Influencia y Pensamiento de Karl Marx: Filosofía, Socialismo y Economía

Triple Influencia en el Pensamiento de Marx

Marx, testigo del momento más severo de la Revolución Industrial, dedica su vida a criticar al capitalismo. Su pensamiento fue influenciado en varios sentidos:

  • Desde la filosofía, toma de Hegel la noción dialéctica de la realidad como un conjunto de procesos antagónicos. Sin embargo, rechaza la concepción hegeliana de la realidad como manifestación del Espíritu de lo Absoluto, donde la materia no es más que un momento de este y, por tanto, debe retornar a él como autoconciencia. Por el contrario, para Marx es la materia la que produce ideas determinadas, siendo la base de todo pensamiento. Asume el idealismo como una forma de opresión que determina la necesidad de un orden social, estatal, que para Marx es precisamente antisocial.
  • Desde el socialismo utópico francés, cuyas ideas parten de la Revolución Francesa y cuyas doctrinas, basadas en el cooperativismo y la lucha contra las desigualdades, se expresan en un tono moralizante. Marx critica este socialismo utópico y busca otro de carácter científico: el pensamiento y la consecuente transformación de la sociedad deben ir unidos, se debe realizar una síntesis entre pensar y actuar, es decir, dar paso a la acción o praxis.
  • Por último, de la economía política inglesa toma varias nociones, sobre todo de Adam Smith y David Ricardo. De este último, adquiere el concepto de salario justo, como la remuneración necesaria que el trabajador necesita para recuperar sus fuerzas de trabajo, aunque no explicaría las diferencias sociales: para Marx el trabajo no solo genera el valor del salario obtenido, sino que incluye la plusvalía, cuya acumulación es origen del capital, de donde surgen las desigualdades sociales, la división de clases y, por tanto, la alienación.

Antropología Marxista

El hombre es un ser concreto, sensible, corporal, que transforma el mundo y a sí mismo por medio de la práctica, es decir, que se autorrealiza a través del trabajo. Marx critica a la economía clásica que veía al trabajador como un simple animal de carga, es decir, que lo deshumaniza. Para Marx, el ser humano es eminentemente social, ya que no existe una esencia humana abstracta, sino un producto de una sociedad determinada. Además, es capaz de transformar e incluso producir las características de dicha sociedad a través del trabajo. Es así un ser fundamentalmente histórico. El modo de producción capitalista hace que el hombre en su trabajo se encuentre alienado, es decir, enajenado o extrañado, debido a que las condiciones en las que subsiste hacen que pierda su verdadera identidad. Este término, acuñado por Hegel en cuanto a la conciencia del hombre en la materia, y por Feuerbach como alienación religiosa en la Esencia del cristianismo, es visto por Marx sobre todo desde un punto de vista económico, tal y como refleja en sus Manuscritos de economía y filosofía. Así, el trabajador no elige su propio trabajo, lo necesita para sobrevivir y, por tanto, no se autorrealiza a través de él. Aquello que produce debería objetivar su trabajo, pero al convertirse en el capital de otros, aparece ante el trabajador como algo ajeno a él que a su vez se vuelve contra él, ya que fortalece al capitalista. Además, su trabajo se convierte en una mercancía, se cosifica o reifica, siendo él mismo tratado como una cosa. Así, se alinea con respecto de otros seres humanos, se relaciona de forma competitiva y no cooperativa, la confianza se sustituye por un intercambio de mercancías y de satisfacción de necesidades mutuas. Desde la alienación en el trabajo se producen las distintas clases sociales, movidas por los intereses propios de su clase. Por otro lado, el Estado genera ciudadanos abstractos que no se perciben a sí mismos como fundamento de dicho Estado. Por último, la alienación religiosa, que pone en términos superlativos aquellas virtudes que considera importantes en el ser humano, creando así un mundo suprarrenal, hace que el individuo se aleje de sí mismo: se invierte la creación, y el hombre pasa a vivir para Dios, que le sirve de consuelo frente a las opresiones de este mundo (“La religión es el opio del pueblo”).

Materialismo Dialéctico e Histórico

El materialismo dialéctico se considera un trabajo de Engels, el cual escribe Sobre la dialéctica de la naturaleza. En la teoría de Engels encontramos, en primer lugar, una oposición al mecanicismo, ya que la materia contiene en sí misma su capacidad de cambio a través de la tensión entre contrarios y, por tanto, no plantea un fin determinado. En segundo lugar, las formas de conciencia, que se dividen en cuatro tipos: conciencia de sí (individuo), conciencia psicológica (identidad), conciencia de clase (intereses propios de cada clase económica) y conciencia social (ideologías e historia de la sociedad). Todas estas formas de conciencia dejan poco espacio para la libertad individual. Por otro lado, las leyes de la dialéctica explican la evolución de la materia desde formas más simples a formas más complejas, por las cuales la naturaleza despliega sus posibilidades y son: la ley de unidad y lucha de contrarios; la ley de transición de la cualidad a la cantidad, cuando los cambios cuantitativos adquieren…