Influencia de la Publicación de Libros en la Civilización: De la Antigua Atenas al Renacimiento

El primer caso conocido tuvo lugar en el 488 a.C. y el último en el 417 a.C. Todos los casos fueron trágicos para los grandes hombres que fueron desterrados. Este período casi coincide con el período de las mayores obras de la tragedia ateniense, con el período de Esquilo, Sófocles y Eurípides, que más tarde se exilió.

La Influencia de Homero en la Cultura Ateniense

Por lo tanto, según mi hipótesis, la primera publicación en Europa fue la publicación de Homero, y este afortunado hecho estimuló el cariño de los griegos hacia Homero y los héroes homéricos, la cultura popular y la democracia ateniense. Pero creo que hizo aún más. Por supuesto, Homero ya era popular antes; y casi todas las pinturas de las vasijas habían sido desde tiempo atrás ilustraciones de su obra. Y también muchas esculturas. El propio Homero pintó con palabras de forma detallada y realista escenas tan expresivas e interesantes, como ha señalado Ernst Gombrich, lo que animó a escultores y pintores a imitarle en sus respectivos medios. Y el desafío se hizo aún mayor con la difusión del conocimiento detallado del texto homérico. De ahí que no pueda negarse la influencia del poder de la lectura sobre las artes. La influencia de los temas homéricos sobre los autores atenienses de tragedias es evidente, e incluso en los pocos casos en que utilizaron temas no homéricos, siguieron escogiendo temas con los que su audiencia estaba familiarizada. Puedo afirmar así que la influencia cultural del mercado del libro fue inestimable. Sin duda, todos los elementos del milagro cultural ateniense estuvieron muy influidos por este mercado.

El Impacto de la Imprenta: Del Milagro Ateniense al Renacimiento

Pero como colofón de todos estos argumentos, disponemos de una suerte de experimento histórico. El gran invento que, por así decirlo, repitió a escala mucho mayor el invento de la publicación de libros fue el invento de la impresión de libros por Gutenberg, dos mil años después del invento de Pisístrato de la publicación de libros. Es interesante constatar que, aun cuando la invención tuvo lugar en la Europa septentrional, la mayoría de los impresores que adoptaron la técnica pronto la llevaron al Mediterráneo, a Italia. Y allí desempeñaron un papel decisivo en ese nuevo gran movimiento denominado Renacimiento, que incluyó el desarrollo de la nueva erudición humanista y de la ciencia nueva que finalmente transformó toda nuestra civilización.

Similitudes entre el Auge Cultural de Atenas y el Renacimiento

Éste fue un movimiento a escala mucho mayor que el movimiento que denominé «el milagro ateniense». Ante todo, fue un movimiento basado en una edición de libros mucho mayor. En el año 1500, Aldo Manuzio imprimió ediciones de 1.000 ejemplares. Obviamente, lo más destacado de esta nueva revolución fue el número de ejemplares impresos. Pero, por lo demás, hay una sorprendente analogía, o semejanza, entre lo que comenzó en Atenas, digamos que en el año 500 a.C. y desde allí se extendió al Mediterráneo, y lo que aconteció en Florencia o Venecia, digamos que en el año 1500 de nuestra era. Y los nuevos eruditos humanistas eran conscientes de esto: deseaban renovar el espíritu de Atenas, y se sentían orgullosos de su capacidad para conseguirlo, y de su éxito en tal empeño.

El Papel de la Especulación Científica y la Contribución Árabe

Al igual que en Atenas, posteriormente en la Magna Grecia -y en especial en Alejandría, pero en realidad a lo largo de todo el Mediterráneo- la especulación científica y, en particular, cosmológica desempeñó un importante papel en estos movimientos. Los matemáticos del Renacimiento, como por ejemplo Commandino, consiguieron recuperar las obras perdidas de Euclides, Arquímedes, Apolonio, Papus y Ptolomeo, pero también de Aristarco, lo cual condujo a la Revolución Copernicana y con ello a Galileo, a Kepler, a Newton y a Einstein. Si es correcto denominar a nuestra civilización como la primera civilización científica, ésta procede del Mediterráneo y -según he argumentado aquí- de la publicación de libros en Atenas, y del mercado de libros ateniense.

En esta exposición he omitido por completo la aportación de los árabes, que trajeron al Mediterráneo el sistema de numeración indio. Es mucho lo que dieron los árabes, pero recibieron tanto como dieron, si no más, cuando llegaron al Mediterráneo.

La Civilización Libresca y la Importancia del Individuo

En realidad, nuestra civilización es una civilización libresca: su tradicionalismo y originalidad, su seriedad y sentido de la responsabilidad intelectual, su inigualada fuerza imaginativa, y su creatividad, su comprensión de la libertad y su tutela de ésta son activos que descansan en nuestro amor a los libros. Confiemos que las modas pasajeras, los medios de comunicación y los ordenadores nunca malogren o debiliten nuestra íntima vinculación personal con los libros.

Pero no deseo terminar con libros, por importantes que sean para nuestra civilización. Lo más importante es no olvidar que una civilización consiste en hombres y mujeres individuales civilizados, en individuos que desean llevar una vida buena y civilizada. Éste es el fin al que deben contribuir los libros y nuestra civilización.