Características y evolución de la pintura barroca en Italia y España: Caravaggio y Velázquez

Características generales de la pintura barroca italiana

La pintura barroca italiana se caracteriza por:

  • Naturalismo: Un marcado deseo de plasmar la realidad tal como es.
  • Afán por expresar el movimiento: Se introducen esquemas diagonales y una obsesión por la profundidad, lograda a través de escorzos violentos y la perspectiva aérea.
  • Gusto por lo efectista y teatral: En la pintura, aparecen elementos decorativos y efectos ilusionistas para crear espacios, especialmente en techos, donde se busca la sensación de amplitud.

Elementos pictóricos fundamentales

  • La luz: Provoca efectos dramáticos y teatrales. La precisión desaparece; se pinta lo que se ve, no lo que existe. Se busca reflejar la realidad que ve el artista.
  • Perspectiva aérea: Crea sensación de profundidad con manchas de color y luz cambiante según atraviesa diferentes planos. Se pintan objetos difuminados, como si se representara el aire entre ellos, creando una atmósfera que no permite ver con claridad.
  • Calidad de texturas: Se prefieren texturas contrastadas, con surcos de pintura, grumos o manchas para representar la luz.
  • Variedad temática: Influenciada por el naturalismo, los temas se multiplican. Aparece el bodegón, el paisaje independiente y la pintura de flores y animales.
  • Fuerte expresividad: Exaltación del gesto y estados de ánimo apasionados y violentos. Se busca impresionar al espectador.

En cuanto a la técnica, se utiliza el fresco y triunfa el óleo sobre lienzo. Aparece el concepto de cuadro.

En Italia, la pintura barroca surge en los últimos años del siglo XVI con dos escuelas principales: Caravaggio (vanguardia, novedad) y el taller de los Carracci (escuela boloñesa, clasicismo).

Caravaggio

Nacido en 1573, la obra de Caravaggio se divide en tres fases:

  1. Primera fase (Roma): Llega a Roma con 17 años, donde deja sus mejores obras. Se aprecia la influencia de la tradición italiana, manierista y de la escuela veneciana.
  2. Fase de madurez: Investiga el tenebrismo. Es el periodo más innovador. Sale de Roma debido a algunos crímenes.
  3. Vida errante: Vive una vida agitada y perseguida. Muere de malaria. De esta época, casi no hay obras.

Se ha dicho que Caravaggio fue un revolucionario, tanto por su vida como por su pintura. Planteó una oposición al Renacimiento y al manierismo. Rechazó la belleza ideal del Renacimiento y eligió el camino de la verdad y el realismo, realizando obras de copias directas del natural sin preparación previa. Dos puntos marcan su obra: el interés por la luz y el triunfo del naturalismo. Su serie dedicada a San Mateo, El entierro de Cristo y La conversión de San Pablo ilustran su estilo.

Pintura barroca española

El siglo XVII es el gran momento de la pintura española, tanto por el gran número de artistas de primer orden como por la calidad extraordinaria de sus obras. Está anclada en un mesurado naturalismo, lleno de equilibrio y expresión. Los temas fundamentales son la religión y el retrato. Los grandes centros de expresión son Madrid (capital política) y Sevilla (urbe económica de ultramar).

Periodos del barroco español

Se distinguen tres periodos en el siglo XVII:

  • Primera mitad: Realismo y tenebrismo en las cortes de Madrid, Toledo y, sobre todo, Sevilla. El foco más importante es el valenciano.
  • Años centrales: Época de grandes maestros como Zurbarán, Alonso Cano y Velázquez.
  • Segunda mitad o barroco pleno: Dos focos principales, Madrid y Sevilla, con dos grandes figuras: Murillo y Valdés Leal.

Características generales del barroco español

  • Contenido religioso: Obras devocionales, con clientes que son, principalmente, órdenes religiosas.
  • Presión de la Inquisición: Se prohíben los desnudos y lo pagano.
  • Realismo: Es un afán común, que se intenta solucionar de varias formas. También se usa el tenebrismo, con contrastes de luces y sombras, influenciado por Caravaggio.
  • Triunfo del realismo: Incluso morboso y patético, abandonando la elegancia renacentista y la distorsión manierista.
  • Desaparición de rasgos del Renacimiento italiano: Se prefiere cierta intimidad, más humana y religiosa, en composiciones sencillas.
  • Temas religiosos: Se orientan hacia la ascética o la mística, con cuerpos en éxtasis o miradas perdidas hacia el cielo. También predominan paisajes, retratos, bodegones y algún tema mitológico.
  • Pinturas serias y sin sensualidad: Debido a la influencia de la Iglesia contrarreformista.

Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Escuela madrileña)

Nacido en Sevilla en 1599, se formó con Herrera el Viejo. En 1623, se traslada a Madrid y se abre camino en la corte, llegando a ser pintor de cámara de Felipe IV. Allí vive hasta su muerte en 1660. Se formó en el tenebrismo y el naturalismo. Sus dos viajes a Italia le pusieron en contacto con grandes pintores del Renacimiento, formándose así como un pintor genial.

Su estilo se inserta en un naturalismo sin estridencias, lleno de serenidad y equilibrio. Hace realidad sin exageraciones. Se le considera el pintor de la verdad. En el tema de la luz, pasa del tenebrismo a la perspectiva aérea. Con la luz, consigue dar entrada al aire interpuesto entre objetos, logrando planos en profundidad y una perspectiva real. Se le considera el pintor del aire. Velázquez es un pintor alla prima, es decir, sin realización de bocetos. Por ello, las correcciones las hacía sobre la marcha, lo que se nota en los numerosos “arrepentimientos” en sus cuadros.

Etapas de Velázquez

La obra de Diego Velázquez se divide en dos etapas: la sevillana y la madrileña.

Etapa sevillana (1599-1623)

En esta fase, Velázquez tuvo como maestro a Pacheco, con quien aprendió a ser un gran dibujante y a organizar las composiciones. Sus primeras obras pertenecen al tenebrismo, una tendencia italiana que procede de Caravaggio. Las características de esta corriente son: realismo, contrastes de luz y composición diagonal. Los temas que pintó en esta primera etapa son religiosos y populares, extraídos de la vida cotidiana. Algunas de sus obras más destacadas son: Adoración de los Reyes Magos, La vieja friendo huevos, El aguador de Sevilla y Bodegón a lo divino. Con estas obras, alcanza un gran prestigio entre la nobleza sevillana, lo que le permite instalarse en el Madrid de los Austrias.

Etapa madrileña (1623-1660)

Se trata de la etapa más amplia de la vida y obra de Velázquez, que a su vez tiene distintas fases. Inicialmente, desde 1623 a 1629, se emplea como pintor de cámara de Felipe IV y, a medida que pasa el tiempo, consigue mejores trabajos. En este periodo, continúa su formación como pintor, tomando como referencia las galerías pictóricas de la corte madrileña. Además, en esta etapa conoce al genio flamenco Rubens. Algunas obras de esta primera etapa son: Los borrachos, La fragua de Vulcano, La rendición de Breda y Retrato de Felipe IV.

En 1651, regresa de nuevo a España. Entre las obras que realiza en esta última etapa de su vida, están las más importantes, como Venus del espejo, Las hilanderas y Las meninas, considerada su obra cumbre.