Nietzsche: Contexto Histórico-Cultural
El siglo XIX es el siglo de las revoluciones: a partir de la Revolución Francesa (1789), las revoluciones liberales-burguesas se inician en Francia y se expanden por todo el continente. Ello supone el hundimiento del Antiguo Régimen y la transformación industrial de Europa.
Al mismo tiempo, el mapa de Europa se va moldeando por la fuerza de los nacionalismos que, a finales de siglo, darán lugar a los imperios coloniales.
En el terreno cultural, el siglo XIX aparece dominado por dos corrientes: en su primera mitad, el Romanticismo, que aparece como reacción contra la Ilustración, exalta lo pasional frente a lo racional, se recrea en la tradición y el pasado histórico frente al progreso; en la segunda parte del siglo, el Positivismo, construido a partir de los hechos y de la ciencia, que en el arte tiene su paralelo en el realismo literario y en el impresionismo pictórico.
Contexto Filosófico
- Los sistemas filosóficos del siglo XIX más relevantes son: Fichte, Schelling y Hegel. Idealismo absoluto. Las vertientes del sistema hegeliano: Derecha e izquierda.
- El materialismo histórico de Marx constituye una inversión del sistema hegeliano al atribuir a la materia la dinámica interna de la Idea. La lucha de clases es el motor de la historia.
- El Positivismo de Comte es una teoría del saber que se refiere exclusivamente a los hechos y renuncia a las grandes construcciones metafísicas. El auténtico saber es el saber científico al servicio de la humanidad. Orden social basado en la ciencia que se encamina hacia la sociedad positiva.
El final del siglo XIX marca ya la transición hacia el siglo XX de la mano de una posición hacia el positivismo: el vitalismo. El vitalismo arranca de la consideración de “la vida como la realidad radical”. La vida puede entenderse en sentidos muy diversos, de este modo aparecen agrupados bajo el nombre genérico de vitalismo autores tan dispares como Nietzsche, Ortega y Gasset y Bergson.
Nietzsche nació en Röcken, hijo de un pastor protestante. Estudió filología y teología. A los 25 años llegó a ser catedrático de filología clásica en Basilea.
Podemos señalar tres etapas en su obra:
- Estética o romántica: Con clara influencia de Schopenhauer y Wagner y de inspiración heraclitiana.
Posición Filosófica de Nietzsche
Desarrollo del Pensamiento
Punto de partida: La conciencia de su debilidad y enfermedad, el problema del mal y del sufrimiento en su propia carne, le lleva al:
1. Principio fundamental: La afirmación de la vida intensamente, constantemente, obsesivamente.
Justificación del principio:
a) La busca él en la cultura griega, los dos principios que componen la realidad, la vida y que están representados en la tragedia griega son:
- Apolíneo: Apolo es el dios de la luz, del arte clásico, de la armonía, el equilibrio y el orden. Representa a la razón.
- Dionisíaco: Dionisio es el dios del vino, la música, la poesía. Representa la pasión.
b) Se confirma en sus obras y en su propia biografía.
c) Se plasma de algún modo en la ley del Eterno Retorno.
2. Consecuencias: Este principio lleva a Nietzsche a:
- La contradicción radical a cuanto se opone a la vida: al principio de la razón que Nietzsche ve plasmado en la cultura occidental: filosofía metafísica, superioridad de la razón, distinción entre apariencia/realidad, fenómeno/noúmeno; el cristianismo; la moral cristiana y a toda religión positiva o natural que vaya en el mismo sentido. Así, el resentimiento es la reacción interna de odio y venganza reprimidas ante la propia debilidad e impotencia, que se atribuye a otro, al que se constituye en enemigo. Es la raíz de la moral de esclavos, inventada y mantenida por la casta sacerdotal judeocristiana y la culpa que en principio significa deuda.
Por tanto: Para afirmar la vida hay que destruir los valores vigentes que son, en la cultura occidental, la expresión de la razón contra la vida.
3. Se impone entonces la aparición del superhombre que se encargará de transmutar todos los valores antiguos (voluntad de poder) y construir un nuevo mundo de valores.
Su filosofía es una crítica destructiva hacia todos los valores tradicionales:
- Crítica a la metafísica: Ontología y Gnoseología.
- Crítica a la moral: Antinatural.
- Crítica a la ciencia: Matematización.
- Crítica a la religión: Miedo.
Toda crítica conduce a la “muerte de Dios“.
Actualidad del Pensamiento de Nietzsche
Aunque Nietzsche pasa por ser fundamentalmente un crítico de los valores tradicionales, no es posible afirmar que su obra sea negativa. Su obra representa un intento por elaborar una nueva filosofía como alternativa a la que critica.
Expresar el complejo pensamiento de Nietzsche resulta difícil; más aún cuando generalmente presenta su pensamiento en un lenguaje inusual en filosofía.
Su intención no es convencer al lector, sino obligarle a que tome opciones frente al problema que plantea. Su logro está en la capacidad de llevar los temas hasta sus últimas consecuencias, de mostrar lo irracional de las premisas inamovibles del pensamiento humano.
Dice Fernando Savater en Idea de Nietzsche: “Lo que siempre me ha interesado de Nietzsche es su carácter dinamizador, su peculiarísima utilidad como vitamina intelectual. Me parece evidente que no pueda uno alimentarse sólo de Nietzsche, pero el pensamiento contemporáneo que le ignora o le rechaza padece irremediablemente anemia”.
La imagen de Nietzsche ha ido cambiando: a principios del siglo XX aparecía como el diagnosticador genial de la decadencia cultural, descubridor del resentimiento. Más recientemente se aplica a él su refinada psicología del desenmascaramiento del ideal de perfección. Dirá que no es en el fondo más que el deseo de poder despreciar a los demás. Por lo demás, Nietzsche, junto con Marx y Freud, es uno de los fundadores de la llamada filosofía de la sospecha, cuya tesis principal afirma que ciertas manifestaciones teóricas que pasan por ser racionales son, en realidad, expresiones conscientes de motivos inconscientes e irracionales: así, para Marx, las ideologías sociales expresan los intereses ilegítimos de las clases dominantes; para Freud, las representaciones que nos hacemos de nosotros mismos y del mundo son de pulsiones psíquicas inconscientes; para Nietzsche, las arquitecturas de la razón nacen de esa enfermedad de la voluntad llamada ideal ascético.
Hay que reconocer su ingenio agudo en su interpretación de las cosas. Su estilo aforístico, su gusto por las imágenes más que por los conceptos atrae, seduce, cautiva, pero también hace que se le interprete de múltiples maneras.