Evolución Política y Social de Al-Ándalus: Desde la Conquista hasta la Caída de Granada

El Emirato Independiente de Córdoba (756-929)

El emirato independiente ya no estaba sometido al califa. Con la ayuda de otros omeyas, formó la base política, administrativa y militar del nuevo estado. La política estaba orientada a conservar los territorios, aunque se realizaron aceifas, expediciones militares, para evitar el desarrollo militar de los reinos cristianos del norte y conseguir un botín de guerra. Se organizó la administración y se corrigió la recaudación de impuestos, lo que permitió la creación de un ejército mercenario permanente. Los problemas sociales con la población muladí y mozárabe ocasionaron diversas revueltas, a las cuales también se enfrentaron los emires sucesores como Hisham I y Al-Hakam I. La inestabilidad política y la debilidad del poder marcaron la última etapa del emirato.

El Califato de Córdoba (929-1031)

El emirato sufría una gran crisis y estaba amenazado por los reinos cristianos. Llegó al poder Abd-al-Rahman III. Sus victorias le otorgaron el prestigio para proclamarse califa, consiguiendo así la total independencia de Damasco. Fortaleció la estructura del Estado, disponía del poder religioso, político y militar. Creó puestos administrativos como los hachib y los valíes, y formó un potente ejército. A su muerte, fue sustituido por Al-Hakam II. Este fomentó la intelectualidad y el arte. Con su muerte comenzó el fin del califato. Los califas sucesores perdieron el poder y quedaron con un poder simbólico. El que gobernaba era el hachib, Al-Mansur (Almanzor). Este tenía el poder político y militar. Consolidó un nuevo ejército para asegurar su poder a nivel interno y realizó campañas militares contra los reinos cristianos llamadas racias. Incluso saqueó Santiago, lo cual produjo un gran daño psicológico, aparte del físico. Estas guerras las justificó como la guerra santa. Cuando murió, sus hijos acabaron perdiendo el poder en 1009, lo que llevó a una gran guerra civil entre bereberes, árabes y mercenarios. La debilidad del califato hizo que desapareciera y surgieron pequeños estados independientes, llamados taifas, enfrentados entre sí.

Los Reinos de Taifas y la Dominación Almorávide (Siglos XI-XII)

El número de taifas se redujo con el paso del tiempo porque los grandes absorbieron a los pequeños. Con la amenaza expansiva de los reinos cristianos, las taifas buscaron ayuda en los almorávides. Eran bereberes del norte, practicantes fieles al Islam, y al mando de Yusuf ibn Tashfin derrotaron a los castellanos en Sagrajas. Siguieron avanzando hasta ser frenados por el Cid en Valencia en 1094. Su dominio se basaba en la ocupación militar y la imposición de una religión ortodoxa. Con el tiempo, se produjeron revueltas contra los almorávides y aparecieron los segundos reinos taifas.

El Imperio Almohade y el Reino Nazarí de Granada (Siglos XII-XV)

Algunos reinos taifas volvieron a pedir ayuda a los almohades. Su invasión empezó en 1146. Fue lenta y difícil. Tras la derrota en las Navas de Tolosa en 1212 frente a Alfonso VIII, se debilitó a los almohades. Tras la pérdida de Granada contra Fernando III, aparecieron los terceros reinos taifas en el sur de la península, hasta que solo quedó Granada. Se consolidó la dinastía de los nazaríes. Su dominio fue gracias a la hábil gestión diplomática, la cohesión de su reino y la llegada de andalusíes procedentes de taifas extinguidas. Llegó a su máximo esplendor con el reinado de Yusuf I y Muhammad V, pero siempre vasallo de Castilla, hasta que la unión de Castilla y Aragón produjo el pacto de rendición de Granada, desapareciendo la cultura musulmana.

La Crisis del Imperio Romano y el Reino Visigodo

A partir del siglo III, el Imperio Romano se sumergió en una crisis importante. Las causas económicas fueron la escasez de mano de obra esclava. Las causas políticas y militares fueron la inestabilidad imperial; los emperadores duraban poco y las provincias debían defenderse solas. Esta situación dio lugar a la desaparición de una autoridad capaz de mantener todo unido, y los pueblos romanos intentaron la separación del Imperio. El Imperio quedó dividido en dos: uno gobernado por romanos y otro por visigodos.

El Reino Visigodo de Toledo

  • Los visigodos estaban gobernados por una monarquía que era elegida por los nobles. Esto originaba luchas entre ellos por la corona.
  • Los reyes visigodos disponían de todo el poder, pero lo compartían con instituciones como el Aula Regia o los Concilios de Toledo.
  • La sociedad visigoda era rural a causa de la crisis en las ciudades heredadas del Imperio Romano. La tierra era la base de la economía, las cuales eran de nobles y se arrendaban a campesinos.
  • Los pequeños propietarios se refugiaban en la protección de la nobleza a cambio de propiedades o trabajo.

Al-Ándalus: La Conquista y el Emirato Dependiente (711-756)

La conquista de Al-Ándalus se produce debido a la mala administración y los problemas internos del estado visigodo, y la rapidez con la que se expandía el Islam.

El emirato dependiente (714-756) comienza con la conquista de la península, exceptuando la parte cantábrica. Córdoba se convierte en la capital y el gobierno es dirigido por un emir subordinado del califa de Damasco. El primer emir fue Abdelaziz (714-716), que continuó con la conquista por el norte. A su muerte, surgieron rivalidades entre la aristocracia árabe y conflictos con los bereberes por su discriminación, pero ello no paró el impulso conquistador hasta que la derrota de Poitiers en 732 frente a los francos puso fin a las expediciones.

Problemas Internos y la Revuelta Bereber

Los gobernadores tenían que enfrentarse a dos problemas comunes: la recaudación fiscal y la distribución de las tierras, la cual causaba continuos enfrentamientos. El malestar de los bereberes provocó una gran crisis, ya que a pesar de haberse convertido al Islam, pagaban más impuestos y les adjudicaban las peores tierras. Esto llevó a que en 740, en el Magreb, se produjera una revuelta. Al llegar esa noticia a Al-Ándalus, los bereberes se rebelaron y los ejércitos enviados desde Damasco eran derrotados, hasta que un ejército llegó a la península y, tras haberse sofocado las revueltas, se instauró allí. La situación en Damasco era cada vez peor, hasta que la dinastía omeya fue sustituida por los abasíes. Un miembro de los omeyas consiguió llegar a Al-Ándalus, Abd al-Rahman. Este consiguió derrotar al emir de Córdoba y proclamarse emir en 756. Aquí finaliza el emirato dependiente.