El Teatro Español Durante el Franquismo y la Transición
La dictadura franquista, caracterizada por el antiliberalismo y el nacionalcatolicismo, impuso una rigurosa intolerancia. El fin del régimen autárquico y los sucesivos planes de desarrollo fomentaron la economía liberal y propiciaron cierto bienestar. En los años 70, se produjeron acontecimientos importantes como el final de la dictadura, las primeras elecciones democráticas y la aprobación de la Constitución. Al finalizar la Guerra Civil, el panorama intelectual quedó arrasado. En este periodo, diferenciamos dos tendencias en el teatro:
- Teatro Crítico: Comprometido, que aborda con técnica realista los problemas esenciales del ser humano. Autores destacados: Antonio Buero Vallejo, Alfonso Sastre, Laura Olmo.
- Teatro Comercial: Acorde con los gustos del público. Autores destacados: Miguel Mihura, Alfonso Paso, Antonio Gala.
Teatro Social de los Años 50
El teatro realista se comprometió con la realidad social. En Escuadra hacia la muerte, Alfonso Sastre giró radicalmente hacia el drama social, con una corriente existencial. Los protagonistas son víctimas y los temas principales son la angustia existencial y la crítica social. Los autores más significativos de esta época son Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.
Alfonso Sastre creó un teatro trágico de protesta que invitaba a reflexionar sobre la necesidad de un cambio social. Provocaba con los rasgos formales y el contenido. Su producción se divide en tres etapas:
- Manifiesta rechazo al teatro español y propone una renovación dramática: Escuadra hacia la muerte.
- Dramas sociales que denuncian la injusticia y la tiranía: La mordaza.
- Realismo fantástico: La taberna fantástica.
Teatro Realista de los Años 60
Los autores de los años 60 recogen la herencia del realismo social en obras que continúan con la misma temática: injusticia social y alienación. En cuanto a la estética y la técnica, las obras se inscriben en el realismo con matices, utilizando un lenguaje popular y violento, y formas de sainete o esperpento. En este periodo destaca Laura Olmo con un realismo social patente en La camisa, que presenta la vida miserable de los chabolistas condenados a buscar trabajo en el extranjero. Otra obra destacada es English Spoken, un sainete político. José Martín Recuerda da una visión esperpéntica de la miseria de España en Los salvajes en el Puente de San Gil.
Teatro Comercial
Desde finales de los años 50, las tendencias del teatro burgués de posguerra desembocan en un teatro convencional. Destacan autores como Miguel Mihura, quien había comenzado su trayectoria en el teatro de humor intelectual con Tres sombreros de copa y evolucionó hacia un teatro de consumo con Maribel y la extraña familia.
Alfonso Paso es el modelo de escritor comercial. Sus obras, de lenguaje ágil y trama ingeniosa, fueron muy del gusto del público. Un ejemplo es Vamos a contar mentiras.
Antonio Gala, en su obra, condensa algunas tendencias del teatro anterior, como se aprecia en Anillos para una dama.
Teatro a Partir de los Años 70
Otros dramaturgos se lanzaron a la renovación de la expresión dramática, utilizando recursos vanguardistas y experimentales con el lenguaje escénico. Surgió así el nuevo vanguardismo teatral, un espectáculo de protesta y denuncia. El tema gira en torno a la dictadura y el tratamiento dramático recurre a la farsa y lo grotesco. Se da entrada a lo alucinante, la acción no es lineal y el lenguaje es directo, con recursos extraverbales. Francisco Nieva accedió a escenarios con amplia audiencia con este tipo de teatro.
Fernando Arrabal: Autor de teatro del absurdo, de inspiración surrealista, con personajes inadaptados, víctimas de la opresión. Arrabal cultiva el absurdo y el esperpento en tono provocador y con libertad creadora. Sus temas más frecuentes son la religión, la política, el amor y la muerte. Obras destacadas: Pic-Nic y El cementerio de automóviles.
Francisco Nieva: Significa la ruptura con el realismo. El tema básico es la represión de la sociedad, ligado a la transgresión y la liberación sexual, la España negra y la religión en una atmósfera onírica. Dos etapas:
- Teatro furioso: Pelo de tormenta.
- Teatro de farsa y calamidad, más metafísico: La señora Tártara.
El Teatro de la Democracia
Con la democracia, el panorama teatral cambia: se rescatan textos dramáticos de autores de la Guerra Civil, se estrenan textos prohibidos del pasado, los grupos de teatro independiente se profesionalizan y se afianza el teatro de autor. En 1975, aparece una serie de autores que abordan temas contemporáneos con una estética realista y una moderada renovación formal.
Teatro de Tipo Tradicional
Fernando Fernán Gómez: Dramaturgo de Las bicicletas no son para el verano, cuyos personajes aspiran a cambiar su vida.
José Sanchis Sinisterra: Autor de ¡Ay, Carmela!, que narra las aventuras de Carmela y Paulino.
Teatro Farsa
Recoge elementos del esperpento y el sainete, y plantea conflictos.
José Luis Alonso Santos: Autor de La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro, se mueve dentro del realismo contemporáneo.
Teatro Experimental
Destaca La Fura dels Baus, con un teatro espectáculo.
Antonio Buero Vallejo
Su labor teatral ha conseguido numerosos reconocimientos. Es un autor de teatro que refleja las preocupaciones esenciales del hombre con realismo y simbolismo, y opone personajes contemplativos y activos.
Primera Época: Teatro Realista
Historia de una escalera: El problema central es la frustración y plantea la lucha por la verdad.
Segunda Etapa: Teatro Histórico
Un soñador para el pueblo, El sueño de la razón: Plantea el tema de la lucha por la libertad frente al destino del pueblo en una sociedad injusta.
Tercera Etapa: Inmersión
Vista subjetivista de los personajes: La Fundación, El sueño de la razón. Su trayectoria es la más significativa del teatro de la posguerra. Busca la moderna tragedia española y sus personajes despiertan admiración, como en las tragedias griegas.