Historia: Población, Economía Agraria y Régimen Señorial
La Transición Demográfica
La Europa del Antiguo Régimen se caracterizaba por la persistencia de un régimen demográfico que dificultaba el crecimiento de la población. Aunque la natalidad era muy elevada, la mortalidad también lo era, por lo que la población crecía poco.
La población europea atravesó tres fases básicas. En el siglo XVI, la población experimentó un crecimiento moderado. El siglo XVII fue un siglo de crisis debido a la incidencia de las guerras, las epidemias y el hambre, lo que produjo un estancamiento en todo el continente, excepto en algunas zonas como Inglaterra. Durante el siglo XVIII, la población europea experimentó un notable crecimiento, sobre todo en la segunda mitad.
El aumento demográfico del siglo XVIII se debió a que las tasas de natalidad siguieron siendo muy altas, pero la de mortalidad descendió. En la segunda mitad del siglo XVIII se modificó el régimen demográfico de Europa y se pasó a uno nuevo caracterizado por la expansión continua de la población. Aumentó la demanda de productos básicos de consumo, por lo que fue necesario elevar la producción, lo que favoreció el crecimiento de la economía.
1.2. La Economía Preindustrial de Base Agrícola
Durante la Edad Moderna, Europa mantuvo una economía preindustrial, el sector más importante era el primario, mientras que la industria tenía una base artesanal. La mayor parte de los ingresos familiares se destinaban a cubrir necesidades básicas.
En la Edad Moderna, más del 80% de la población vivía en el campo y se dedicaba a la agricultura y ganadería. Sin embargo, la agricultura era muy poco productiva, la mayoría de los campesinos vivían en condiciones de escasez.
La escasa productividad de la agricultura se debía al atraso tecnológico, los fenómenos naturales y el predominio de la propiedad señorial de la tierra. Sin embargo, esta pobreza contrastaba, desde el siglo XVIII, con áreas de Europa que experimentaron cierta modernización.
En el continente se dieron dos sistemas principales: el de campos abiertos y el de cercamientos.
- Los campos abiertos (openfield) eran grandes extensiones de terreno, que podían ser de propiedad individual o colectiva. Se dedicaban al cultivo de cereales fundamentalmente. Este sistema predominó en toda Europa.
- Los cercamientos (bocages) son parcelas individuales delimitadas por vallas o setos, en las que se daban cultivos más diversificados. Típico de la Europa atlántica, de las Islas Británicas y norte de Francia.
En toda Europa existían tierras de propiedad comunal, de las que se beneficiaban todos los habitantes y que solían ser zonas de bosques y pastos para el ganado.
El limitado desarrollo de la ganadería no permitía la producción de carne y leche para alimentar a la población, cuya dieta se componía de trigo y otros cereales.
El Régimen Señorial
Buena parte de la tierra era propiedad de los señores feudales, laicos o eclesiásticos y cuyas posesiones recibían el nombre de señoríos. Podían ser de dos tipos:
- Señorío territorial: cuando el señor poseía la propiedad de la tierra. Los campesinos debían pagar unas rentas por la explotación de sus parcelas.
- Señorío jurisdiccional: cuando en un territorio el señor ejercía la justicia, nombraba cargos o percibía impuestos por el uso de los monopolios señoriales.
Las Cargas Impositivas sobre los Campesinos
Los campesinos pagaban muchos impuestos durante el Antiguo Régimen.
- Al rey debían abonarse impuestos directos sobre las rentas. En algunos países, los campesinos debían trabajar de forma gratuita.
- Los campesinos debían pagar a los señores por el derecho de explotación de la tierra y por otros derechos señoriales, como el uso de los molinos, puentes, almacenes de grano, etc.
- Los campesinos tenían que entregar al clero el diezmo eclesiástico, o sea, el 10% de la cosecha.
Los campesinos no tenían siempre que pagar los tres tipos. Muchas tierras estaban exentas de la tributación real, mientras que en las tierras de la corona no tenían cargas señoriales.
