Proceso de Unificación de Alemania e Italia: Etapas y Figuras Clave

La Unificación Alemana

El problema de la unificación también quedó postergado en 1848. Los republicanos desempeñaron un papel insignificante. También aquí se podía optar por tres soluciones:

  • Unión por la voluntad popular (El fracaso del Parlamento de Fráncfort quedó de manifiesto cuando el rey de Prusia rechazó la corona que le ofrecían).
  • Unión alrededor de Austria (Reforzamiento de la Confederación Germánica. Prusia como segundón e incorporación del Imperio Austriaco. Sería la denominada Gran Alemania).
  • Unión alrededor de Prusia (Exclusión de Austria, incluyendo la germanófona. Era la pequeña Alemania).

Un joven reaccionario prusiano, hostil al Parlamento de Fráncfort, comprendió que ésta era la mejor opción. Se llamaba Otto von Bismarck.

El papel de Bismarck

Para realizar sus intenciones debía estar en el poder. Se convirtió en el ministro-presidente de Prusia (1862). Llegó a la conclusión de que sólo con la guerra entre Prusia y Austria podía zanjarse el dilema. Para ganar la guerra necesitaba preparar un poderoso ejército y buscar apoyos diplomáticos. Fueron necesarias tres guerras para conseguir sus propósitos.

Guerras de la Unificación Alemana

  • Guerra de los ducados (1864). Austria y Prusia contra Dinamarca. La finalidad aparente era impedir la anexión de Schleswig y Holstein a Dinamarca. El objetivo real fue comprometer a Austria para crear un motivo de conflicto. Austria se anexionó Holstein y Prusia Schleswig. Después Bismarck propuso una reforma de la Constitución germánica, basada en el sufragio universal. Austria se negó, Alemania invadió el Holstein y Austria le declaró la guerra.
  • Guerra austro-prusiana (1866). Sometió a Austria a un aislamiento diplomático. Aprovechó la revuelta de los polacos para atraerse al zar. Se atrajo a Napoleón III haciéndole vagas promesas en caso de que Prusia se engrandeciese. Se alió con Italia en su conquista del Véneto. Austria sólo contaba con el apoyo de los pequeños estados alemanes. La batalla de Sadova dio el triunfo a los prusianos. Alrededor de Prusia se creó la Confederación de la Alemania del Norte. Se estableció un Reichtag elegido por sufragio universal y presidido por el rey.
  • Guerra franco-prusiana (1870). Tras el éxito de la anexión de Saboya, pidió a Alemania las compensaciones prometidas. Bismarck hizo fracasar sus demandas, y las denominó “propinas que mendigaba”. El emperador se dio cuenta que había sido utilizado para el engrandecimiento de Prusia. La opinión francesa, furiosa, entró de lleno en la peligrosa psicosis de la guerra inevitable. Aunque Bismarck negó que hubiese deseado la guerra, los textos demuestran que la consideraba inevitable. Los errores franceses (cuestión de la candidatura al trono de España) condujeron a ella. El ejército francés fue arrollado en Sedán y el emperador hecho prisionero. La defensa francesa fue inútil y hubo de firmarse el armisticio (1871). Se proclamó el Imperio alemán en el Salón de los Espejos de Versalles. A este imperio se incorporaron territorios franceses: Alsacia y Lorena.

Nacionalismo

Multiplicidad de componentes e interpretaciones. El emocional, el sentimiento de pertenencia a una comunidad, tribu, clan, nación… Si en tanto en cuanto es también una corriente intelectual, detrás de la cual está una minoría culta que trata de ganarse a una mayoría mediante la propaganda. Los criterios de raza, lengua, costumbre, economía que son difíciles de conjugar, por lo que se sobrevolará el que interese en cada momento. Es también un movimiento que persigue el que las fronteras se ajusten para integrar en ellas a su pueblo, que ha de ser soberano para alcanzar su propio destino, y, por ello, independiente.

El nacionalismo no es un fenómeno del siglo XIX. Ya en la Edad Media se manifiesta frente a la formación universal que supone el imperio. En el XVIII, con la Revolución Francesa, se opone al poder absoluto y centralizante. Con Napoleón, frente a su intento centralizador y frente al mismo esfuerzo del emperador para atraérselos. En la Europa de la Restauración, una Europa artificial, el nacionalismo se opone al legitimismo. Es entonces cuando se identifica estado con nación y esta con pueblo, por encima de los cuales no hay nada. Se prefiere ser gobernados por patriotas, aun cuando sean nefastos, que por extranjeros.

Su adaptabilidad a cualquier postura política, con tal de conseguir sus objetivos. Así, con los conservadores (tradición, orden), en la segunda mitad del XIX, con los liberales (libertad, igualdad) en la primera, con el estado (imperialismo) a finales. Tenemos un nacionalismo liberal (libertad de los pueblos, soberanía nacional) y un nacionalismo conservador (que oprime al individuo, supeditándolo a los intereses de los grupos dominantes, control, expansionismo, fronteras según etnia y lengua, orden, tradición…) este último, incluso, será el que abracen y lleven hasta extremos insospechables los fascistas del siglo XX. En Europa contribuyeron a la transformación de las fronteras. Pero sus consecuencias, económicas, sociales, culturales… aún hoy se dejan notar.

Unificación Italiana

El fracaso de 1848 demostró a los italianos que era imposible expulsar a los austriacos por sus propios medios. Los dirigentes de Piamonte (Cavour) sabían que necesitaban una gran potencia. Su política se orientó en buscar esa alianza.

Existieron tres teorías sobre la posible unidad italiana:

  • Confederación italiana presidida por el Papa (neogüelfismo de Gioberti).
  • República, según el modelo de Mazzini (Joven Italia, Joven Europa).
  • Anexión de toda Italia al Piamonte, (Cesare Balbo, Massimo D’Azeglio).

El Papa (Pío IX) se negó, se rechazó la república, y se aceptó la monarquía.

Fases de la Unificación Italiana

1859-1861

Cavour deseaba obtener el apoyo de Napoleón III contra Austria. Estableció una alianza ofensivo-defensiva mediante la cual pudo vencer a los austriacos (Magenta y Solferino). El Emperador firmó con los austriacos un armisticio repentino. Se liberó Lombardía, pero no el Véneto. Dimisión de Cavour. Sublevación de Módena, Parma y Toscana y anexión al Piamonte. Napoleón III aceptó la anexión a cambio de Saboya y Niza para Francia. El Piamonte lo aceptó, aunque Niza fuera la patria de Garibaldi, héroe de la unificación. Dolido por esta acción, Garibaldi desembarcó en Sicilia y Nápoles con mil “camisas rojas”. Cavour, se aprovechó de la situación, y fueron enviadas tropas piamontesas con el permiso del emperador. Estas tropas anexionaron la mayor parte de los Estados Pontificios. Víctor Manuel, rey de Piamonte, convenció a Garibaldi. Sólo quedaban sin unificar el Véneto y Roma.

Anexión del Véneto (1866)

Se produjo gracias a la alianza de Italia con Prusia en el contexto de la guerra austro-prusiana.

Final del proceso (1870)

Se consiguió la anexión de Roma. Surgía una nueva Italia cortada sobre el reino más moderno, organizado y culto. La unificación de Italia fue la “piamontización” de Italia. Hubo recelos de otros estados (Nápoles) donde eran muy fuertes las fuerzas tradicionales. La unificación señaló la modernización y centralización de Italia.