Evolución Política y Social de España: Siglos XVI al XVIII

La Crisis de 1640 y sus Consecuencias

En 1640 se provocó la caída de Olivares (1643) y se puso en peligro al Imperio de Felipe IV. Las reformas de Olivares habían generado muchos enemigos en Castilla y en otros reinos de la Monarquía. Además, las incesantes guerras exteriores estaban agotando los recursos de Castilla, empobreciendo a los no privilegiados. Esta crisis tuvo dos escenarios principales: Cataluña y Portugal.

Cataluña: Rebelión y Pérdidas Territoriales

En Cataluña se presenció el estallido de revueltas entre los campesinos. Finalmente, el día del Corpus Christi de 1640, grupos de campesinos atacaron Barcelona, asesinaron al virrey y precipitaron la huida de las autoridades. Tras ello, la Generalitat, presidida por Pau Clarís, se puso al frente de la rebelión. Un ejército galo entró en Cataluña y derrotó a las tropas castellanas en Montjuïc. El Rosellón y Lérida fueron conquistadas en 1642. El dominio de Francia, con Luis XIII y Richelieu, acabó con la reconquista del Principado y la caída de Barcelona en 1652. Felipe IV se comprometió a respetar los fueros catalanes, pero la Corona Española perdió el Rosellón y la Cerdaña en la Paz de los Pirineos en 1659.

Portugal: Rebelión e Independencia (1640-1668)

En 1640 se inició la rebelión en Portugal. La falta de ayuda castellana ante los ataques holandeses contra los portugueses en Asia y la presencia de castellanos en el gobierno del reino provocaron que las clases dirigentes dejaran de ver ventajas en su unión a la Corona española. Portugal estaba siendo perjudicado por Felipe IV, ya que los holandeses aprovecharon su guerra contra este rey para capturar el Imperio Colonial Portugués. España era incapaz de defender estos territorios, por ello, en 1640, el Duque de Braganza se proclamó rey como Juan IV y, apoyado por Francia e Inglaterra, se rebeló contra España. Las causas de esta crisis responden a la necesidad de la Monarquía Hispánica, creada en el siglo XVI, por adaptarse a las nuevas circunstancias políticas y socioeconómicas del nuevo siglo. Las monarquías habían evolucionado desde el autoritarismo hacia el absolutismo, siendo su mejor expresión el estado francés. Si la Monarquía Hispánica quería mantener su hegemonía en Europa, debía contar con los instrumentos con los que contaban los demás Estados. Había que uniformar las realidades políticas y económicas de todos los territorios de la Monarquía Hispánica para tener un futuro en el continente.

El Reinado de Carlos V: Conflictos Internos y Expansión Imperial

Carlos V (hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso), heredero de los territorios de Borgoña, se coronó Rey de Castilla y Aragón. Desconocía el castellano y vino acompañado de consejeros flamencos que ocuparon los puestos en la Corte y la Iglesia. Carlos I convocó Cortes para que votaran nuevos impuestos, produciendo protestas. En 1519, Carlos tuvo como contrincante en la elección imperial al rey de Francia, Francisco I. Carlos sobornó a los príncipes electores, ganando las elecciones y siendo nombrado Carlos V, el nuevo emperador.

La Revuelta de las Comunidades de Castilla (1520-1522)

Las principales ciudades del reino (Segovia, Toledo, Salamanca…) se rebelaron contra la autoridad del monarca, ya que la aristocracia castellana veía como una humillación que el rey entregase la administración del reino a consejeros flamencos y que hubiera empleado el dinero de los nuevos impuestos en conseguir la elección como emperador alemán. Además, la burguesía temía volver a exportar la lana en bruto a Flandes. Las autoridades reales fueron sustituidas por nuevos regidores comuneros. Los Comuneros crearon la Santa Junta en Tordesillas, un gobierno rebelde que exigió la retirada de los impuestos, el respeto a las leyes del reino y la marcha de los consejeros flamencos. La rebelión propició el desorden social y hubo rebeliones antiseñoriales. Tras la derrota de las tropas comuneras en Villalar en 1521, todas las ciudades abandonaron el movimiento, menos Toledo, que fue finalmente dominado en 1522. La derrota comunera significó el inicio del absolutismo en Castilla y el reforzamiento del poder del rey.

La Revuelta de las Germanías (1520-1522)

La rebelión de las clases populares, la Germanía, se inició en la ciudad de Valencia en 1520, aprovechando que la nobleza había huido de la ciudad por la peste. Los agermanats también atacaron a los moriscos, a quienes acusaban de ser sumisos a la nobleza y a la Corona. Finalmente, la rebelión fue reprimida en 1522.