Durante la Edad Moderna, los impuestos crecieron de forma continua, porque las necesidades financieras de la monarquía fueron en aumento, a causa de las incesantes guerras y del incremento de las administraciones y la burocracia. Estos factores a menudo originaban protestas campesinas.
La Industria Artesanal
La Persistencia del Sistema Gremial
La actividad manufacturera estaba controlada por los gremios de origen medieval, agrupaciones de artesanos que controlaban en régimen de monopolio: la cantidad de materias primas, el número de artesanos y talleres, las zonas de venta y hasta el precio final de los productos.
La artesanía presentó pocos avances y escasa innovación tecnológica hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Los artesanos trabajaban en pequeños talleres.
Nuevas Formas de Producción
Desde el siglo XVII se desarrolló el sistema de trabajo a domicilio (domestic system). Un inversor capitalista compraba materias primas y las repartía en los hogares campesinos en los meses de descanso agrícola. Allí se realizaba el producto y luego el inversor lo recogía y lo comercializaba a precio libre. Esto permitió aumentar la producción, reducir los precios y satisfacer la creciente demanda de mercancías.
Otros sistemas industriales en la Europa del siglo XVIII fueron las grandes fábricas patrocinadas por el Estado. En España recibieron el nombre de manufacturas reales o reales fábricas. Su éxito fue escaso, salvo en ciertos productos de lujo, como tapices en los que alcanzaron una gran maestría.
El Comercio
El comercio fue quizá el sector económico que más desarrollo alcanzó a lo largo de la Edad Moderna, especialmente el gran comercio internacional.
El Gran Comercio Internacional
El comercio internacional vivió una gran transformación en la Edad Moderna por la expansión colonial y el aumento de la demanda.
Muchos estados europeos conquistaron territorios fuera de Europa y crearon grandes imperios. Fue el caso de España, Portugal, Francia, Inglaterra y las Provincias Unidas. Estas establecieron monopolios de comercio, que estaban controlados por grandes compañías privilegiadas, patrocinadas por los gobiernos.
Las más importantes fueron las compañías de Indias española y portuguesa.
El Comercio Interior
El comercio interior se desarrollaba en ferias anuales y mercados semanales, siguiendo una tradición de origen medieval. Mientras los mercados eran centros de comercio local o regional, las ferias abarcaban intercambios nacionales incluso internacionales. También había un comercio itinerante que realizaban los buhoneros y vendedores ambulantes.
2. La Sociedad de los Privilegios
La sociedad europea del Antiguo Régimen ha sido definida como aristocratizante porque los valores del estamento noble eran los dominantes y porque la división social se basaba en el estamento jurídico.
La sociedad se dividía en tres estamentos: la nobleza, el clero y el tercer estado o pueblo llano. Los dos primeros gozaban de grandes privilegios (no pagaban impuestos directos, tenían leyes y tribunales propios, poseían las tierras, dominaban los cargos de la administración, etc.).
Mientras, el pueblo llano se ocupaba de las actividades productivas y disponía de sus recursos y fuerza de trabajo para sobrevivir.
Los privilegiados eran una minoría. Era una sociedad basada en la desigualdad de origen, pues se nacía en un estamento y era muy difícil cambiar de posición social. Esta división social, rígida y desigual, generó la oposición de ciertos grupos, echaron raíces ideas reformistas y revolucionarias, que estallaron en Francia en 1789.
2.1. Nobleza y Aristocracia en Europa
El siglo XVIII fue el siglo del ascenso burgués, pero también el del auge de la nobleza europea. La sociedad de los siglos XVI al XVIII estaba dominada por los valores y gustos aristocráticos, que se consideraban el modelo a seguir.
Se consideraba noble porque tenía una serie de privilegios por nacimiento. Había nobles ricos y muy pobres, nobles que ocupaban altos cargos y otros que no tenían ninguna influencia.
El nivel más alto de la nobleza era la aristocracia, integrada por las grandes familias, las más ricas y poderosas, a las que se reservaban los altos cargos de la administración y del ejército.
