernández, Teatro de guerra) y continuaron algunas de las líneas dramáticas iniciadas en la etapa anterior. Además, por causa de la Guerra Civil muchos escritores se marcharon al exilio.

Años Cuarenta: Evasión y Comedia Burguesa

En los años cuarenta triunfan en los escenarios la comedia burguesa (Benavente y sus seguidores) y el teatro de humor (Eloísa está debajo de un almendro, de Enrique Jardiel Poncela; Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura), que tenían como rasgo común la evasión de la realidad de la época.

Años Cincuenta: Inquietudes Existenciales

En los años cincuenta, junto al teatro comercial, aparecen inquietudes existenciales en escritores como Lauro Olmo, Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.

Antonio Buero Vallejo: Profundidad y Simbolismo

En las obras de Antonio Buero Vallejo se reiteran temas (la denuncia de la injusticia, el inconformismo, la búsqueda de la verdad y la lucha por la libertad) así como la utilización de espacios y otros elementos reales con función simbólica; los personajes con limitaciones físicas; la oposición entre personajes contemplativos y activos; la dimensión universal de las obras; el deseo de ahondar en aspectos de la naturaleza humana (la soledad, la felicidad, el amor, la hipocresía); la recuperación de la función catártica de la tragedia clásica; la utilización del fenómeno de inmersión… Pueden distinguirse tres etapas en su teatro.

Etapas de Buero Vallejo

  • Primera etapa: Existencial, comienza con Historia de una escalera y continúa con obras como En la ardiente oscuridad, en las que unos personajes se mueven entre ilusiones y esperanzas en su deseo de escapar de la triste realidad. Abundan en ellas los símbolos, los ingredientes fantásticos y el ambiente de misterio.
  • Segunda etapa: De crítica social, predomina el drama histórico (Un soñador para un pueblo): la ambientación histórica es un recurso para sortear la censura ya que lo que hace es trasponer los problemas actuales al pasado. La crítica social es un rasgo característico de otras piezas de esta época como: La doble historia del doctor Valmy y El tragaluz.
  • Tercera etapa: En sus obras posteriores a 1970 (La Fundación) la preocupación existencial y social se conjuga con el deseo de innovación formal, en consonancia con la literatura de la época.

Alfonso Sastre: Denuncia Social y Renovación Formal

El teatro de Alfonso Sastre se caracteriza por una actitud de denuncia social animada por una fuerte voluntad de renovación formal. Trata temas como la libertad, la culpa, el arrepentimiento y recoge elementos de la tragedia clásica, del esperpento y del teatro épico de Brecht. Tras unas primeras tentativas dramáticas, en su teatro de los años cincuenta (Escuadra hacia la muerte, La mordaza) son habituales las consideraciones morales, existenciales y metafísicas; se percibe la huella del existencialismo francés y, aunque no se aparta mucho de los moldes del teatro realista, introduce novedades, como el carácter simbólico de algunos espacios, personajes o argumentos o la fragmentación en diversos cuadros. A las obras que escribe en los años sesenta las denomina tragedias complejas (la Taberna fantástica) y con ellas persigue una catarsis que implique una toma de conciencia por parte del público. En estas obras se acentúa la preocupación social; se incorpora un humor de situación, negro y profundo; se presentan unos héroes irrisorios.

Años Sesenta: Teatro Experimental y Renovador

Durante los años sesenta, junto con el teatro más comercial (Alfonso Paso, Antonio Gala), se desarrolla un teatro renovador, experimental que busca un nuevo lenguaje dramático basado en el espectáculo, en la escenografía y en las técnicas audiovisuales. Entre los temas más frecuentes destacan la realidad contemporánea, la injusticia social, la pobreza, la soledad y la incomunicación en el mundo moderno. Es un teatro minoritario.

Figuras Clave del Teatro Experimental

En esta época destacan Fernando Arrabal, creador del teatro pánico (Pic-nic); y Francisco Nieva (Pelo de tormenta) junto con autores simbolistas. En este teatro de renovación también tienen protagonismo los grupos de teatro independiente, que realizan espectáculos de gran impacto social, muchas veces en lugares poco habituales (fábricas, la calle…). Algunas de estas agrupaciones alcanzaron gran repercusión: Els Joglars (Ubú president), Els Comediants y Dagoll Dagom en Barcelona; Los Goliardos, Tábano en Madrid; Teatro Circo en Galicia, etc.

Teatro Tras la Muerte de Franco: Diversidad y Nuevas Tendencias

Tras la muerte de Franco, las tendencias teatrales son muy diversas, pero dominan la comedia burguesa renovada y el teatro neorrealista (¡Ay Carmela!, de José Sanchis Sinisterra; Bajarse al moro, de José Luis Alonso de Santos). El teatro independiente experimentó un notable declive. La mayor parte de los grupos desaparecieron o sirvieron de embrión para las compañías teatrales promovidas desde las administraciones; sin embargo, han pervivido con éxito algunos (Els Joglars, Els Comediants, Dagoll Dagom) y han aparecido otros: El tricicle, La Fura dels Baus o La Cubana. Finalmente, entre las últimas promociones de dramaturgos destacan Ernesto Caballero, Paloma Pedrero, Juan Mayorga…