La Monarquía Hispánica de Felipe II y la Unidad Ibérica

En 1578 moría el rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir sin descendencia. Varios candidatos aspiraban al trono de la dinastía Avís. Felipe II, rey de España, tío del fallecido y descendiente directo del rey Manuel I de Portugal por línea directa, reclamó sus derechos al trono. La unión ibérica podía traer importantes beneficios políticos y económicos. Sin embargo, a las clases populares portuguesas no les gustaba la anexión a España. Finalmente, Felipe II decidió invadir Portugal a cargo del Duque de Alba. Las tropas castellanas llegaron a Lisboa sin encontrar resistencia. Finalmente, las Cortes portuguesas proclamaron rey a Felipe II en 1581, que sería conocido como Felipe I de Portugal.

Condiciones de la Anexión de Portugal

Para conseguir la anexión, Felipe se comprometió a:

  • Mantener y respetar los fueros, costumbres y privilegios de los portugueses.
  • Mantener a todos los funcionarios de la administración central y local.
  • Mantener a todos los efectivos de las guarniciones y armadas que controlaban el imperio portugués.

Se creó un Consejo de Portugal y se suprimieron las aduanas con Castilla. La anexión significó la unión de dos enormes imperios. Las posesiones portuguesas en Brasil, África y Asia pasaron al Imperio de Felipe II.

Los Austrias del Siglo XVII: Crisis y Validos

El siglo XVII, llamado siglo del Barroco, se caracteriza por la crisis económica y el esplendor cultural y científico. Nacieron nuevos países, como Holanda (que se independizará de España), y otros ampliarán sus territorios, como Francia o Suecia. En la política de este siglo, tuvieron importancia las figuras de los validos, personajes surgidos de la nobleza que suplantaron el papel de los reyes y desarrollaron sus propias políticas más allá de los intereses de Estado.

Validos más Importantes

  • Validos de Felipe III: Duque de Lerma y Duque de Uceda.
  • Validos de Felipe IV: Conde-Duque de Olivares y Luis de Haro.
  • Validos de Carlos II: Fernando Valenzuela, Juan José de Austria, Medinaceli.

El nuevo sistema hizo aumentar la corrupción. Los validos aprovecharon su poder para conseguir cargos, pensiones, etc., provocando críticas en los letrados que formaban los Consejos y los miembros de la aristocracia que no gozaban del favor del valido. Las tensiones políticas, unidas a la profunda crisis económica y social, fueron las causantes de la conflictividad.

La Expulsión de los Moriscos (1609)

Felipe III seguía con la política de intolerancia religiosa. En 1609 decretó la expulsión de los moriscos, afectando a los reinos de Aragón y Valencia, provocando despoblamientos en las zonas y falta de mano de obra agrícola. Supuso la pérdida de 300.000 personas y tuvo graves consecuencias en Valencia y Aragón, donde los moriscos mantenían una fértil agricultura.

La Unión de Armas y la Crisis de 1640

El Conde-Duque de Olivares trató de que otros reinos peninsulares colaboraran para superar las dificultades financieras. Este proyecto fue conocido como la “Unión de Armas”, desencadenando la crisis más grave del siglo XVII: la crisis de 1640, donde se produjeron sublevaciones de Cataluña y Portugal mientras España estaba inmersa en la Guerra de los Treinta Años contra Holanda, Francia y los príncipes protestantes alemanes. Finalmente, Mariana de Austria acabó reconociendo la independencia de Portugal en 1668.

El Cambio Dinástico: Los Primeros Borbones y el Absolutismo

La monarquía autoritaria de los Austrias ya había iniciado en el siglo XVII un proceso de concentración del poder en Castilla. En la Corona de Aragón, Navarra y País Vasco se habían conservado instituciones propias y un cierto grado de soberanía respecto al poder central. Al instalarse los Borbones en el trono español a principios del siglo XVIII, impusieron el modelo de absolutismo implantado en Francia con Luis XIV durante el siglo XVII. En esta fórmula política, el monarca absoluto constituía la encarnación misma del Estado. Su poder era ilimitado, pues era fuente de ley, autoridad máxima del gobierno y cabeza de la justicia. Los primeros Borbones españoles, Felipe V y Fernando VI, actuaron sobre las prerrogativas de la Corona, afanándose por fortalecer el poder real. Con esto, asumieron la tarea de unificar y reorganizar los diferentes reinos peninsulares, lo que significó la pérdida de soberanía, especialmente de los territorios de la Corona de Aragón, que pasó a ser integrada en un modelo uniformizador y centralista.