Los aristócratas despreciaban a los grupos inferiores y el trabajo productivo. Durante el siglo XVIII, el poder de la aristocracia creció, mientras que la situación del resto de la nobleza se debilitó. Esto acercó las posiciones de la alta burguesía y de la nobleza.
2.2. El Clero
El clero era también un estamento privilegiado. Lo integraban dos grupos: el clero regular y el secular. El clero regular eran los monjes y monjas miembros de las órdenes monásticas y religiosas. El clero secular comprendía el resto de los miembros de la Iglesia (curas de todo tipo, canónigos seglares, etc.).
Tampoco pagaban impuestos, tenían leyes y tribunales propios y otra serie de privilegios. Muchas tierras que eran propiedad de la Iglesia, recibían el diezmo o décima parte de la cosecha de todos los campesinos.
Dentro del clero también había gran diversidad. Mientras que el alto clero (cardenales, arzobispos y obispos) tenían un gran poder económico y político y controlaban grandes riquezas.
La carrera eclesiástica era la vía para poder acceder desde el estado llano a un estamento privilegiado.
2.3. El Pueblo Llano o Tercer Estado
El pueblo llano comprendía a la inmensa mayoría de la población y la componían grupos de muy diferente condición que solo compartían una característica: carecían de privilegios jurídicos y económicos.
La Burguesía
La mejor posición dentro del tercer estado correspondía a la burguesía, un grupo muy amplio que incluía a comerciantes, propietarios de los talleres y otros negocios. Este grupo representaba el espíritu de iniciativa económica. Muchos burgueses enriquecidos intentaron ascender socialmente a través del matrimonio con personas de la nobleza.
Otros Grupos Urbanos
El último grupo social eran los marginados, que vivían aprovechando las oportunidades según surgían.
El Campesinado
Aproximadamente un 80% de la población europea durante el Antiguo Régimen era campesina. La tierra estaba en manos de la nobleza y el campesinado las trabajaba como vasallos, siervos o arrendatarios. Los campesinos pasaban sus vidas sin moverse de su lugar de nacimiento. Los niveles de la simple subsistencia apenas se superaban y desconfiaban de lo nuevo y lo foráneo.
Pero esta situación no evitó los conflictos sociales en el mundo rural, casi siempre por la desigual distribución de la propiedad de la tierra, los impuestos y las malas cosechas.
3. El Absolutismo y su Práctica de Gobierno
La monarquía era la forma de gobierno que dominó Europa desde el siglo XVI hasta finales del XVIII. La monarquía absoluta en la que el rey tenía en teoría todos los poderes del Estado sin ninguna limitación.
3.1. La Monarquía Absoluta y sus Límites
Las monarquías absolutas eran muy poderosas: los reyes absolutos dirigían personalmente la política y la acción de gobierno sin necesitar el consentimiento de asambleas representativas; contaban con gobiernos e instituciones centralizadas ajenas a los poderes locales (municipios, provincias); y tenían un ejército permanente y una burocracia capaces de imponer las decisiones del monarca en todos los rincones de su reino y de someter la desobediencia a su poder.
El poder del rey estaba limitado por tres aspectos sustanciales:
- La resistencia de los diversos poderes locales a las demandas del gobierno central.
- Falta de un control eficaz de los reyes sobre las tareas de gobierno.
- La promulgación de ciertas leyes y el establecimiento de nuevos impuestos debían contar con la aprobación de asambleas representativas.
Las grandes monarquías disponían de un poder restringido basado en la cooperación o el consentimiento con los poderes locales y grandes señores.
La Práctica de Gobierno Absoluto
Para gobernar eficazmente, los reyes hicieron dos cosas: intentaron ampliar el control sobre sus territorios y, por otra, cooperaron con quienes poseían el poder.
Los reyes absolutos crearon nuevos funcionarios con el objetivo de asentar su poder a nivel local.
Pero estas medidas fueron insuficientes. Por ello, los reyes tenían que buscar la alianza de los poderosos. Asimismo, se mantuvo el sistema fiscal, por lo que la nobleza y el clero siguieron sin pagar impuestos, ni tan siquiera la justicia era impartida exclusivamente por el rey.