Contexto Histórico, Sociocultural y Filosófico de la Ilustración y el Pensamiento de Kant

Marco Histórico

Immanuel Kant nació en 1724 y murió en 1804. Vivió durante el siglo XVIII, el siglo de la Ilustración. La monarquía absoluta era en Europa el sistema de gobierno más extendido y habitual. El absolutismo será cada vez más cuestionado, en especial, la idea de la justificación divina del poder del monarca sobre la que se fundamentaba. Los monarcas intentaron llevar a cabo reformas, se trataba de actuar según el despotismo ilustrado. Catalina de Rusia, Carlos III en España o José II en Austria, constituyen el prototipo de monarcas absolutistas. El malestar de la burguesía y las clases populares (campesinos y obreros) provocará la Revolución Francesa (1789), con la que se inició el desmoronamiento del Antiguo Régimen. En Prusia, patria de Kant, los distintos monarcas buscaron crear un Estado fuerte, centralizado y austero. El ejército prusiano se convirtió en el más profesional y eficaz de Europa por encima del francés. Federico Guillermo II que, aunque gobernó solo diez años, echó por tierra gran parte del legado de su antecesor. Asustado por los acontecimientos revolucionarios de Francia, instauró un régimen antiilustrado, donde la intolerancia religiosa, la represión ideológica y la censura volvieron a ser mecanismos de control político y social.

Marco Socio-cultural

El siglo XVIII se caracterizó por el mantenimiento de las estructuras económicas, políticas y sociales tradicionales, que irán sufriendo un deterioro progresivo que culminará en los grandes acontecimientos revolucionarios de fin de siglo (Revolución Francesa y Americana). La sociedad del siglo XVIII estaba dividida en “estados”, definidos por la herencia y la posición social: nobleza, clero y el estado llano. La burguesía, gracias al comercio y la industria urbana, fue aumentando su nivel económico y pasó a demandar protagonismo político, petición que el Antiguo Régimen no tuvo en cuenta. A mediados de siglo tuvo lugar en la sociedad europea un notable incremento demográfico, relacionado con la relativa mejora de las condiciones de vida. Éste fue debido a la introducción de nuevas técnicas agrícolas e industriales y al incipiente desarrollo de la industria en las ciudades que aún se reducía a pequeños talleres, excepto en Inglaterra donde existían ya fábricas de mayor tamaño. El comercio de esclavos constituía un tercio del comercio exterior inglés y francés. A pesar de todo, y como consecuencia de las continuas y largas guerras, la economía de la mayoría de los países europeos se situaba en niveles bajos. La burguesía había sido la creadora de una nueva visión del hombre: universal, racional y cosmopolita. Las ideas de libertad individual e igualdad jurídica constituyen el motor de esa nueva concepción de la humanidad. El objetivo era difundir una nueva imagen del hombre para crear una ciudadanía libre, fuerte y autónoma que pudiese unir la ética y la política. En el terreno artístico, el espíritu de la Ilustración se manifiesta en todos los campos. En el ámbito científico, es el tiempo de la Revolución Industrial, iniciada en Inglaterra y que se extenderá rápidamente por el resto de Europa y Norteamérica. La invención de la máquina de vapor por James Watt marca el inicio de dicha revolución. En pocas décadas, la industria sufrirá una profunda transformación que tendrá notables consecuencias económicas y sociales.

Marco Filosófico

A lo largo del siglo XVIII empieza la Ilustración. Los hombres del siglo XVIII estaban convencidos de estar viviendo un tiempo nuevo, tras un largo periodo de barbarie e incultura. El espíritu ilustrado tuvo su origen en las revoluciones científicas e intelectuales del siglo anterior. Locke, Newton, Descartes o Bacon son autores que, de una u otra manera influyeron decisivamente en los ilustrados. Del cartesianismo extrajeron el gusto por el razonamiento autónomo y antidogmático, de Newton tomaron el proceder metodológico, basado en la observación y la experimentación, del empirismo de Locke la defensa del análisis y la crítica del pensamiento metafísico, así como la reivindicación de la tolerancia y la libertad como elementos ético-políticos fundamentales… Buscan un cambio político y social que deberá ser consecuencia de una revolución espiritual anterior. La educación es el factor clave para lograrla. Los ilustrados compartieron un pensamiento dominado por la idea de progreso. Estaban convencidos de que el desarrollo de la razón, tanto en las ciencias de la naturaleza como del espíritu, debería alejar definitivamente de la historia de la humanidad fenómenos tales como la incultura, la superstición, el fanatismo, la intolerancia religiosa y política… En Gran Bretaña la nota decisiva fue la lucha contra la intolerancia religiosa iniciada por Locke y la búsqueda de un nuevo método experimental, siguiendo la obra de Newton. En Francia, la Ilustración tuvo una mayor dimensión política y social, destacando la labor de los enciclopedistas. En Alemania, llegó con cierto retraso y se inspiró en Francia y se basó en los principios racionalistas más que en los empiristas. Destaca la figura de Kant quien a pesar de ser un decidido partidario de los valores ilustrados, se encargó de poner límites al optimismo mediante su filosofía crítica. Lessing y Schiller fueron otros autores destacados en Alemania. La Ilustración no fue, en absoluto, un movimiento teórico, sino que sus ideales se plasmaron en importantes documentos políticos y jurídicos de la época. En definitiva, la Ilustración apostó por un pensamiento crítico, basado única y exclusivamente en la razón, y puesto al servicio del proceso histórico de liberación y emancipación de la humanidad, por eso niega la filosofía anterior.