Introducción
En el siglo XVII, España experimentó grandes cambios. El principio de la modernidad se caracteriza por la búsqueda de la autonomía de la filosofía y la razón, que ya no admitirán reglas ni imposiciones desde instancias ajenas a la propia razón. Se consolidan las grandes monarquías hereditarias y los estados nacionales. Se desarrolla la clase media, la filosofía trasciende los límites universitarios y los autores comienzan a escribir en lenguas vernáculas. Los avances en la física influyen notablemente en la filosofía. Los racionalistas consideran que la filosofía debe descubrir nuevas verdades y ampliar el conocimiento del mundo, al igual que lo hacen las ciencias.
Marco Filosófico: El Racionalismo
En Europa, la filosofía moderna comienza con Descartes, mientras que en Inglaterra lo hace con Hobbes. El racionalismo, junto al empirismo, es heredero del gran sistema unificado logrado por la revolución científica, que significó un triunfo y la independencia de la razón. Surgen dos filosofías con características comunes:
- Aplicar a la filosofía el método matemático, como ya lo había hecho la física.
- Pretender elaborar grandes sistemas que expliquen la totalidad mediante un método cierto y seguro.
- Intentar solucionar el problema del origen del conocimiento.
En Francia, se inicia la búsqueda de la certeza basada en la razón. Como contraposición a la inestabilidad y a la duda, surge la necesidad de una concepción del mundo fundamentada en la seguridad que proporciona la razón. Un racionalista será aquel que confía en el uso de su propia razón y que no recurre a misticismos ni a sentimientos para explicar el mundo. Su ideal consiste en deducir, a partir de principios innatos y siguiendo un modelo de razonamiento matemático, un sistema de verdades acerca de la realidad, eliminando factores subjetivos y sentimientos. La razón se presenta como la facultad para proporcionar un conocimiento verdadero, lo que lleva a desestimar el valor de la experiencia al no considerarla segura.
El racionalismo presenta las siguientes características:
- Las matemáticas se convierten en el saber modélico debido a la claridad y la sencillez de su método. Todo su contenido se deriva a partir de unos pocos principios evidentes que no necesitan ser demostrados: los axiomas. Por deducción, se van estableciendo verdades derivadas de las anteriores.
- La filosofía buscará verdades universales y necesarias.
- Defensa del innatismo: las ideas universales y necesarias no provienen de la experiencia, se originan en el mundo cambiante y sensible, y son innatas. La razón las recibe ya hechas. También existen ideas adquiridas, pero no son fiables para alcanzar el conocimiento verdadero.
La Filosofía Cartesiana
Los objetivos de Descartes son elaborar una primera verdad absoluta, equivalente a un axioma matemático, que permita desarrollar un sistema completo de verdades en el que nada se pueda dar por sentado. Su método es novedoso, ya que no se puede dudar. Se trata de aplicar la duda como método para llegar a la verdad, basándose en la dinámica de la propia razón. Sus modos son:
- Inducción: permite captar conceptos simples emanados de la razón misma sin error alguno.
- Deducción: la razón descubre las conexiones entre las ideas simples de la intuición.
- Evidencia: no se acepta ningún principio que no sea claro.
- Análisis: consiste en reducir los problemas a sus datos más simples para que las cuestiones puedan ser planteadas como intuiciones.
- Síntesis: a partir de los datos recogidos se construye un proceso.
La Duda Metódica y las Verdades Absolutas
Descartes tiene como objetivo encontrar una verdad absoluta, universal y necesaria, similar a la matemática. Para ello, emplea la búsqueda de la verdad indudable y la eliminación de aquello de lo que sea posible dudar. Su escepticismo, tras someter a la duda y al análisis todos los contenidos, lleva a Descartes a creer que se ha propuesto algo imposible. La primera verdad absoluta es que puede dudar de todo, lo único que tiene es la duda. Se establece el “pienso, luego existo“, ya que el verbo pensar implica la existencia de un sujeto que duda y piensa. La primera verdad de la que no se puede dudar es la existencia del propio hombre como sujeto pensante.
Criterio de Certeza: se deduce a partir de la primera verdad absoluta. Todo aquello que percibimos con igual claridad y distinción podrá ser admitido como verdadero.
Segunda Verdad Absoluta: deriva de la primera, pero se refiere a la existencia de un mundo físico y extramental. El mundo externo existe, puesto que puedo deducir su existencia a partir de la existencia de mi propio pensamiento.
La Existencia de Dios: Descartes clasifica en tres tipos de ideas según su origen en la mente humana:
- Adventicias: proceden de la experiencia sensible, no son fiables para elaborar conocimientos firmes y seguros.
- Ficticias: creadas por nuestra imaginación.
- Innatas: son las únicas válidas para alcanzar el conocimiento verdadero.
La idea de Dios solo puede ser innata. Para demostrarla, Descartes plantea dos argumentos:
- Argumento Ontológico: retoma este argumento prescindiendo de las cinco vías tomistas.
- Argumento basado en la causalidad aplicada a la idea de infinito: puesto que Dios existe, es bueno y veraz, y no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe.
La Realidad: Res Cogitans, Res Extensa y Res Infinita
Aplicando el método de la duda, Descartes establece la existencia de tres sustancias que constituyen la realidad existente:
- Res Cogitans: el sujeto pensante. “Yo” soy una cosa que piensa, y su existencia se establece por su capacidad racional.
- Res Extensa: referida al mundo exterior al sujeto, constituido por materia. Lo único que podemos afirmar de él como verdadero es que posee extensión y movimiento.
- Res Infinita: la idea de infinito reside en Dios, cuya idea se deduce aplicando la causalidad a la idea de infinito.
Estas son tres verdades innatas e indudables.
Conclusión
Al final de todo el proceso, Dios se convierte en garantía de que a mis ideas les corresponde un mundo, una realidad extramental constituida por la extensión y el movimiento. A partir de estas, puede deducirse el estudio de la física. El yo, el mundo y Dios son tres ámbitos que conforman la realidad y que son verdades innatas y verdaderas.